•Anécdota #9•

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Es momento de contarles una de mis anécdotas en el campamento de entrenamiento, precisamente el momento de la prueba de valor entre las dos clases antes de que todo se vaya al carajo.

Como saben las parejas iban al azar y yo respeté eso, por lo que estaba ansiosa por saber con quién me iba a tocar y en qué parte del caos iba a quedar. Sabía que probablemente otras parejas canónicas iban a verse alteradas, así que pensé: "Pobre diablo al que le toque con Bakugo, es el epicentro del caos" 

Bueno…

¡YO FUI ESA PERSONA DESAFORTUNADA!

Todas las otras parejas permanecieron igual, a excepción de que ahora Izuku iba con Todoroki.

—Pequeña perra.— Me llamó y me apresuré a ir con él porque debíamos formarnos.— No te voy a estar haciendo de niñero, así que no me des problemas.

—Ya quisieras tener que cuidar de mí, no tienes tanta suerte.— Le saqué la lengua.

—La afortunada eres tú porque te tocó conmigo.— Alzó las cejas de forma altanera.— Pero a mí no me hace ni la mínima gracia, ¿entendido?

—Si no quieres ir con ella podemos cambiar.— Le propuso Shōto que iba pasando de junto.— Hola.— Me saludó con una pequeña sonrisa que le correspondí.

—¿Qué tal Todoroki-kun?

—¡Jamás iría con Deku!— Se alteró de inmediato.

—No te preocupes Kacchan.— Ahora se unió Izuku.— Entonces yo puedo ir con Pequitas.

—Vayan a su puesto mugrosos.— Señaló el final de la fila.— ¡Fuera!— Los echó.

Ellos lo observaron extrañados pero sin más se fueron tras despedirse de mí. No reparé demasiado en su pelea porque siempre estaban como el perro y el gato, así que me dediqué a esperar nuestro turno.

Cuando finalmente nos tocó, un gran temor se apoderó de mí, y no porque la clase B intentaría asustarnos, sino porque era un bosque. ¿Y qué hay en los bosques? Arañas.

¿Y si me caía una araña gigante de un árbol? ¿O peor aún trepaba por mi pierna y no lo notaba? La aracnofobia es parte de mí.

Ya nos habíamos internado bastante en el bosque y sólo podía pensar en ello, incluso sentía los cosquilleos como si algo caminara por mi piel, eso solo me ponía más nerviosa.

Decidí distraerme en Bakugo, me giré a verlo y pude ver su carita de concentración. Se veía relajado y como si aquello no le afectara, pero la verdad sabía que si estaba un poco asustado porque él odia que caminen por delante de él y aún así iba un poco más atrás de mí.

Se me ocurrió asustarlo.

El karma me llegó incluso antes, porque justo en ese momento algo de verdad cayó sobre mí y lo sentí perfectamente.

—¡AHHHHHH!— Estoy segura de que mi grito se escuchó por gran parte del bosque.

—¡AHH!— Se asustó él también por mi repentino alarido y se puso completamente alerta.

—¡QUÍTAMELA, QUÍTAMELA!— Estaba modo pánico dando saltos y sacudiendo las manos frenéticamente intentando quitarme el bicho.

—¿¡DE QUÉ MIERDA HABLAS!?

—¡LA ARAÑA! QUITALA BAKUGO.

No sé si alguna de las personas de la clase B nos habrían visto, pero si lo hicieron seguro pensaban que estábamos pendejos.

Él me sostuvo repentinamente de los hombros para evitar que siga saltando como bolita de goma y con simpleza me quitó una rama del cabello.

—Oh.— Quedé como una tonta.— Igual te asustaste, no te hagas.

—Te dije que no sería tu niñero.— Me regañó. 

—Lo siento.— La verdad si fue muy tonto de mi parte, normal que se hubiese molestado.

Esta vez fui yo quien iba tras él, estaba un poquito avergonzada por haberme asustado y lo peor es que si de verdad me caía una araña ahora ya me daría pena pedirle ayuda.

De repente se detuvo de golpe y choqué mi naricita en su espalda. Ni el Titanic con el iceberg fue tan fuerte.

—No te pongas así.— Suspiró girándose. — Si puede dar un poco de… miedo, así que es normal.

—Más que eso me preocupa que me caiga una araña.— Confesé.

—Eso no va suceder.— Guardó las manos en sus bolsillos, luego las volvió a sacar y las movió un tanto inquieto.— Pero si te sirve de algo… prometo quitarla, ¿bien?

—¿De verdad?— No me lo esperaba para nada, pero no me iba a negar.— Entonces yo también voy a cuidar de ti.

Él rodó los ojos y luego frunció el ceño, volvió a guardar las manos con fuerza. Parecía tener una batalla interna consigo mismo.

—Haz lo que quieras.

Volvió a caminar y yo me mantuve un poco atrás pero con el ánimo recuperado, mi paranoia casi se había esfumado por completo. Entonces repentinamente se detuvo nuevamente, esta vez pude evitar el impacto.

—Pero no te quedes tan lejos o será difícil, maldición.— Quitó una de sus manos de su bolsillo y buscó la mía.— Quédate cerca.

Ninguno dijo nada más, por mi parte es que estaba un tanto apenada en ese momento porque no es común ese comportamiento en él.

En el fondo Katsuki es un amorcito que si se preocupa por los demás.


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Buen día<3 Les traigo otra actualización grande porque tuve noche de insomnio y me acordé de muchas cosas KSJDJSK

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