Capítulo 1

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"El joven Príncipe ha nacido bajo la estrella de la calamidad. Su Majestad, su vida se verá llena de desastre, dolor y sufrimiento. Su futuro está empañado, su existencia será difícil. Le recomiendo que lo ame y rece por él todo lo que pueda, porque el tormento es palpable en su vida".

Esas habían sido las palabras que el Astrónomo Imperial le había dado a su padre, el Emperador, el día de su nacimiento.

KyungSoo había llegado a la tierra con dificultades. Su madre había tenido un embarazo dificultoso desde el inicio, había caído enferma más de una vez durante el proceso y su parto fue largo, extremadamente doloroso y complejo.

Nadie fue capaz de dudar de las palabras del experto de las estrellas con un historial tan bochornoso detrás del alumbramiento del joven Segundo Príncipe.

KyungSoo fue criado bajo ojos críticos y atentos. Sus padres no habían sido especialmente cercanos a él, a pesar de las recomendaciones anteriores, demasiado temerosos de que la mala suerte también los empañara a ellos y provocara catástrofes inimaginables.

Fue instruido en las artes, porque temían que de ser amaestrado en las artes marciales y estrategias militares, KyungSoo sufriera una muerte prematura debido al mal augurio de su estrella; sin embargo, le fue permitido el desarrollo de su carácter y la complacencia. De esta manera podría defenderse con palabras y autoridad o con el despliegue de su sensualidad y no sería un punto débil a atacar.

Por otra parte, el Príncipe Heredero, su hermano mayor, SeungSoo, fue bendecido por la estrella del gobernante. Tenía una vida y un futuro brillante. Todas las estrellas estaban a su favor y mantenían promesas seguras de su buen desenvolvimiento en el trono. Él, a diferencia de KyungSoo, fue entrenado por artistas marciales de renombre, enseñado por los mejores maestros de historia, diplomacia, idiomas exteriores, geografía, política, matemáticas, ciencias y artes. Era un hombre dotado con un carácter suave y amable, con sonrisas dulces que tranquilizaban el corazón y llevaba paz al alma más atormentada.

Eran dos gotas. Una de aceite denso, la otra de agua cristalina.

A pesar de ello, de las obvias diferencias y las preferencias claras, KyungSoo no tenía un amigo más leal y más atento que su hermano mayor.

Él fue el único que trató a KyungSoo como una persona y no como un símbolo de mala suerte; lo llenó de amor, le contó historias, le dio obsequios en sus viajes por el mundo, le mostró idiomas diferentes y le enseñó a defenderse físicamente a escondidas de sus padres.

También fue el único que lo consoló cuando su corazón pesaba demasiado para poder soportarlo, cuando quería afecto de su madre, la Emperatriz, y no podía tenerlo, cuando quería jugar con los niños pero le era impedido por su título de noble.

Fue una gota de agua que impermeabilizó el dolor entre su existencia aceitosa, que lo hizo sentir seguro y le brindó una buena razón para continuar viviendo en un mundo injusto y egoísta.

Él también se volvió especialmente protector cuando KyungSoo fue identificado como un doncel. Aumentando sus clases de defensa personal y entrenando su lengua, hizo todo lo posible para volverlo un hombre firme en pensamiento con una coraza defensiva alrededor de su corazón, a diferencia de sus padres, que le enseñaban cómo debía complacer a su futuro marido, cómo mantener modales agradables y ser un esposo honorable que conocía sobre las artes del hogar y la belleza de las telas y las gemas.

KyungSoo, que había nacido en medio de la desdicha, poseía un futuro cada vez más sombrío. Puede decirlo incluso a la joven edad de catorce años.

Su cuerpo había empezado a cambiar, su vientre se había aplanado y borrado los rastros de la niñez, su cintura se había estrechado y sus hombros pequeños le daban un aspecto sumamente delicado, refinado y hermoso. Se le había negado sujetarse el cabello en su moño acostumbrado y, a cambio, portaba una coleta alta que dejaba en libertad la majestuosidad de sus oscuros mechones. Su rostro dulce y de facciones suaves, dignas y nobles acompañaban perfectamente bien la finura de su cuerpo y la palidez aterciopelada de su piel.

El Concubino del EmperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora