All I Want [Español]

(15) Ayuda me está seduciendo

Creo que tendré que correr el horario de actualizar porque, además de que muchos como yo a esa hora están estudiando, siempre se me pasa subir el capitulo y me dan las 4 para corregirlo. Supongo que la hora de ahora será tipo 3-5 de la tarde hora colombiana. Gracias por su comprensión y que disfruten el capitulo <3

Digan presente:

Ellie

Debía ser una broma.

—Acabo de sentir algo que probablemente no debería—Me burlé soltándome en total confianza.

Él a diferencia de mí estaba bastante tenso.

—Ellie, no me gustaría que una profesora nos viera en esta posición—Sonrío con la mirada perdida.

Pero no quitaba su mano de mi abdomen, ni mucho menos me quitaba de sus piernas.

Nicolás tenía la fuerza suficiente como para quitarme y de paso darme un zape que me mandaría a la otra punta de las gradas, pero, por más de que intentaba mostrarse en desacuerdo con la situación su parte baja decía otra cosa.

—¿Por qué no? Es cómoda.

Carraspeó.

—Lo es, pero no me gusta que la mitad de los alumnos le estén viendo el culo, ¿Me explico?

Su mano pasó de estar en mi abdomen a recorrerse hasta mi espalda y acercarme más a él.

Mis ganas de parecer ruda y tener la situación controlada se fueron por el caño. No servía definitivamente nada para ese tipo de cosas.

—¿Así que no te molesta que esté sentada encima de usted? —Me oculté detrás de su cuello para que noviera mi inevitable sonrojo—. ¿Y si me muevo? ¿Será lo menos importante?

Seguido a eso obligué a mis muslos moverse de arriba abajo por encima de su pantalón.

Estaba sin respiración.

—Ellie...—Su voz salió con desesperación—. Tu novio probablemente nos esté viendo, al igual que el resto del curso.

Quise reírme en su cara.

¿Estaba preocupado?

—Acaba de tutearme de nuevo—Me moví de nuevo sobre su pantalón divertida y observé de reojo como su mandíbula se apretó.

No voy a mentir, la idea de hacerlo con la ropa puesta en un lugar publico me encendió, mucho más de lo que realmente debía hacerlo, pero aparté ese pensamiento cuando escuché los pasos de alguien subiendo por la espalera de metal.

—¿Quién viene? —Pregunté riéndome—. ¿Mi madre? ¿La sub directora? —Bromeé.

Bromeé con la intención de usar sarcasmo.

—Ambas.

Su mano derecha se aparto de mi cintura de un minuto a otro y lo único que me quedó para no caerme de espaldas fue su mano izquierda, la cual yacía en una de mis piernas.