•Recopilación #1•

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Les traigo una pequeña recopilación de situaciones random y muy tontas vividas en mi RD, espero lo disfruten.

1) Trío.

Ese día me fui a pasar la tarde a la habitación de Shōto, me pinté las uñas, hablamos, él jugaba con mi cabello, lo normal. Estaba relajada apoyada en su pecho mientras leía una revista y él me hacía algún peinado extraño, cuando de repente toda la paz decide acabarse.

—Contraté un trío.— Me dice con toda su calma.

—Genial.— Tardé unos segundos en procesarlo.— ¡¿Cómo?!— Me giré a verlo con tanta velocidad que casi se me rompe el cuello.

Él asiente.

—Un trío, para ti y para mí.

—¡¿Perdona?!— Le estaba viendo completamente anonadada, mi cerebro estaba haciendo lo posible por seguirle el paso a la conversación.

—¿No quieres?— Hizo carita de pena.— Quería estar más cerca de ti.

No sé cuánto tiempo quedé en blanco, literalmente se me formatearon las neuronas. Fui incapaz de reaccionar hasta que él pasó la mano frente a mis ojos nuevamente.

—Shōto, eso no se hace, debes preguntar primero.— Dije una vez recapacité.

—Lo siento… pero se supone que llega en 24 horas.— Cada vez que abría la boca me provocaba un nuevo mini infarto.

—¿Qué es? ¿Chico, chica, ninguno…?— Me ganó la curiosidad.

—Chico.— ¡Santa madre de Dios! ¿Qué iba a ser de mí?— ¿Eso importa?

—Sí… ¡es decir no!— Cubrí mi rostro frustrada porque en serio llegué a plantearme la situación.— No Shōto, no quiero, dile que no venga por favor.

Esta vez fue él el confundido.

—¿A quién?— Levantó una ceja.

—Al chico.— Contesté obvia.

—Él sólo me atendió, no está incluido.— Ahora si que no entendía nada.

—¿Me explicas nuevamente por favor?

—Contraté el trío que anunciaban en televisión.— Tomó su celular.— Para las compañías de teléfono.

Me quedé modo tiesa. Al segundo después comencé a reír con fuerza.

—¡UN TRI-BOX SHŌTO, NO UN TRÍO!— Caí de espaldas en la cama riendo a más no poder.

Era un paquete donde te daban minutos ilimitados con otra persona, internet y no sé qué más, pero era bien famoso.

—¿Entonces si lo quieres?— Se le iluminó la mirada nuevamente sin entender del todo.

—¿El trío o la oferta?

—¿Cuál es la diferencia?

—Eh… ninguna Shōto, ninguna.— Le di palmaditas en la espalda intentando conservar su inocencia.

Al día siguiente ya le había presumido a todos que había contratado un trío conmigo.

Me tocó explicarle la verdad.

2) La figura.

Uno de esos días como cualquier otro, Bakugo me pidió que lo acompañe a las afueras de la residencia de la clase, precisamente donde no pasaba ni un alma.

Yo por supuesto lo seguí sin drama alguno.

—Tengo algo que decirte.— Empezó una vez estuvimos completamente solos.— Y una vez lo haga no quiero que te alejes, ¿de acuerdo?

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