¹⁴. Bucky Barnes

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Era una mañana cualquiera en la que Bucky Barnes despertaba nuevamente en el sillón de su piso, hace menos de un año que había conseguido un departamento donde habitar en el cual otra joven vivía, ella a pesar de saber quien era no dudo ni un segu...

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Era una mañana cualquiera en la que Bucky Barnes despertaba nuevamente en el sillón de su piso, hace menos de un año que había conseguido un departamento donde habitar en el cual otra joven vivía, ella a pesar de saber quien era no dudo ni un segundo en darle un lugar para dormir, El soldado siempre preguntaba del por que de su recibimiento y ella simplemente le decía que no podía juzgarlo sabiendo la verdad del por que de sus actos, aunque aquel soldado nunca se convencía del todo con tal respuesta no volvía a preguntar sabiendo que la respuesta siempre sería la misma.

Dejo la pereza de lado y se dispuso a levantarse del sillón en el que estaba para dirigirse al baño tratando de hacer el mínimo de ruido, ya que su compañera podría seguir durmiendo y el sabía perfectamente que cuando la despertaba ella se la pasaba de muy mal humor, por lo que evitar eso no le vendría mal.

Después de hacer sus necesidades se encamino nuevamente a la sala para empezar a doblar las frazadas con las cuales dormía en el sofá cama, pero aquel acto se vio interrumpido cuando un peculiar olor a café llegó hasta el, se dispuso a caminar hacia la cocina y al abrir la puerta la escena que presenció basto para sacarle una sonrisa al soldado.

Aquella chica que lo había recibido se encontraba bailando mientras esperaba que el café estuviera listo, llevaba sus audífonos puestos y tarareaba la letra de la canción, su cabello se encontraba despeinado y su vestimenta todavía era su pijama, en una vuelta que dio se percato de la presencia del castaño, el cual la miraba divertido mientras estaba apoyado en la puerta:
- Oh, buenos días soldado – Saludo ella ofreciéndole una alegre sonrisa.

- Buenos días Astrid – Saludo devuelta mientras se acercaba para sacar el cereal.

- No, no, no – Habló ella interponiendose entre la alacena y el cuerpo de el.

- ¿Qué? – Preguntó el fruncido el ceño, al no recibir respuesta por parte de la chica este trato de correrla para poder sacar su desayuno, pero ella manteniéndose firme en su posición comenzó a bailar nuevamente mientras que llevaba uno de sus audífonos al oído del hombre.

Bucky trato de alejarse, pero al verse acorralado por uno de los brazos de la chica apoyado en el lava manos no se pudo oponer. La música se hizo oír para el soldado quien empezó a ser guiado por la chica al momento de bailar, poco a poco le fue agarrando el ritmo a la música, a pesar de que sus movimientos hacían reír a la chica el se estaba divirtiendo:
- No baila tan mal soldado – Comentó ella con diversión.

- Era muy bueno bailando en los 40 – Alardeo dando una vuelta, la cual lo hizo chocar con uno de los pisos que había en la cocina, Astrid estalló de la risa por lo sucedido llegando así a quedarse acostada en el piso, el dolor en sus mejillas y estómago se hicieron presentes provocando que ella riera más, el soldado la miraba divertido.

En el tiempo que ambos llevaban viviendo juntos jamás había escuchado a la chica reír así, por lo general no muchas veces compartían juntos momentos así, la chica era reservaba y por lo general siempre se encontraba encerrada en su habitación después de llegar del trabajo, lo único que el soldado sabía de ella era que su única familia era su hermano, el cual vivía en España, sabía que la relación entre ellos no estaba en buenas casillas desde el fallecimiento de sus padres, pero la razón de su muerte no estaba en su conocimiento, nunca quiso preguntar pero la curiosidad siempre le ganaba y se lo cuestionaba a la chica, lo único que recibía como respuesta era el silencio de ella y después la llave de la puerta de su habitación. Por las noches se despertaba por los mismos sollozos que la chica soltaba, cuando trataba de ir a la habitación de ella la puerta de esta se encontraba cerrada y por lo general después de unos segundos en silencio los sollozos cesaban.

La chica lo llamó devuelta a la realidad cuando con uno de sus pies chocó contra su abdomen, una de sus manos estaba en su dirección para que este la ayudara a levantarse, tomó la mano de la chica sin esperarse lo que venía.

Astrid había enredado una de sus piernas en las suyas y cuando el tomó su mano jalo de ella haciendo que callera, para su mala suerte, arriba de ella, a pesar de que eso no era lo que ella quería no pudo evitar largarse a reír, Bucky no pudo evitar observarla mientras lo hacía, por alguna razón quería recordar aquel rostro tan alegre que Astrid poseía en su memoria. Cuando la chica noto la atenta mirada del soldado sobre ella no pudo evitar que un leve sonrojo se posara en sus mejillas, pero, a pesar de eso, se mostró firme a la hora de mirarlo a el:
- ¿Tengo algo en la cara soldado? – Preguntó elevando una de sus cejas.

- Una sonrisa muy linda – Dijo el sin miedo. Esta demás decir que aquella respuesta Astrid no se la esperaba, quien completamente sonrojada movió a Bucky de encima suyo para después levantarse del piso. Bucky imito la acción de la chica y se quedó observándola esperando alguna respuesta por lo dicho por su parte, a pesar de la poca relación que había entre ellos el sentía un profundo miedo de arruinarlo todo.

- Eh, gracias – Dijo Astrid pasando un mechón de cabello detrás de su oreja – ¿Desayunamos? – Preguntó pasando por su lado.

- Si – Respondió Bucky mientras una sonrisa de lado se dejaba ver.

Quizás aquello sea un comienzo de algo que ninguno de los dos puede escapar.

Avengers/Marvel one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora