Capítulo 17

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Stela Willians.


—Stela cálmate, así no vas a conseguir nada.

—¿Cómo quieres que me calme?, si el bicho raro ese de la luz está en el cuerpo de Michael por mí culpa, ¿no ves la gravedad del asunto?— Reclamé con obviedad en mis palabras.—Tú siendo un ángel debes saber que su vida corre peligro y tengo que hacer algo al respecto.

—Eso lo sé Stela pero no puedes tomar una decisión apresurada, ¿pretendes ir hasta el y decirle que te devuelva el cuerpo de tu amigo?, eso no saldrá bien.

—¿Pero qué hago?, todo esto es mi culpa y si hay una persona que tienen que salir perjudicada tengo que ser yo.

—Deja de echarte la culpa encima, encontraremos una solución al problema, ahora duerme y mañana vas a tener que fingir que no sabes que Axel está en el cuerpo de Michael.

Tom me tomó por los hombros he hizo que lo mirara.

—Confía en mi cuándo te digo que el va a estar bien.
     
                                   (...)

Martes en el instituto.

—Stela, ¿por qué miras tanto a Michael?— Les y Robert no paraban de preguntarme el por qué miraba tanto Mike, bueno, a Axel en el cuerpo de Mike.

—¿Ahora no lo puedo mirar?, es mi amigo.

Nos encontrábamos en los pasillos del instituto viendo a Michael caminar hacía nosotros.

—Yo creo es que te gusta Mike.— Rodé los ojos ante el comentario de Robert.

—Piensa lo que quieras.— En eso reviso mi celular para disimular y veo un mensaje de un número desconocido.

Mensaje recientes.

<<Acuérdate de seguir el plan.>>

Apenas terminé de leer el mensaje se eliminó el contacto.

Supuse que era Tom y guardé mi celular en mi bolsillo, cuándo subo la mirada Robert se había ido con Les y no veía a Michael por ningún lado.

Dé repente todos en el pasillo desaparecieron y un aire diferente se presentó en el lugar.

Esto no me puede estar sucediendo a mi.

Caminé y caminé y el pasillo nunca llegaba a su fin, parecía una película de terror en dónde yo soy la protagonista, me empecé a sentir mareada, el miedo estaba en mi pero traté de tranquilizarme, no me puede dar un ataque de nervios en el instituto, pero es que la propia llorona se asustaría en una situación así.

Dé repente empezaron a salir cuervos negros de las paredes y me empezaron a picotear en cantidad.—¡¿Qué mierda?!— Corrí para quitármelos de enzima y en eso choco contra algo y caigo al suelo.

Me levanto lo más rápido posible y abro los ojos con temor a lo que me encontraría, no había nada, pero no bajé la guardia, aún podía sentir la presencia de algo.

—¿Ahora qué me harás?, ¿vas a entrar a mi cuerpo?, no creo que de verdad quieras hacer eso, todo tiene un propósito, ¿cuál es el tuyo?— Digo en voz alta pera recibir una respuesta a todo esto.

—Tienes razón, todos tenemos un propósito, pero tú y el me lo arrebataron, ¿pero para qué hablar sobre ésto si ni siquiera sabes de lo que estoy hablando?— Dijo alguien al frente de mi.

De verdad no sé de lo que él está hablando.

Era una sombra sin forma, solo una sombra que flotaba al frente de mi.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora