🐾UNO🐾

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Tres meses. 

Habían pasado tres meses desde aquella noche donde Ladybug había estallado y acabó por rechazar a su compañero de la peor de las maneras. Tres meses donde luego de una reveladora charla con una extraña, él había decidido dar vuelta la página y continuar con su vida.

"—Y-yo... —¿Por dónde comenzaba el joven de melena dorada a relatar lo sucedido a aquella extraña? Debía aprovechar su desconocimiento sobre los héroes de París, por lo que no podía nombrar a Ladybug—. Llevo dos años enamorado de una chica y ella...

—¿No siente lo mismo? —Buscó completar la oración la femina al ver que las palabras no salían de la boca del contrario.

—Ella es realmente perfecta y me duele saber que nunca seré lo suficiente para ella —dejó salir el más pesado de sus pensamientos.

—Uno nunca tiene que ser suficiente para alguien. Simplemente somos; somos humanos, con nuestros errores y nuestros aciertos, con nuestro humor y con nuestros llantos, solo somos. No te conozco, pero puedo decirte que nadie merece estar luchando por dos años para ganar aunque sea un pequeño rincón en el corazón de alguien más. Si el amor no fue mutuo en tanto tiempo, entonces no queda más por hacer. Debes respetar su decisión y quererte lo suficiente como para negarte a seguir sufriendo. Es hora de que levantes esas orejas y busques a otra gata entre las calles de París —bromeó la chica, arrebatandole una pequeña risa al héroe".

Ella tenía razón, si el amor no fue mutuo en dos años y con tantos intentos, entonces solo debía esperar la llegada de alguien más. El problema había sido que esa noche, después de estar hablando por horas y separarse con la llegada del sol, él había sentido algo que, tal vez hace mucho, con Ladybug ya no sentía: ese conocido sentimiento de calidez en el pecho.

Por muy extraño que suene, luego de ser escuchado, aconsejado e incluso bromear por horas con aquella chica cuyo pésimo acento francés solo la hacía más tierna, había sentido un click. En ese momento se había negado a verlo, después de todo acababa de ser rechazado, pero con el paso de los días la imagen de aquella joven recurría más y más sus pensamientos, hasta el punto de que fue imposible ignorarla.

Los días siguientes había recorrido las calles de París, ansiando volver a cruzarla. Sin embargo, a las dos semanas de buscarla, decidió darse por vencido. Posiblemente ella visitó la ciudad de vacaciones y para entonces ya se había marchado.

A pesar de esto, el joven no dejó que aquella noche donde una desconocida le había entregado su compañía fuese en vano. Adrien repitió en su cabeza una y otra vez cada uno de los consejos y decidió hacer algo que debería haber hecho hace mucho tiempo: rendirse en ganar el amor de Ladybug.

Costó, tal y como ella dijo; los primeros días sufrió cada segundo en el que se mentalizaba que debía dejar de llamar ''My Lady'' a Ladybug, y que se convencía de que ya debía dar por cerrado ese capítulo. O incluso quemar el libro completo e iniciar uno nuevo desde cero.

En parte ayudó que la moteada se negara a dirigirle la palabra por un tiempo. Con el paso de las semanas, y notando que las misiones se hacían más difíciles por el tenso ambiente que los rodeaba, ella decidió disculparse por lo sucedido aquella noche, diciendo que no se había comportado de la manera adecuada y había dejado que sus palabras fuesen teñidas por el enojo.

Sabía que Ladybug esperaba la misma reacción de siempre por parte de su compañero de batallas: que tomase su mano, la besase y le dijese que seguiría intentando ganar su corazón.

Él lo notó cuando la extrañes nubló el rostro de la moteada al sólo recibir de respuesta una sonrisa y una simple declaración:

"—Ya no tienes que preocuparte, Ladybug. No continuaré en mis intentos de ganar tu amor".

Para la chica que sanó mi corazón | Adrien Agreste y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora