Epílogo

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Tom.

Ya había pasado una hora desde lo sucedido, todavía no logro entender lo que sucedió.

Y todo gracias a mi, no la logré cuidar, Axel siempre tuvo el control de todo, y lo logró, logró destruir al único ser que me entendía, que aún así siendo un ángel cuidaba de mi, la única persona que se preocupó por mi en tanto tiempo, era mi amiga y no pude salvarla.

La herida de mi cuello sanó, puse toda mi concentración en ello, la herida de mi estómago también, solo estaba de rodillas frente al cuerpo de Stela.

—Supongo que fue difícil.— Un escalofrío invadió todo mi cuerpo al reconocer de quién era la voz que provenía detrás de mi.

—No.— Dije y cubrí el cuerpo de Stela como si mi vida dependiera de ello.

¿Qué más propósito iba a tener?

—Hey relájate, desde aquí puedo sentir tus emociones y puedo sentir que no estás feliz con mi llegada number one.— Negué con molestia.

—¿Por qué no me ayudaron cuándo pedí ayuda?, todos me ignoraron, resultó ser un demonio de categoría alta, la más fuerte para ser exactos y mira como resultó, pedí ayuda, ¿y qué dijeron?, no es importante solo es un demonio sin poder y mira como resultó, así que no me pidas que me calme, no es su hora, lo sé, soy su ángel y sé cuándo será su hora de partir de este mundo y hoy no lo será.— Dije con firmeza.

Puse una barrera sobre el cuerpo de Stela y aparecí frente al que me hablaba.

—No vengo por eso número 1.

—¿Y para qué más vendría el Ángel de la muerte?, ¿ha hacer una parrillada?, si me vienes a ayudar pues es tarde, mira el desastre que hay.— Mi mandíbula se tensó y este solo levantó una ceja restándole importancia a lo que acababa de decir.—Si me permites, haré algo para terminar esto en un entorno agradable.— Volví a aparecer frente a Stela y quité la barra de protección que la cubría.

—¿Sabes lo que estás arriesgando haciendo esto no?, te quitarán tu tutela como ángel, también sabes que podrás morir si haces esto, ¿no?

—¿Eso realmente importa?— Miré al de vestimenta negra y éste me tocó el hombro.

—No te diré qué hacer o no, pero salva a la chica, yo te cubro la espalda.— Me sonrió y yo seguí con lo mío.

Puse mis manos en el corazón de Stela, todos los recuerdos que pasamos juntos pasaron por mi mente, no bastó para que unas cuantas lágrimas cayeran por mis mejillas y también por el cuerpo de Stela.—Vamos Willians sé que puedes lograrlo, lucha conmigo, como lo has hecho siempre, vamos a superar esto, por favor vuelve a mi.— Cerré mis ojos y concentré todo mi poder para que el corazón de Stela volviera a latir, para que volviera a sonreír, que volviera a ser la chica amargada de antes, tan solo vuelve para darle sentido a esto Stela.

Me quedé ahí como 10 minutos y no veía progreso.—No hay resultado, no funciona.— Mi respiración se volvió agitada y la preocupación estaba presente, ¿cómo pude ser tan imprudente y dejar que se me saliera de las manos?

El de capa negra sintió mi miedo y me tocó el hombro.—Concéntrate, con miedo no lo conseguirás, mantente firme.

Volví a lo que estaba pero la presencia de algo, mejor dicho de quién hizo que me volteara.

—¿Sabes lo qué haces?— Me levanté del suelo y volví a crear una barrera en Stela.

—Lo sé, estoy protegiendo a mi humano.— La cosa a la que le estaba hablando se pudiera decir que es mi compañero, mas no mi superior así que no podía hacerme nada.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora