Capítulo 6

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Stela Willians.

Iba por los pasillos del instituto camino al gimnasio de baloncesto dónde era la clase de educación física, cuándo alguien pasa por un lado de mí y mete el píes y caigo el piso.

Lo que faltaba.

—Bueno, ¿ahora a todos se les dio por meterme el píes o qué?— Exclamé y me levanté del piso.

—Yo....— El chico no dijo mas nada y se fue.

—Prefecto.— Murmuré y seguí caminando pero en eso viene el chico nuevo.

—¿Estás bien?— Preguntó el pelinegro al ver lo que había pasado.

—Si, es que me metió el píes y ya, no importa.— Me encogí de hombros restándole importancia.

—Como quieras, pero si necesitas algo me dices y te puedo ayudar.— Asentí con la cabeza.

—¿No vas a clases?— Preguntó el nuevo.

—Si voy, pero solo a ver, no puedo hacer ejercicio.— No pretendía decirle que me dio un paro cardiaco.—y, ¿tú?

—No puedo, no hace mucho me di un golpe en la rodilla y por lo tanto no puedo hacer esas cosas.— Dijo mirándose los pies.

—Podemos sentarnos juntos, ¿qué dices?— Propuse y empezamos a caminar para el gimnasio.

—No creo que sea buena idea que estemos juntos en un mismo lugar.

¿Ah?

—¿Por qué no podemos estar los dos juntos en un mismo lugar? — Lo miré con el ceño fruncido.

¿Y a este qué?

—Es chiste, nada más quería ver tú expresión.— Rió y siguió caminando.

Me quedé parada como una tonta verlo caminar hacía el gimnasio, empecé a caminar hasta el y lo frené.

—Eso fue cruel, así no harás amigos.— Dije y entramos al gimnasio.

—¿Para qué quiero amigos?, así estoy bien, si el universo me manda un amigo lo recibiré pero si el universo no desea que tenga más amigos estará bien.

Fruncí el ceño y lo miré con extrañeza.—Crees mucho en el universo, pero no puedes esperar que el haga todo por ti, pon de tu parte y así se equilibran las cosas ¿no crees?— Entramos al gimnasio y nos sentamos en una banca en donde los jugadores esperan para salir a jugar.

—¿Quién dijo que no pongo de mi parte?, mira, estamos hablando, ¿no lo ves? podemos establecer una amistad pero si tú no quieres significa que el universo dice que no eres buena para mí.— Después de decir eso el chico sonrió y miró a los que estaban entrenando.

—Como digas.— Volví mi vista hacia Les que estaba demostrando como hacer una pirueta a los demás alumnos, se le daba muy bien a decir verdad.

—Además tú tampoco tienes muchos amigos.— Dijo el pelinegro y me miró de reojo.—Solo te he visto con la chica que está haciendo la pirueta.

—Si tengo amigos, solo que no estudien aquí es otra cosa.— La verdad es que el tiene la razón, pero no tengo amigos porque yo que sé.

—¿Aquí no hacen bailes?— Preguntó Michael.

—¿Qué tipo de bailes?— Cambió de tema de repente.

—Osea.— Se acomodó mejor en la banca y toda su atención estaba sobre mí.—Los que hacen en navidad, Halloween, de graduación, esas cosas.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora