All I Want [Español]

(16) Ni modo tocó boda

Capitulo con escenas sexuales explicitas. 

Actualicé temprano, razón? no lo sé, solo sé que después de esto ustedes y yo ya no tenemos contacto.

Digan presente:

Ellie

Solo a alguien como yo se le ocurría entrar al cuarto del conserje con Nicolás. De la nada, se me olvidé de la vez en que me rechazó y entendí, que, después de todo éramos dos niños que realmente no tendríamos porqué buscar alguien a quien besar.

Pero yo tenía tantas ganas de besarlo nuevamente pero ya no un beso inocente, era inexplicable como en ese momento que tuve que apartar mi rostro para no tomar su rostro entre mis manos y dejarlo sin oxígeno.

Se veía tan jodidamente provocativo cuando pasaba su lengua por encima de sus labios.

Fue por un leve momento por el que Nick solo hizo presión sobre mis bragas, esperando que de alguna forma yo le diera permiso de tocarme. Necesitaba que le diera luz verde y yo no dudé en hacerlo moviéndome encima de su mano desesperada.

—¿Froto los dedos o adentro? ¿lento? ¿Despacio? ¿Cuántos? ¿Uno? ¿Dos? —Musitó jugando con el caucho de mi ropa interior.

El cuarto estaba oscuro, por lo que menos me preocupaba era que viera el color rojo de mi rostro y como mi boca soltaba un hilo de saliva.

—Solo hágalo, me importa una mierda si solo quiere probar una o dos formas.

Escondí mi cabeza en su pecho.

—¿Y si quiero probar todas?

No pude responder cuando dos de sus dedos se posaron por encima de mi entrepierna, sin entrar totalmente. Casi grito cuando empezó a hacer círculos con lentitud. Sus dedos se movían demasiado despacio, al mismo tiempo que casi ni me tocaba, solo era una de sus maneras de tocarme, pero no tanto.

—No la he tocado.

Reí con amargura, pero tuve ganas de llorar.

—Creo que lo he notado.

Cuando dije que estaba desesperada realmente lo estaba.

Lo estaba tanto que tomé su muñeca con fuerza y antes de que pudiera evitar que lo hiciera obligué que introdujera sus dedos por debajo de mi falda. No fue difícil y no dolió lo suficiente por lo mojada que me encontraba en ese momento; no me daba ni un poco de vergüenza que él sintiera como me había puesto.

No pude contar ni dividir el minuto cuando sentí que su brazo libre me tomó por la cintura y me levantó para que dejara descansar mi espalda en la pared. Sentía su respiración además de agitada, caliente.

—¿Y qué pasó con Jason? —Preguntó cuando arqueé mi espalda.

Elevé una ceja.

—Bonita hora de preguntar por él, cuando ya tiene su mano en mi...—Blanqueé los ojos al sentir como empezó a mover sus dedos.