9. El chico de al lado

1.3K 153 64
                                    


Hace tres semanas la vida de Seokjin era totalmente distinta, ahora parecía un recuerdo lejano, pero él había estado ejecutando una reunión como líder de su primer proyecto propio cuando Jungkook, su asistente, irrumpió para decirle que tenía una llamada importante.

Jin recuerda exactamente como se sintió ofuscado por la interrupción, como se avergonzó frente a la junta directiva pidiendo disculpas, como dejó escapar una mirada furiosa a Jungkook y como finalmente su corazón se detuvo por unos segundos sintiendo un agonizante dolor cuando le dijeron que se presentara en el hospital para reconocer el cuerpo de su hermana.

Su hermana iba camino a verlo cuando el conductor de un pequeño camión repartidor perdió el control al revisar la dirección a la que se dirigía en su teléfono e impactó de lleno el auto de ella, justo en el lado del conductor.

El bombero que cortó el metal intentando llegar a rescatarla, cuenta que tenía un brazo estirado hacia atrás, como si de alguna forma quisiera llegar a su bebé que lloraba escandalosamente en su sillita.

Seokjin tenía todas las noches pesadillas al imaginar la escena.

Hye-Min llegó sin vida al hospital y el pequeño Yeonjun de poco más de dos meses estuvo internado cinco días para descartar cualquier tipo de daño interno mientras Seokjin hacia todos los trámites para obtener su custodia.

El bebé no tenía familia por el lado de su papá, Hye-Min nunca quiso revelar ni siquiera su nombre y en cuanto a los padres de Seokjin, eran buenos abuelos, pero se habían retirado a vivir lejos de la ciudad, en un lugar donde el acceso a hospitales, colegios y tiendas era más bien difícil.

Seokjin renegó un poco cuando su madre le pidió que se hiciera cargo de su sobrino, porque siendo sincero, él no sabía nada de bebés, no le gustaban los niños y tampoco tenía intensiones de convertirse en padre algún día.

Sin embargo, Seokjin conocía a su hermana y estaba seguro de que ella hubiese querido que él se hiciera cargo del niño, nunca lo habían hablado de frente, porque nadie quiere pensar en que llegue el día en que no puedas cuidar de tu bebé, menos siendo tan pequeño, pero de alguna forma Hye-Min había dicho que quería que Yeonjun lo viera como una figura de confianza, un tío en quien apoyarse cuando hiciera falta un padre.

No obstante, Jin jamás pensó que sería tan difícil.

Eran las tres de la mañana y ahí estaba él, paseando por la sala un bebé de pulmones tan fuertes como si fuera la misma reencarnación de Pavarotti.

—¡Ya! ¡Por favor! ¡No se lo que quieres! —Gritó desesperado, perdiendo la paciencia y con ganas de jalarse el cabello, pero tenía las dos manos ocupadas sosteniendo un bebé.

Yeonjun se quedó callado, ladeo  la cabeza y lo miró, como si por un momento, uno muy pequeño, entendiera lo que Seokjin decía, pero rápidamente la comprensión se esfumó de su mirada y fue reemplazada por una boca abierta con encías desnudas y un grito ensordecedor.

—¡No se que es lo quieres! —Gritó nuevamente, con la voz quebrada, llorando junto al bebé y reclamándole al cielo porque no fue él en lugar de su hermana.

—No puedo, ya no puedo...

El timbre detuvo su festival de lamentos.

Seokjin se acercó a la puerta sin preguntarse quien era, para él ya no existía hora ni días de la semana, su vida era solo un bucle de llanto, biberones, cambios de pañal y pequeñas siestas.

Era su vecino, tenía unos audífonos colgando del cuello y parecía algo cansado.

—Escucha... —Dijo Seokjin, buscando en su memoria el nombre del chico, se había mudado hace 6 meses al apartamento de al lado, pero solo había conversado con él una vez cuando tocó su puerta para presentarse —¿Namjoon? Lo siento por el ruido y...

Namjin's clichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora