Dahn Min
“Parte Uno”
No sé en qué momento mi corazón se comenzó a acelerar con su presencia, o con las palabras tan idiotas qué decía: las cuales me hacían darme cuenta de lo jodidamente rota que estaba.
No sé en qué momento comencé a desear tomarle de la mano, o deslizar las tirantes de su blusa para llenar de besos sus hombros, no sé en qué momento comencé a preocuparme por ella, o por su bienestar.
Tampoco se en qué momento tomamos distancia, o ¿Yo fui quién se alejó de ella? ¿Yo lo hice? ¿Yo la alejé de mí?
¿Cuánto comenzó todo esto?
(...)
— ¿Para mí?
Eirian asiente golpeando levemente mi pecho con las flores otra vez. Mi corazón comienza a latir cómo si nuevamente fuera un adolescente enamorado, intento no sonreír, intento sonar rudo, incluso intento ignorarla, pero nada parece funcionar.
—Gracias.—Quiero sonar desinteresado, pero mi voz tiembla y mis labios se relamen, lo que realmente quiero hacer es llorar en sus brazos cómo un niño desamparado, cómo lo que siempre fui.
—Dahn ¿quieres salir conmigo está noche?
La miro, de nuevo intento no mostrar lo qué siento. E inconscientemente termino siendo más grosero de lo normal.
—No, no estoy de humor.
—Oh, lo siento. Entonces, iré a la habitación.
No digo nada, solamente me concentro en mirar, en mirarla, y notar lo transparente qué es por medio de sus expresiones. Suelto un suspiro sintiéndome enojado conmigo mismo al comportarme de esta manera.
Miré fijamente la puerta de la habitación de ella. Mis pensamientos se encontraban revueltos y ansiosos, ¿la estoy comenzando a querer? ¿Eso es posible?
Así pasaron los segundos, los minutos, y las horas, hasta que al final decidí ir a su habitación. Siempre he sido un cobarde.
Abro la puerta y la observo dormir, tiene algunas lágrimas en sus mejillas. Y se qué es mi culpa.
—¡Hey!
Se asusta y me mira con los ojos bien abiertos, evito burlarme de eso.
—¿Qué pasó? ¿Quemaste algo?
—No seas bruta.—Hasta dormida te preocupas por mí.—Salgamos, llévame a dónde me dijiste.
—¿En serio?
Asentí y lo único que pude sentir fue su cuerpo unido al mío. Mis brazos se movieron inconscientemente hacía ella, deseando abrazarla, y se qué no está bien, la única reacción que tuve fue empujarla a la cama.
—Cámbiate, antes de que me arrepienta.
Ella asintió de inmediato.
Salí de la habitación sintiendo mi corazón en la mano, pero actúe cómo si no fuera así.
(...)
—¿Qué haces?—Pregunté sin poderme aguantar las ganas de mirarla otra vez.
Ella me miró avergonzada.
—No sé qué ponerme.—Se quedó callada un momento mirando el armario—Siento que nada me queda bien.
—Ponte lo qué sea.
¿Cómo le digo que todo lo qué se ponga la hace ver bien?
Me acerqué a ella y tomé algunas prendas, no las escogí con detenimiento, simplemente se qué le quedaran bien. Sin decir nada más salí de la habitación.
Unos minutos más tarde ella salió con una pequeña mueca que intentaba disimular con una sonrisa.
—Ven aquí.—La llamé, ella me miró y se acercó a mí lo suficiente cómo para sentir el aroma dulce de su perfume.
Subí mis manos a su camisa haciéndole un pequeño nudo justo arriba de su ombligo.
(...)
Justo esa noche, bebí, bebí y bebí.
Y pensé en él, en Yuan.
Todos estos años me sentí cómo un niño. Él siempre fue alguien en quién podía recurrir, alguien que resolvía mis problemas.
Esa tarde qué me abandonó, sentí que crecí. Pero había un problema... Yo no quería crecer.
(...)
Todos se enamoran por primera vez en la adolescencia. Yo pensaba qué era así, pensé qué Yuan había sido mi primer amor.
Pero esa noche todo cambió. Esa noche, cuándo los dos estábamos ebrios, todo cambió. El licor y sabor a cereza de sus labios mandaban pequeñas corrientes a mi corazón, esa noche deseé besarla hasta cansarme. Esa noche deseé volver a ser un niño y dormirme en sus brazos.
Tal vez fue el clima, pero esa noche sentí una chispa.
Y tal vez, después de tantos años, entendí a Yuan; porqué esa misma noche fue en la qué decidí qué también me tenía qué ir.
(...)
¡Hola! ¿Cómo están?
Les vengo a dejar un pequeño capitulo narrado por Dahn, prometo subir la segunda parte lo antes posible.
Los amo, gracias por leer una vez más💗
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Pecando Entre Sangre.
Любовные романы¿Por qué empecé a admirarlo a él? Él no es bueno, él es considerado un pecado en mi religión. Él no tiene escrúpulos, no tiene hogar, no tiene una familia. No sabe amar, o al menos eso decían. Sabía en lo que me estaba metiendo cuando lo liberé. S...