🐾NUEVE🐾

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El superhéroe gatuno corría con velocidad sobre los tejados, intentando llegar lo más pronto posible para derrotar a ese akuma. Su cabeza aún se debatía sobre lo que Nino le había dicho.

¿Realmente quería que ella conociese a su admirador? ¿Estaba dispuesto a mostrarle quien era Adrien Agreste, el verdadero Adrien y no el Agreste creado por su padre? 

Sin embargo, los colores desaparecieron de su rostro al mismo tiempo que freno en seco frente al Louvre. En la calle se encontraba un conocido autobús para él: el utilizado por la secundaria para los viajes escolares. Entonces volvió a su mente el recuerdo del profesor de arte gritando el nombre de la castaña para poder iniciar la excursión...

¡La excursión al mismo lugar en el que estaba atacando el akuma!

La adrenalina recorrió el cuerpo del rubio y no le importo esperar a Ladybug antes de entrar al lugar. _____ se encontraba allí dentro y debía asegurarse de que estuviese a salvo.

Gracias a su bastón, fue cuestión de segundos para aterrizar dentro del museo. La entrada se encontraba destrozada, estatuas hechas añicos en el suelo, pinturas arañadas y cristales rotos. Pero no prestó mayor atención al ver que nadie se encontraba allí.

No busco perder más tiempo mientras corría recorriendo los pisos, buscando a su amada. Poco ya le importaba el akuma, debía asegurarse primero que ella se encontrase bien. 

Llegando a las escaleras, movió su vista de un lado a otro, viendo como los destrozos llegaban hasta allí, pero seguía sin haber señal de vida.

—¿Hola? —grito buscando una respuesta—. ¿¡Hay alguien!? —Colocó sus manos a cada lado de su boca, pero seguía sin recibir señal alguna.

Siguió con su camino hacia las escaleras para seguir buscando, pero un fuerte golpe en su estomago lo envió varios metros hacia atrás, ocasionando que cayese bruscamente sobre su espalda. 

Desde el piso superior la Mona Lisa lo había golpeado con el velo que siempre reposaba sobre sus hombros en la pintura, como si este se tratase de un látigo.

—¿Las pinturas están cobrando vida? —pregunto más para si mismo pero no tuvo tiempo de analizar mucho más cuando la famosa mujer había saltado para atacarlo.

—¡Dame tu miraculous!

Una reñida pelea comenzó entre los dos. Ladybug no parecía llegar pronto y Chat Noir solo quería acabar para revisar que todos estuviesen bien. Mejor dicho, que _____ estuviese bien.

Por tener su mente en otro lugar, recibió un fuerte golpe que lo llevo hacia una sala continua: la del verdadero cuadro de la Mona Lisa.

—Conseguiré tu miraculous y luego el de Ladybug será pan comido. Seré la única verdadera musa de todos los artistas. ¡Todos apreciaran mi belleza! —grito con furia. El rubio alzo una ceja y, viendo que la pintura aún poseía a su Mona Lisa dentro de él, entendió que quien gritaba era la akumatizada y no la pintura vuelta a la vida.

—Pues déjame decirte que estas un poco pasada de moda como para ser musa de este gatito —bromeo para hacerla enfadar mientras se ponía en pie.

—No sabrías ni escribir un poema, así que tampoco me interesaría ser tu inspiración. Sin embargo, tienes algo quiero y voy a arrebatarte —dijo con socarronería para lanzar su velo con intenciones de golpearlo.

—Chat Noir no escribirá los mejores poemas del mundo, pero su intención cuenta —sonó la voz de Ladybug por el lugar, deteniendo el velo de la villana con su yoyo.

—¡Véncela Ladybug! —el grito de una voz masculina llamó la atención de los superhéroes, notando que no eran los únicos presentes en la sala. 

Para la chica que sanó mi corazón | Adrien Agreste y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora