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– Dios – Exclamó la castaña dejando caer el libro que traía entre manos, el hombre se levantó preocupado.
– ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Le pasó algo al bebé? – Bombardeo con tantas preguntas a la vez que hizo reír a la mujer.
Ella no respondió, en cambio, tomó las manos del hombre y las dirigió a su vientre. Steve la miró confundido, expresión que cambió en cuanto sintió un pequeño golpe en el lado derecho de su barriga: – ¿Qué fue eso? ¿Le pasa algo al bebé? – Preguntó asustado.
– Está pateando – Respondió la castaña con una sonrisa dulce en el rostro.
– ¿Pateando? ¿Tan pronto? – Preguntó Steve con sorpresa y emoción.
– Tengo seis meses, es normal que pase – Tranquilizo la mujer acariciando su mejilla.
– Dios, ya esta pateando – Celebró después de guardar unos minutos silencio – No me lo creo ¡Esta pateando! – Gritó saliendo de la habitación siendo seguido por la mujer.
Natasha apareció mirando a la mujer con curiosidad – ¿Y a él qué le pasa? – Preguntó señalando a Steve, el cual se encontraba con ambas manos en su cabeza mientras decía palabras incoherentes para ambas mujeres.
Sin darle una respuesta, la mujer tomó las manos de la pelirroja y las llevó a su vientre, en el cual a los pocos segundos se sintió un nuevo golpe, la pelirroja sonrió y se agacho a la altura del vientre de la mujer.
