Mi mano se mantiene temblando mientras que Dahn termina de curarse a si mismo.
Uno que otro gruñido sale de sus delgados labios por el dolor. Intento ayudarlo pero me empuja con su mano libre.
—No... No me toques.—Ordena sin mirarme.
Me quedo callada observando cada uno de sus movimientos, y sus expresiones.
—¡Maldición! ¡Malditos hijos de puta! Infelices...
Sigue maldiciendo mientras que yo solo lo miro estupefacta desde mi lugar. Me mira un momento y se ríe con burla hacía mí.
—Tapa tus oídos a menos que quieras ir al infierno.—Su mano manchada con sangre toca mi rostro; provocando un escalofrío en todo mi cuerpo.
Siento la humedad en mi rostro pero solo me concentro en la dureza de su mano contra mi mejilla.
Aprieta mi mejilla por última vez y la suelta un brusquedad. Cuando se termina de limpiar la herida suelta un gran suspiro dejándose caer a la cama por completo.
Me quedo ahí, en el piso; justo a su lado, esperando a que me diga o pida algo. Pero no es así, no dice nada, sus ojos se mantienen cerrados y una expresión de alivio está plasmada en su rostro.
—¿Puedo irme?—Susurro con temor.
Abre los ojos con cansancio, y su mirada se enfoca en mí.
—Por mí pudiste haberte ido desde hace horas. Deja de pedir mi permiso para hacer cosas, no soy tu padre, niña.—Suelta con un tono brusco.
No era mi padre.
Tenía razón.
—Iré de compras de una vez. ¿Necesitas algo en especifico? ¿Comida?
Me mira pensante, pienso que otra vez insultará contra mí pero no es así.
—Quiero un jugo de piña.
—¿Jugo de piña?
—Jugo de piña.—Afirma.
Asiento ante eso, y una pequeña sonrisa se forma en mi rostro. Pensé que pediría tal vez... ¿Cerveza? ¿Alguna clase de licor?
Pero pidió un jugo de piña...
—Y cigarrillos.—Escuché su grito desde la habitación.
Y cigarrillos.
Salí de la casa fijándome en la puerta rota, también deberíamos arreglar eso.
Camino por al gran túnel, no hay personas, prácticamente se podría decir que luce cómo un pueblo abandonado.
Después de explorar me encuentro con una tienda de ropa. Empiezo a rebuscar entre estas buscando algo adecuado para Dahn; intentado buscar algo que se acople a su cuerpo. Tomo varias camisas, pantalones, calcetas, y dos camisas de manga larga. Para mí solo tomo un pantalón de pijama, y una blusa larga igual de pijama. Mi mirada cae en un ¿pijama? O debería decir ¿lencería? O simplemente algo que nunca me atrevería a ponerme, me alejo de ese conjunto, pero algo me detiene ¿debería tomarlo? ¿Que me detiene ahora? Soltado un suspiro para tomar valor lo tomé poniéndolo junto con la demás ropa.
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Pecando Entre Sangre.
Любовные романы¿Por qué empecé a admirarlo a él? Él no es bueno, él es considerado un pecado en mi religión. Él no tiene escrúpulos, no tiene hogar, no tiene una familia. No sabe amar, o al menos eso decían. Sabía en lo que me estaba metiendo cuando lo liberé. S...