ᴀᴛʀᴀᴘᴀᴅᴀ

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El insistente sonido de su despertador hizo que abriera los ojos, arrepintiendose al recordar que hoy era sábado, y eso significaba que también trabajaba, menos de lo normal, pero aún así trabajaba.

Se levantó, intentando no caerse por el tambaleó que le provocaba lo mareada y desorientada que estaba su cabeza. Había bebido demasiado.

Reviso su teléfono de manera rápida, encontrándose con un mensaje de SinB en la bandeja, bueno, era más de uno. Esperaba no haber arruinado nada.

"Son las 2:30 de la mañana,te acabo de dejar en tu casa."

"Eunha dice que te veias graciosa."

"Espero que estés bien para la celebración de hoy, mi bebé en camino también es importante"

"Te veo en la oficina, si es que no moriste de un coma etílico".

Se volvió a recostar, dándose cuenta qur SinB la había dejado en su sillón. Se sentía mal, la resaca le había pegado demasiado fuerte, ni siquiera estaba segura si podría soportar otra noche así.

Aunque claro, el matrimonio Hwang– Jung eran sus amigas más controladas, obviamente después de ella.

Considerando que Eunha no podría tomar y que SinB la cuidaría con su vida, aquella reunión acabaría rápido y sin muchos tropiezos por el alcohol.

Volviendo a su situación deplorable, decidió que lo mejor era tomar una pastilla e ir a su trabajo, no le gustaba desperdiciar días de trabajo.

Mientras se cambiaba, después de haberse bañado, su cabeza hizo el conteo de las veces que había perdido las riendas de ella.

Y vaya que habían sido muchas.

Y todas tenían una sola culpable en común.

Aparte de ella misma.

Y es que Yerin había sido la causa de sus desvelos, malos ratos y al igual que sus momentos dónde su corazón sintió que podría salirse de su pecho por la tensión.

Yerin había llegado solo para ponerla a prueba.

Y ella había fallado.

Hizo que su actitud cambiará, y fuera un poco más compresiva con Dahyun aquel día de su cita, había pasado mejores momentos entre bromas con sus amigos, y había descubierto lo ebria que se podía poner cuando no quería que su cabeza pensará en ella.

Y todo era culpa de Yerin.

Yerin habría provocado que dejara a su vida solamente fluir, y sin controlarla descubrió que podía ser envuelta en muchas cosas solamente por dejarse llevar por su sentir.

— Eso tiene que volver a cambiar.

Y es que la verdad no le gustaba del todo el rumbo que estaba tomando. No era una adolescente de dieciséis años queriendo probar a la suerte de dónde la llevaría la vida.

Desde pequeña le había gustado tener en control en todo, incluso cuando conoció a Yewon lo tenía o eso creía haciendo que rompiera su compromiso días antes de la boda.

Y ahora no tenía nada, ni el control de su vida, ni de su trabajo, ni de ella misma y tampoco tenía a Yerin que haría que todo lo anterior dejara de importar.

𝑪𝑶𝑵𝑭𝑰𝑫𝑬𝑵𝑻 || 𝒀𝒆𝑱𝒖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora