•Mi primer día en mi RD #3•

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Tercera parte:

Al librarme de una muerte segura tras chocar con Bakugo, volví a reunirme con Mina que me estuvo esperando para entrar juntas a lo vestidores femeninos. Allí hablé un poco más con las chicas.

Terminé de cambiarme antes que Ashido así que le pregunté si quería que la espere, sin embargo me dijo que me adelante. Salí bien obediente y llegué hasta el pasillo donde me detuve. No quería salir solita en realidad, me pregunté si Kiri ya habría salido de los vestidores de chicos.

Me quedé esperando a que salga alguien para preguntarle si estaba dentro, me dio cosita llamar a la puerta porque se escuchaban carcajadas y sepa Nezu qué estaban haciendo.

Me iba a resignar cuando finalmente salió alguien; Shōji.

—Disculpa.— Intenté llamar su atención, él volteó a verme y le sonreí.— Quería saber si-

No tuve tiempo a nada más antes de que el terror se plasme en sus ojos y salga corriendo hasta el final del pasillo. No supe qué carajos estaba sucediendo, no recordaba haberle hecho nada.

Nuevamente me vi sola en el pasillo.

—Pues gracias.— Hablé a la nada sin entender.

Tiempo después me enteré que me tenía miedito porque creía que era una matona por la forma en que enfrenté a Iida y Bakugo. De todas formas el malentendido se resolvió la primera semana de clases cuando empecé a ayudarlo con matemáticas.

Mina aún no parecía tener intenciones de salir, así que con los ovarios bien puestos me decidí a tocar la puerta y preguntar por Kiri. Las risas aún se escuchaban, sin embargo también pude escuchar cuando pasos se aproximaron, segundos después la puerta fue abierta por Denki que con suerte y usaba sus pantalones.

—¿La ayudo en algo señorita?— Se recargó en el marco de la puerta, nuevamente con ese tono coqueto.

Recuerdo que miré al techo preguntándome si era la favorita de Dios o algo así. Que me señoritee la vida.

—Lamento irrumpir, me preguntaba si Kiripima sigue dentro.— Intenté no sucumbir a la locura.

—El señor Kiripima aún ha de tardar algunos minutos, ¿le gustaría que le pase un recado?— A él le gusta bromear hablando de forma elegante.

—Sí por favor, dígale que lo estoy esperando si no es mucha molestia.— Le seguí el juego.

—Sus deseos son órdenes, señorita.— Realizó una reverencia.— ¿Algo más?— Entré en pánico porque su tono de voz fue muy insinuante.

—Nop, adiós.— Regresé al pasillo central como si nada, a mis espaldas escuché su risa.

Si bien dijo que tardaría en salir, Kirishima apareció a los pocos segundos, supe que se vistió a la rápida porque tenía la camiseta al revés.

—Kiripima… no, déjalo.— Lo siento, pero se veía adorable.

Ambos salimos al patio y comenzamos a conversar de lo que nos parecía todo hasta ahora. De vez en cuando escuchábamos a Aizawa quejarse porque aún no llegaban todos, susurraba cosas como "No entiendo por qué tardan tanto si solo les pedí cambiarse, agotan mi paciencia" y se aseguraba de que todos lo escuchemos.

Anoten: Aizawa es MUY pasivo agresivo.

Eijiro en cierto punto me pidió que lo disculpe y se fue a hablar de alguna cosa con Sato. De igual forma no estuve sola mucho tiempo porque llegaron Mina y Hanta.

—Hola~— Sero me miró con gracia y cierta superioridad tras pasar un brazo por mis hombros y recargarse en mí. 

Ese gesto me lo conocía bien, es una forma de decirte "Enana" sin palabras, la gente baja me entenderá.

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