Oscuro [Bajifuyu]

Capítulo 20 (parte 2)

XLIX

Baji es apenas consiente entre la luz y lo rápido que se movió de un lado a otro acatando las ordenes de Chifuyu. Incapaz de pensar por si mismo, olvidando incluso porque estaba haciéndolo. Respira con dificultad con la luz aun contra su espalda, mientras que esconde al oscuro con una especie de manta demasiado pesada.

—¿Estás bien?— Consigue preguntar. —Chifuyu...

—Estoy bien.

—¿Qué mierda es...?

—Son para evitar que la luz llegue a nosotros, Kisaki se aseguró de que así fueran— murmura el oscuro, con la voz casi vuelta un hilo.

—¡¿Siempre han tenido esto?!

—No... No es tan fácil vivir en la oscuridad, esto aun no es suficiente para nosotros.

Baji suspira confundido, decidiendo dejar el tema por un momento y sentarse a un lado de Chifuyu, esperando a que algo pase. Tal vez todos los oscuros estarían protegidos y continuarían con el caos que crearon, tal vez la mayoría fue calcinado. No tenia que preocuparse por Naoto, él lo soportaría.

—Chifuyu... ¿Por qué demonios están haciendo esto?

Chifuyu no responde, se queda escondido cerrando los ojos, ocultando el ámbar de la vista de Baji. Lo escucha inhalar y exhalar detenidamente, casi como si se le dificultara hacerlo, mientras que espera la respuesta.

—Venganza, tal vez.

—¿Venganza? ¡Nosotros no he...!— Recuerda a Chifuyu frente a su puerta, debilitado y con heridas.

—No seamos ingenuos, sabíamos que esto pasaría en cualquier momento. Oscuros y humanos es imposible que vivamos en paz sin que uno se subleve.

Baji es quien se queda sin palabras esta vez por un largo rato, manteniendo el caótico silencio entre ellos.

-

Mikey apenas puede ver lo que hay frente a su nariz, cegado por la fuerte luz que ilumina cada centímetro de la plaza central, ni siquiera se puede dar gusto al escuchar los gritos desesperados ahora de los Oscuros, intercambiando por fin los papeles. Cubre con fuerza su oreja izquierda, tratando de alejar el sonido, esta vez usando ambas manos para hacerlo.

¿Por qué? Ese gesto ha estado detrás de él por meses, siendo inevitable contenerlo. Siempre que hay un ruido fuerte o algo lo sorprende su mano se mueve involuntariamente a su oreja. Claro que sabe la razón, muy en el fondo lo comprende, pero no puede explicárselo a Takemichi o a Baji.

Alguien lo toma del brazo, levantándolo sin delicadeza y arrastrándolo por el lugar, Mikey cegado porque la intensidad de la luz es dañina incluso para él. Cuando se da cuenta vuelve a estar en el suelo, con algo pesado impidiendo que se levante.

—Cuídenlo un momento mientras me hago cargo.— La voz de Sanzu ordena, mientras que esta se vuelve distante para dejar de escucharse justo después de que una puerta se cerrara, señalando que se ha ido.

Mikey forcejea, desconfiando de cualquier cosa mientras que el ruido sigue volviéndose cada vez más insoportable, enmarcando gritos y llantos de los que nunca podría descubrir si son de oscuros o de personas.

Alguien lo toma con fuerza, casi arrastrándolo hasta que topa con el cuerpo caliente de lo que imagina es un oscuro, porque el tacto duele al instante. Suelta un quejido, algo débil que ni siquiera él escuchó.

—Quédate quieto.— Le ordenan. Maldice, cubriendo de inmediato su oreja izquierda, encogiéndose en el lugar protegiéndose de manera inútil.