Final

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Nos casamos en un bosque con luces que caían como enredaderas.

Ben nunca pensó en que alguien podría enamorarse tanto de él como para querer pasar el resto de su vida juntos, aún así no podía dejar de imaginar lo lindo que sería una boda. Pensaba cada vez que veía los finales de sus películas cursis favoritas (que jamás admitirá disfrutar) en lo hermoso que se deberían sentir los protagonistas. No le gustaban los vestidos pero siempre pensó en que un esmoquin blanco con alguna pedrería se le vería increíble. Imaginaba antes de dormir en cómo sería caminar hacia la persona que amaría siempre ¿se sentiría nervioso? Odiaba sentirse de esa forma siempre y no le agradaba la idea de sentirse así en su boda imaginaria. Sin embargo ahí estaba. Esta vez no era un sueño, no lo imaginaba, y por primera vez no era miedo lo que sentía. No tenía nervios ni siquiera por toda la gente que lo veía caminar al altar, porque en su corazón sólo había felicidad. En el pasado había quedado todo el miedo y los nervios, en ese momento se sentía más confiado que nunca y por primera vez en mucho tiempo se sintió el protagonista.

Alan siempre pensó en lo estúpido que era casarse. Para él el matrimonio no era más que papeleo y un acuerdo basado en economía y el miedo a estar solo. Lejos estaba de sus planes incluso pensar en amar a alguien más de dos meses. Su falta de interés en el amor y su poco compromiso era tan grande que una vez que sentía algo de presión huía. Jamás pensó que llegaría a su vida alguien que significaría tanto en su vida, alguien que lo hiciera feliz con tan solo estar en la misma habitación. Jamás se había imaginado estar parado en el altar esperando a su novio, pero ahí estaba. Entonces comprendió la razón por la que las personas cometen locuras por amor. Estaba esperando a su hermoso prometido en el altar y este caminaba con la más brillante de las sonrisas.

La luz de la tarde era hermosa pero ni siquiera los hermosos tonos rosa del cielo podían compararse con lo que sentían al verse el uno al otro. Ni toda la gente que vino a presenciar su boda podía hacer que no se sintieran los únicos en el mundo.

La sacerdotisa leyó una reflexión sobre el amor mientras los novios se veían siendo más que la definición, porque un amor así no cabe en letras.

Al momento de los votos Ben pidió ser el primero. Sacó de su bolsillo un papel gastado de tanto ensallar frente al espejo. Había memorizado todo, aún así no quería saltarse nada. Respiro hondo y comenzó a leer.

"Toda mi vida sentí que no tenía dónde llegar, que mi vida cabía en una maleta y mi paso por el mundo jamás quedaría grabado en el corazón de nadie. Viví mi vida pensando que algunos nacemos para ser los extras, algunos somos los amigos de alguien que tiene una gran aventura. Somos el mejor amigo de la novia, el padrino del niño. El chico que entrega las cartas llenas de amor de una persona a otra. Nunca estuve tan asustado de ser eso como el día que supe que estaba enamorado de ti. Porque por primera vez desee con todas mis fuerzas ser yo quien tuviera esa increíble aventura, quien recibiera esas cartas de amor. Y tú me hiciste sentir así. Me llenaste de cartas aún cuando no estuve. Y por primera vez mi paso por el mundo fue recordado por alguien. Me haces sentir como si no tuviera que preocuparme por nada porque el amor que tenemos será más fuerte que un problema. Y es que hoy veo que tu eras lo que le faltaba a mi vida. Tú eres mi hogar y mi compañero de viaje. Eres con quien quiero estar cada noche y con quien quiero viajar cada día. Gracias por llegar, gracias por enseñarme a ser el protagonista, te prometo vivir cada día a tu lado como si fuera el último. Te amo más que a nadie, Alan."

Alan tuvo que luchar con todo su instinto que rogaba por besarlo en ese mismo momento, se conformó con colocar su frente contra la del amor de su vida y acariciar su rostro húmedo por lágrimas de felicidad.

" Hoy estoy aquí para jurar ante tus ojos y los del mundo las promesas que te hice hace unos años en las cartas más sinceras que ha visto el papel, poraue tu eres todo lo que amo dejame decirte que...

Te prometo no volver a ver de lejos tu brillo, prometo brillar contigo. Prometo no separar partes de ti, prometo amarte por completo. En las buenas y en las malas.

Prometo ser real contigo y dejar que tu lo seas también.

Hoy me toca prometer que nunca jamás dejaré que seas el adulto. Que no importa que tan perdido esté, no dejaré que seas la segunda estrella y hacerte a la derecha. Que no importa cuántas wendys me cuenten sus cuentos, siempre escucharé tu cascabel. Y que nunca más seré un pirata, jamás volveré a robar tu sonrisa.

Porque prometo, que esta vez, no dejare que tengas que perder parte de ti por estar conmigo. Te prometo que podrás contar conmigo en cada paso que quieras dar a mi lado. Te prometo que esta vez seras tu quien ponga las reglas y yo jugare a tu juego. Porque la única forma de sentir que no todo está perdido es cuando veo tu sonrisa.

Seré tu lienzo y tu mi pincel...

Porque tu eres mejor que un infinito

Quiero ser contigo como soy conmigo, sin secretos ni metáforas, desnudo y descalzo. Que me veas en tus ojos y reflejarte en los míos.

Quiero que seas esa historia que nunca olvidaré.

Porque Ben, hoy te prometo que no hay nada que me falte en la vida si tu estás en ella. Seamos una historia digna de ser escrita y que cuando el destino nos lea no nos olvide"

La sacerdotisa los declaró marido y hombre y con el beso más sincero que haya tocado el mundo, sellaron su amor.

Hemos llegado al final y yo te pregunto:¿Ahora me crees cuando te digo que el amor existe? Porque no importa si te enseñaron cómo debía ser, si te pusieron límites o reglas, si te enseñaron que no puedes amar a alguien por lo que tenga o no tenga entre las piernas. Nada de eso importa porque siempre puedes crear tu propia forma de amar.

Porque cada uno de ustedes tendrá un amor diferente






Fin

Un amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora