(Extra 4) Prendiendo (y no las velas)

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Ellie

Observo el techo de la habitación mientras me aferro a las sábanas que cubren mi cuerpo en un intento estúpido de callar los pensamientos que llevan vagando unas horas en mi cabeza. Solo quiero conciliar el sueño. Eso es todo. Pero por más que lo intente, simplemente no puedo.

Ahora que podía observarlo, el techo se encuentra un poco… dejado.

La pintura poco a poco se está desprendiendo de la madera, pero a pesar de eso, no se ve mal.

Simplemente… son detalles.

Cierro los ojos, interrumpiendo mi análisis.

Sé que debo dormirme ahora. Está demasiado tarde. Dentro de unas horas sonará la alarma y voy a estar más cansada de lo normal haciendo todo lo que tengo que hacer en el día.

Me voy a arrepentir.

Pero es que está haciendo más calor de lo normal en la habitación, me estoy sofocando y el pijama me pica por todas partes y me duele la cabeza y siento el sudor en mis piernas y siento que la boca tiene mal aliento a pesar de que la lavé tres veces antes de dormir y mi piel de mi cara se siente pesada y…

Tantos pensamientos cruzan por mi cabeza que no puedo procesarlos todos al mismo tiempo.

Doy un par de vueltas pensando en que tal vez no estoy en la posición adecuada para dormir. Sin embargo, por más posiciones que intente, lo único que logro es hacer que Nicolás a mi lado suelte un gruñido y se dé la vuelta dándome la espalda.

Dios, ¿Por qué mierda no me puedo dormir y ya está?

Intento levantarme de la cama de la forma más sutil y suave posible. Toco el piso frío con mis pies y no me molesto en ponerme nada en ellos. Camino descalzo por el pasillo oscuro hasta bajar a la cocina y con todo el silencio del mundo intento servirme un vaso de agua, pero justo para mi suerte el aparato empieza a hacer sonidos extraños hasta que toda el agua del botellón termina regada en el suelo.

Reprimo un grito mientras la ira sube hasta mi cabeza, haciendo que me ardan las mejillas.

Sé que parece algo mínimo, pero en estos episodios donde suelo estar tan al borde emocionalmente suelo responder de maneras muy agresivas.

Recuerdo los ejercicios de respiración que me enseñó la psicóloga mientras las lagrimas de frustración bajan como cascadas por mis cachetes. Cierro los ojos y comienzo a inhalar y exhalar con lentitud intentando regular mi cuerpo, pero aprieto mis puños aún con furia.

Vamos, Ellie, tu puedes calmarte.
Duro unos cuantos minutos haciendo el mismo ejercicio intentando despejar mi mente, y cuando por fin logro regularme, abro los ojos para encontrarme algo que ya esperaba ver.

Mis mejillas se encienden de nuevo, pero esta vez ya no es por ira, sino por vergüenza.

—Mona…

Con todo el tiempo que llevamos juntos, es algo que sucede casi todos los días, sin embargo, sigue avergonzándome como la primera vez. Tal vez es algo que parezca estúpido, pero el mostrarte de esa forma tan vulnerable hacia alguien y de forma tan continua resulta tan…Ya sabes, humillante, demostrarle que no puedo controlar mis emociones tan naturalmente como lo hace él. Sé que no es mi culpa, y tampoco suya, simplemente es algo que me afecta inevitablemente.

No respondo. Simplemente me quedo observando el suelo mientras él se queda a unos metros de distancia de mí, justo en la puerta.

Espero que venga caminando hacia mi y me hunda en sus brazos mientras me repite que todo va a estar bien, aunque sepa que no es verdad.

All I Want [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora