Capítulo 13

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Stela Willians.

Estaba copiando unos ejercicios que estaban en la pizarra cuándo una alarma hace que todos apartemos  la vista de la libreta.

—Quedarse en las aulas, unas personas ingresaron al instituto y desconocemos sus intenciones.— Anunció una mujer con la voz aguda.

El profesor se levantó de su asiento y cerró la puerta del aula con seguro.—Mantengan la calma, todos en sus puestos y no hagan ruido.

Todos asentimos pero varios alumnos estaban preocupados.

Yo en cambio estaba normal, ya estaba acostumbrada a tantas cosas que no me afectaba, veo en dirección a Les y la visualizo un poco nerviosa.

8 disparos aturdieron nuestro oídos.

—Agáchense todos y vayan a aquella esquina.— Susurró el profesor e hicimos lo mandado.

Me acerqué un poco a Les.—Hey, tranquila no va a pasar nada.— Asintió no muy segura.

—Sabes que no me gustan estas cosas, ¿por qué no me quedé en casa hoy?— La tomé por los hombros e hice que me mirara.

—A nadie le gusta que pasen estas cosas pero hay que afrontarlas.— Asintió, en eso llegan Michael y Robert.

—¿Qué creen que sea?— Susurró Robert y se sentó en el piso al lado de Les.—¿Nos ves cara de saber?— Respondió Les nerviosa.

—Ah bueno, espero a que no pase a mayores.

—Creo qu—

Robert no siguió hablando porque unos pasos fuertes se escucharon y el profesor hizo ceña de que guardáramos silencio.

La puerta del aula fue golpeada por algo, sentí a Les brincar y le tapé la boca con la mano.—Tranquila.— Susurré a su oído, Robert estaba al lado de Les, yo al frente de ella y Michael al lado de mi.

Un segundo golpe.

Hasta que.....

—Con que máxima seguridad he.— Un hombre alto entró al salón junto a 5 personas más, las mismas armadas hasta no mas poder, ¿por qué tantas armas?, ¿qué tramaban?

¿Tantas armas para ir a una secundaria?

—Esto es una prueba de que los ricos no tienen tanto poder.— Se acercó a todos nosotros y miró al profesor.—Levántate y calladito porque o si no.— El sonido de una bala resonó y todos miramos al sujeto que disparó al techo, el profesor hizo lo que el sujeto dijo y se levantó.

El señor que parecía ser el líder del grupo de armados caminó hacía nosotros y agarró a Les por la muñeca y a mi por el brazo y nos levantó, Robert se iba a levantar pero Michael lo tomó por el brazo.—Calma.— Le susurró el pelinegro al castaño.

—Elija a cual le disparo primero.

El profesor se mantenía firme.—No te diré nada.— Unos de los armados le apuntó.

—¡Habla!— Gritó el que tenía el arma apuntando.

—No, suéltalas.— Miré al que me sujetaba y este me jaló más duro.

—Ya que no cooperas.— Uno de los armados le dio con el arma en la cabeza al profesor y este cayó al piso.—¡Habla!— Y tampoco habló.

No bastó con otro segundo para que el sujeto jalara del gatillo.

—Esto es lo que le pasará al que no coopere.— Otro de los armados tomó a Michael frente a nosotras y le entregó una arma.—Dispárale a la que quieras.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora