🐾DOCE🐾

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_____ paso una y otra vez su vista por el poema que le había escrito ese desconocido por notas hace un par de días. Una sonrisa boba alumbraba su rostro y no dejaba de pensar que cada vez su corazón latía con mayor rapidez. 

Ya llevaban meses con este juego y no veía la hora de por fin poder hablar de frente con dicho autor. 

Su caligrafía la hipnotizaba, al igual que sus palabras. No sabía del todo de quién se trataba, pero estaba segura de ya conocer, gracias a las notas, gran parte de él. Y al menos lo que veía, le encantaba.

"A.A"  

¿Sería un seudónimo? 

¿Tendrían un significado oculto? Tal vez amante anónimo o...

_____ suspiro acostándose sobre el suelo de su habitación, rodeada de las cartas que había recibido en ese tiempo.

Poco a poco iba armando el rompecabezas sobre quién era el autor de las notas. Sin embargo, aún le faltaba ver la otra cara de la moneda.

Desvió su mirada hacia la izquierda, perdiéndose en el cartel que lograba apreciarse a través de los cristales de su cuarto. 

Adrien, la fragancia.

Ese rubio parecía empapelar toda la ciudad. _____ frunció el ceño al mismo tiempo que se sentaba recta sobre el suelo, sin despegar la vista del cartel.

Rubio de ojos esmeralda... Nunca habían cruzado palabra, solo lo había visto desde la lejanía y sin prestarle mucha atención, porque hasta el momento él no había hecho nada que llamase su interés.

Sin embargo, volvió el pensamiento que tuvo aquel día en el cine. A.A, Adrien Agreste.

Negó con su cabeza fuertemente y empezó a juntar las cartas. El desconocido no sería tan obvio de utilizar sus iniciales para firmar... ¿O si?

_____ mordió su labio con curiosidad y fue con decisión hasta su escritorio. 

Era hora de saber quien se escondía tras las notas, ya había esperado demasiado a que él se sintiese listo, pero parecía que nunca lo estaría.

Así que ella sería quien lo descubriría.

🐾

Adrien entro con confianza al área de casilleros. Había llegado veinte minutos antes de lo habitual para dejar una nota en el casillero de su dama, pero el color escapo de su rostro al ver a la castaña ya en su casillero.

Completamente asustado, se lanzó a un lado, escondiéndose al final de la fila de casilleros. Espero unos segundos y se asomo con cuidado, viendo que la latina no parecía haber notado su presencia, puesto que estaba muy entretenida escribiendo algo en un papel mientras que Aurora le hablaba.

—¿Entonces no me dejaras ver qué escribes? —pregunto la rubia que, por suerte, se encontraba de espaldas a Adrien, permitiéndole fisgonear sin ser visto.

—No, y me asegurare de anclarte a mí hasta que esta nota llegue a su receptor sin que la leas —contesto _____ doblando el papel y procediendo a dejarlo sobre su casillero.

Adrien se volvió a esconder en el lugar cuando cerro su locker y miro a ambos lados, desesperado por encontrar un lugar donde no lo viesen al salir. Sin pensar, se abalanzó contra la puerta a su izquierda e ingreso, cerrando sin mirar el interior.

—Al menos vayamos a la cafetería, no desayune y muero de hambre —se escuchó las ultimas palabras de la rubia antes de que el sonido de la puerta de entrada delatase que ya se habían ido.

El rubio suspiro mientras apoyaba su espalda contra la superficie, en paz de que no le hayan visto.

—Adrien-boo, ¿Se puede saber que haces en el baño de mujeres? —La voz de Chloe le hizo pegar un brinco en el lugar y su rostro se tiño de rojo.

—Y-yo... e-eh... y-yo... —De su boca no salían más que tartamudeos, incapaz de pensar en una excusa valida para explicar la situación a Chloe y Sabrina, quienes lo miraban con extrañez—. ¿Te hiciste algo en el cabello? Se te ve bien. —Fue todo lo que dijo antes de salir corriendo del lugar, negándose a pasar vergüenza un segundo más.

—Oh, no pensé que lo notaría —dijo la rubia moviendo su cabello con estilo. Sabrina frunció su ceño confundida, puesto que el cabello de Chloe lucia igual que el resto de los días.

🐾

Adrien tuvo que esperar a que todos se fuesen de la institución para acceder al área de casilleros en soledad. Durante el paso de las horas había intentado buscar la nota de _____, pero cada vez que lo intentaba alguien estaba dentro o la propia chica se hallaba cerca del lugar, atenta a quien entraba y salía de allí. 

Incluso en varias ocasiones la latina entro a revisar si la nota aún estaba, formando una mueca de tristeza al ver que quien le escribía aun no la había tomado.

Al rubio le rompía el corazón verla así, por lo que había decidido escribir una nota diferente a la que quería entregar en un principio para entregársela.

Asegurando estar solo, metió su nota en el casillero de la fémina y tomo la que se encontraba sobre este, guardándolo en su bolso para salir cuanto antes sin levantar sospechas.

Salió del colegio silbando disimuladamente y entro a su limusina, indicándole a su guardaespaldas que ya podía empezar a conducir.

Sin aguantar más la curiosidad, saco con cuidado el papel y lo desdoblo para saber qué guardaba su interior.

"Me gustaría comenzar diciéndote lo bien que lucias el día de hoy, pero supongo que eso me toca dejártelo a ti porque, al no saber quién eres, se me dificulta el halagar tu apariencia."

Adrien sonrió bobamente al leer el inicio de la nota y no demoro más en continuar.

"Me dieron un trabajo en Sociología, debo responder una pregunta que agradecería si pudieras ayudarme con tu respuesta.

¿Qué opinas de los estereotipos a los famosos?

_.F"

Su sonrisa aumento y dejo que una pequeña risa escapase de sus labios. Era irónico, porque sin saberlo, la castaña parecía haberle preguntado a la persona correcta, o al menos así lo pensaba él. Después de todo, Adrien Agreste era uno de los famosos de Paris que cargaba con un gran número de estereotipos en los hombros.

Por esa carga no podía ser él mismo.

Para la chica que sanó mi corazón | Adrien Agreste y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora