•Anécdota #22•

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Toca un chisme de un momento un tanto aterrador que pasé, y donde tuve que dar todos mis dotes de actriz.

Fui a trabajar unas semanas con Hawks porque él me invitó, y como era trabajo real me llamaba la atención, además nos llevábamos bien porque tenemos una personalidad un tanto parecida, así que sería divertido.

Estuve aprendiendo de él y al mismo tiempo a veces debía ayudarlo con ciertas cosas de oficina, pero pasábamos mucho tiempo juntos. 

Una de esas veces ocurrió algo distinto, nos subimos a un auto negro desde un lugar distinto a su empresa y partimos hacia un camino que nunca hicimos antes hasta las afueras de la ciudad.

—¿Dónde vamos?— Yo iba en el asiento del copiloto.

—Tengo que hacer un pequeño recado y luego regresamos, no nos tomará mucho.— Él conducía, lo cual de por sí era más raro, ya que normalmente caminamos o me lleva volando (lo que es su cosa favorita porque me asusta con soltarme).

Pero si salimos en auto, que es casi nunca, él nunca conducía, siempre había un chófer.

Decidí no preguntar nada más, estaba un poco extrañada porque se le veía un poco tenso y no bromeaba como siempre. Supuse que estaba cansado o algo así, por lo que no quise hablar mucho tampoco y le dejé hacer el resto del camino en silencio.

Cuando llegamos estacionó en una especie de automotriz vieja, no se veía terrorífica como en las películas pero si se notaba que llevaba bastante tiempo sin ser ocupada. Me quité el cinturón de seguridad para disponerme a bajar con él.

—Espérame aquí.— Pidió rápidamente en una sonrisa más falsa que Sato con diabetes.

—¿Por qué me trajiste si no me harás participar?— Esto se ponía cada vez más raro.

—Porque… sólo te necesito aquí, ¿bien?— Su voz se notaba un tanto suplicante, así que una vez más accedí a quedarme allí.

Él bajó y esperé a que desaparezca de mi vista para ponerme a revisar el auto rápidamente, estaba modo paranoia. Incluso saqué la cabeza por la ventana para ver si acaso algo caería algo del cielo y moriría aplastada.

No encontré nada fuera de lo común así que igual de nerviosa me quede allí quieta cuando el celular sonó. Había dejado el celular de trabajo en la guantera (porque tiene como cinco celulares) y como tengo permiso para revisarlo así lo hice. Era la notificación de un mensaje que alertaba de un ataque en la zona sur de la ciudad, lo pedían como refuerzo.

No supe cuánto iría a tardar con lo que estaba haciendo, así que me bajé y me adentré al lugar para buscarlo.

—Es todo.— Escuché su voz al final del tercer piso.

Como estaba en el segundo ya, comencé a subir las escaleras, sin embargo escuché más pasos acompañando a los de él. De repente me sentí como si estuviese haciendo algo incorrecto, así que me quedé quieta para que no me vea.

—Hay otra cosa.— Mi ritmo cardíaco se disparó.

ERA LA VOZ DE DABI LPM, COMO NO SE ME OCURRIÓ ANTES. JAMÁS PENSÉ QUE ME LLEVARÍA A ALGO ASÍ.

Rápidamente busqué donde esconderme porque ya no alcanzaba a retroceder sobre mis pasos. Mi opción más rápida fue la ventana, salí y me quedé de pie en el borde. La verdad no sé cómo siempre acabo metida en estas cosas pero definitivamente no era bueno.

—¿Tienen más peticiones?— Ese era Hawks.

—Esto te resultará fácil, simplemente tienes que traernos a la chica.

•Mi RD en BNHA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora