Capitulo 8

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La noche de trabajo en el bar, transcurrió de manera tranquila, el castaño se las había arreglado para evitar algunas manos largas y cualquier cliente habitual que conocía que le encantaba flitear con él y con cuánta persona se le acercará, no quería darle a Max ninguna razón para que interviniera, pero todo se vino abajo en un momento en el cual se fue a la bodega por algunas botellas que se habían terminado.

Con su oido desarrollado pudo escuchar claramente la voz angustiada de Tul "¿Eres sordo?, Te dije que me quitarás las manos de encima y que retrocedieras, no lo volveré a repetir" le estaba advirtiendo a alguien que no se le acercará más de la cuenta, también pudo escuchar la voz de la otra persona claramente "¿Porque quieres que te suelte?, ¿Que vas hacerme cariño?", Así que se apuro en agarrar lo que necesitaba y salir del almacén para ver qué estaba pasando.

No entendía porque muchos hombres del pueblo les gustaba hacer eso en el bar, ellos no eran un establecimiento gay por lo tanto se suponía que la mayoría de los que frecuentaba debían ser heterosexuales, pero al parecer muchos de ellos eran bi curiosos o sabían que habían dos meseros a los que le gustaban los hombres y se  aprovechaban para ir allí a ver si conseguían algo de ellos, pero cuando ya estaba listo para intervenir en el conflicto, Max se le adelantó, ya estaba al lado de Tul.

-Creo haber escuchado que el joven le pidió que le quitará las manos de encima- hablo el hombre mientras colocaba su gran mano en el hombro del tipo obligándolo a soltar a su amigo - Me parece de muy mala educación que no respete los deseos de las personas.

-Y que me importa a mí lo que le parece mala educación o no, yo hago lo que se me de la gana, ¿Que te importa a ti lo que yo haga o de deje de hacer con él?- hablo el hombre que por lo que veía estaba un poco ebrio y no estaba midiendo las consecuencias de sus palabras.

Antes de que las cosas se fueran a salir de las manos Fluke se adelantó y le puso una mano en el pecho a Max mientras se metía entre los dos hombres -Por favor, les pido a ambos que se calmen, no permitamos que las cosas se salgan de control...

Los miro a ambos pidiéndoles con la mirada que se controlarán, el tipo del problema era uno de los clientes habituales, ya se habían quedado con James el dueño del bar para que le prohibiera la entrada, pero este se había negado a hacerlo, al parecer era un pariente lejano o algo así y por eso no le prohibia la entrada, pero el hombre no sabía mantener sus manos quietas, estaba aliviado que esa noche se hubiera concentrado en Tul y no en él, sino en esos momentos las cosas serían mucho peor porque ya Max hubiese intervenido por la fuerza.

-¿Porque no vuelves a tu mesa? Te llevaré otra cerveza - le dijo a Max desafiandolo con la mirada a qué discutiera con él, pero no lo hizo simplemente lo miro e hizo lo que le había pedido, luego se dirigió a Deen el hombre que había cometido la falta -A ti te traeré un vaso de agua, me parece que te vendría bien uno en estos momentos, creo que es momento de descansar un poco de la  bebida - el hombre también asintió sin ningún problema.

Ambos hombres parecían apaciguados por el momento, así que colocó su atención en Tul que había permanecido callado durante el enfrentamiento -¿Estás bien?- le pregunto preocupado.

-Si, lo estoy no te preocupes... Dios tu amigo salió de la nada ¿Viste la forma en la que me defendió?- pregunto el chico con sus ojos brillando en lujuria.

-Ya te dije que no es tu tipo- le recordó Fluke sabiendo que nada bueno podía salir si su amigo se enganchaba con Max, por ello regreso a la barra y preparo las bebidas que había prometido, esperando que el resto de su turno pasara rápido.

Lo cual no paso de la manera que quería, desde allí nada fue pacífico en el bar, solo había pasado media hora de lo ocurrido y ya Deen estaba listo para hacer de las suyas nuevamente, pero está vez fue su turno de recibir su atención, se había inclinado para limpiar una mesa que ya estaba vacía cuando sintió una nalgada contra su trasero, lo cual hizo que soltara un grito sorprendido, el hombre estaba muy borrachos  y estába sonriéndole muy complacido.

La Voluntad Del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora