•Anécdota #20•

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¿Recuerdan que les dije que gracias a Tsuyu ocurrió el "Black Love Day"? Pues hoy toca adentrarnos en ese chisme juju.

Ocurrió durante una de esas actividades entre clases que hacían cada cierto tiempo. Esta vez fue organizada para llevarla a cabo en el comedor y consistía en reforzar confianza y diálogo sobre problemas existentes, la verdad me recordó a la escena de Mean Girls donde se dicen sus verdades en el gimnasio. Fue algo así pero más pasivo.

O lo era hasta que fue el turno de Tsuyu.

Había un micrófono y pasaban a hablar delante quienes tuvieran algo que soltar. Primero vamos con algunas menciones honoríficas.

Cuando pasó Shōto se quedó en silencio unos momentos para hacer contacto visual con el público. 

—Mina, una vez me dijiste que debería sacarle las tarjetas de crédito al viejo.— De su bolsillo sacó una billetera.— Compré un refrigerador para que dejen de usarme a mí como heladera.— Confesó.

Todos aguantaron las risas e intentamos aplaudir como debíamos hacer luego de cada turno. Seguido de él fue el turno de Mineta.

—Debo confesar que… soy un tanto pervertido.— Todos quedamos como: Nahh, no me digas.— ¡No me juzguen!

Luego subió Shinsō con su seriedad de siempre, su clase le había obligado a participar y se notaba que él no quería estar ahí.

—Tomaré esta oportunidad para aclarar por última vez que no soy el hijo ilegítimo de Aizawa-sensei o algo así.— Ahora si no me aguanté la risa.— Sí, les hablo a ustedes dos, dejen de molestarme.— Nos señaló a Shōto y a mí. 

Y ahora finalmente comenzó el caos en su máximo esplendor. Tsuyu se acercó al micrófono y suspiró con cierto cansancio, como si el realidad no quisiera hacer lo siguiente pero ya era una necesidad inhumana el soltarlo.

—No me gustan los rodeos, por lo mismo estoy cansada de verlos chocar entre ustedes con torpeza sin atreverse a confesarse, les ahorraré todas las molestias, kero.— Ella tomó el micrófono quitándolo del pedestal para caminar a gusto.

Un aire helado recorrió a muchos en ese momento, esa había sido la declaración que arruinaría a muchos allí presentes, desde ya varios cubrieron sus rostros.

—Shōji-kun y Tokoyami-kun, ambos quieren más del otro, saltan chispas entre ustedes y deben aceptarlo.— Los primeros caídos, ellos se miraron incrédulos, una gran cantidad de murmullos se alzó.— Awase-kun, debes comenzar a aceptar que no tienes ni una posibilidad con Yaoyorozu-chan, kero. Sí, todos lo notamos, por favor pasa a algo más por tu bien.

La pelinegra se llevó una mano a los labios a modo de sorpresa con completa elegancia, hasta en eso era perfecta, yo me hubiese ido de culo. Awase por su parte cubrió su rostro con su bandana y algunos de sus compañeros le dieron palmaditas y asintieron dando la razón a Asui.

—Shōto, trae los caramelos.— Le susurré señalando una de las tiendas cercanas que los dejaban en el mostrador, él se apresuró para así disfrutar ambos el espectáculo de esta forma.

—Hablando de Yaoyorozu-chan.— Kyoka se tensó.— Jirō gusta de ti, y todos saben que tú gustas de ella, por favor ahorren las conversaciones torpes cuando ya tienen todo ganado, kero.

Ellas se ruborizaron a más no poder, era simplemente asombroso el caos que se estaba formando de un momento a otro.

—Todoroki-kun, el 90% de las chicas de la academia quiere salir contigo, hazles un favor y diles que no tienen posibilidades tampoco, entonces quizás puedan pasar sus espectativas a Bakugo-kun.

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