ᴄᴏɪɴᴄɪᴅᴇɴᴄɪᴀ

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— ¿Quieres parar de beber, por favor?.

— No, déjame en paz.

— Pero...

— Pero nada— Sus palabras tambalearon al salir.Déjame, es mi día libre.

— Eso no tiene nada que ver, querías platicar y no lo haz hecho porque solo sigues bebiendo— Dijo intentando quitarle el vaso de las manos en lo cual falló.

— ¿Y qué importa? Si yo no lo entiendo menos espero que lo entiendan. ¿Haz estado confundido?— Aunque su vista estaba nublada pudo ver perfectamente como su acompañante negó.— No tiene caso que intentes entenderlo.

— Pero ¿Exactamente de quien? ¿Es tu novia, novio, alguna de tus amistades? ¿Quién es el problema?.

Yo.

— Por favor linda, no digas ridiculeces ¿Qué habría de malo en ti?.

— Es que ella, es tan fantástica, bonita y sexy, divertida, atrevida, su presencia es simplemente impresionante y yo... Soy yo.

— ¿Tu eres...

— Choi Yuna, la abogada más déspota y aburrida de la ciudad, me presento.Alzó el pequeño vaso vacío pidiendo líquido nuevamente.

Vamos, creo que estás exagerando.— Dijo haciendo señas al encargado de barra de parar de servirle a su amiga.— Tal vez ella también piense que eres muy impresionante.

— De verdad lo dudo.— Se quedó en silencio mientras su mirada se perdió en el vaso que todavía estaba vacío— ¡Oye ¿Qué pasa con mi whisky?!.

— Creo que es suficiente, nos vamos.— Pidió la cuenta con una seña, cuando llegó saco dos pares de billetes poniéndolos sobre la barra.

Ayudó a Yuna para ponerse de pie para ayudarla a caminar, por otro lado la abogada seguía en negativa de querer irse de aquel lugar.

Cuando llegaron al carro de Yuna le pidió las llaves, supo que era un nuevo reto cuando se las negó y dijo que ella manejaría.

— Yuna es enserio, dame las llaves. No puedes manejar así.

— Claro que puedo y voy a manejar, quítate de la puerta.— Le costaba mantenerse de pie, ni siquiera tenía la fuerza para quitar a su amigo.

— No, dame las llaves, te llevaré a tu casa junto con tu lindo auto y después me iré caminando a mi casa.

— No quiero ir a mi casa, vamos a la tuya y seguimos la fiesta ahí.

¿Una fiesta a las seis y media de la tarde en su casa? No sonaba tentador y tampoco quería hacerlo pero tendría que fingir que sí.

— Como quieras, pero debes darme las llaves.

Yuna solo rió dándole el conjunto de llaves y trato de caminar hacia la puerta del acompañante tambaleandose en el intento y terminando siendo ayudada por su amigo para después él subir al asiento del conductor.

El auto habia cruzado unas cuantas calles cuando el timbre de llamada hizo eco en el interior del carro, Yuna ignoró el sonido del teléfono de su amigo acomodándose mejor en el asiento y de vez en cuando jugando con la ventana.

Fue hasta que se detuvieron en un semáforo que el auto se detuvo cuando pudo sacar su teléfono del bolsillo y contestar.

— Jefa ¿Sucede algo?.

𝑪𝑶𝑵𝑭𝑰𝑫𝑬𝑵𝑻 || 𝒀𝒆𝑱𝒖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora