Ambos nos quedamos estáticos ante el sonido de la puerta ser golpeada, apenas anoche Dahn la reparó, y eso es de gran ayuda en este momento.
—¡Eirian!—Es voz me es muy familiar.—Sal de ahí de una vez, se lo que hiciste, Eirian.—Ian, ¿por qué ahora?
Observo a Dahn mirarme con enojo, apreto los labios, y decido plantarle cara a Ian, merece una explicación.
—Ve a la habitación, yo me encargo.—Le susurré a Dahn dándole un pequeño empujón.
Rueda los ojos, y me mira con amenaza, sin decir nada más se encierra en la habitación.
Camino hasta la puerta con lentitud, hasta abrirla y poder visualizarlo frente a mí; con una cara de decepción, combinada con tristeza.
—Eirian.—Al verme sus brazos rodean mi cuerpo.—¿Estás bien? ¿Huiste con ese idiota? ¿Te hizo daño?—Él mismo me separa de su pecho para buscar algún tipo de herida.
—Ian, estoy bien.—Susurro con timidez.
—¿Dónde está ese idiota?
—No estoy con él.
—¿Dónde está, Eirian? Lo están buscando por todas partes, estarás en graves problemas.—Sus manos suben a mis hombros dándoles un apretón.
—De verdad no está conmigo.—No quiero mentirle, perdón Ian.
—Bien.—Susurró caminando hacía la sala.
Intenté detenerlo pero me interrumpió—Voy por agua, esto me estresó mucho.
Asentí más calmada, me había creído.
Me giré para cerrar la puerta principal.
—¿Dónde estás, maldito?—Escuché la puerta de mi habitación ser abierta, lo que hizo que me girará al instante.
—¡Ian!—Corrí hacía él quien ya tenía sujetado a Dahn por el cuello de su camiseta.
—¿Tú eres Dahn Min, maldito infeliz?—Sacudió a Dahn mirándolo con enojo.
Observé a Dahn con miedo a que le fuera a soltar un golpe a Ian, pero no fue así, solo se mantuvo con un expresión seria.
Hasta que formó una sonrisa de lado finalmente hablando:
—No, para nada, soy un actor porno ¿no lo ves?—Murmuró Dahn con una sonrisa llena de sarcasmo.
—Acabas de escapar de la cárcel, ¿y eres capaz de bromear?—Una pequeña vena empezar a resaltar en la frente de Ian.
—Sí.
—Ya, suéltalo, Ian, por favor.—Susurré tomándolo de la camisa.
Dahn me miró, y luego miró a Ian.
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Pecando Entre Sangre.
Romance¿Por qué empecé a admirarlo a él? Él no es bueno, él es considerado un pecado en mi religión. Él no tiene escrúpulos, no tiene hogar, no tiene una familia. No sabe amar, o al menos eso decían. Sabía en lo que me estaba metiendo cuando lo liberé. S...