Namjin's cliches

3. Atrapados juntos

-Historia narrada en primera persona (Namjoon)
-Contenido +18
-Seokjin es un poco odioso al principio

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Ser el chico nuevo es horrible, por regla general siempre lo es. Todos se conocen, hablan entre ellos con bromas que nadie más entiende y si no sabes hacer algo que para los demás es de lo más obvio, te miran como si fueras un estúpido.

Cuando llegas por primera vez, no sabes donde dejar tus cosas, te pone nervioso usar el baño y la hora del almuerzo comiendo en una mesa solo y rodeado de personas que te miran de vez en cuando como si fueras un bicho raro se convierte en una auténtica tortura.

Para mi es todo eso, pero peor, multiplicalo por diez y quizás puedas darte una idea. La razón es Kim Seokjin, el supervisor del supermercado.

Llevo apenas tres días en este trabajo y aguanto porque lo necesito, los materiales para arquitectura no son baratos y mis padres a menudo tienen que endeudarse porque no alcanza, sobre todo tomando en consideración que no soy solo, tengo una hermana adolescente que también genera gastos, sin embargo a veces ni eso es motivo suficiente para seguir aquí.

—¡Namjoon! Los frascos de salsa de tomate están mal acomodados, deberían estar todas las etiquetas dirigidas al frente.

Bufo por lo bajo sin que pueda oírme y miro hacia donde está apuntando, en la repisa de las salsas de tomate una está ligeramente volteada a la derecha, una cosa de nada, pero para Seokjin debe significar el fin de la vida como la conocemos porque junta las cejas con molestia y golpea el piso con la punta del pie, impaciente.

—Arreglalo —Dice y se gira para gritarle a Penny que no reciba billetes grandes en la caja porque la tienda no es una casa de cambio.

Y si bien, Seokjin es mandon con todos los trabajadores, conmigo lo es más, como si todos sus instintos malignos se vieran potenciados cuando estoy en su radar.

No se si tenga algo que ver el hecho de que el primer día lo encontré sentado en el piso detrás de la caja, con las piernas cruzadas y su teléfono en la mano leyendo un webtoon.

No había nada malo en ello, era su hora de descanso y después de todo es el encargado de tienda, lo más alto en la jerarquía cuando no venia el dueño o algún supervisor de punto de ventas, lo que le da un poco de ventaja para hacer lo que quiera.

Tampoco era un problema la imagen en el teléfono de un hombre realmente grande metiendole su igualmente monumental polla a un chico con orejas y cola de gato acompañados de muchas onomatopeyas a los costados como "Ahhh" "Ohh" y "Nya", al menos no lo era para mí, cada quien con su basura fetichista zoofilica.

Sin embargo, para Kim Seokjin parece haber sido algo que realmente lo avergonzó y molestó a partes iguales porque inmediatamente se levantó con el rostro incandescente y comenzó a gritarme que había terminado mi descanso y que no anduviera perdiendo el tiempo, me envió a la bodega a verificar que cada caja de caramelos tuviera en efecto 100 caramelos, abogando una mierda sobre el control de calidad.

Soñé con caramelos esa noche, muchos de ellos, cada vez que abría un cajón salían un montón, cuando me intentaba servir el cereal y volteaba la bolsa sobre mi leche, solo salían caramelos frutales, flotaban en el aire a mi alrededor, fue horrible.

—¡¡Kim Namjoon!!

Y sip, ese es él de nuevo, gritándome desde el otro lado de la tienda, lo que puedo jurar no es muy educado de su parte.

Me tomo mi tiempo y cuando llego hasta él está otra vez frunciendo el ceño en ese lindo rostro suyo mientras analiza una torre de papel higiénico que acabo de terminar de ordenar hace apenas quince minutos.