18· Aquel chico del orfanato

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Después de despedirse de sus amigos y seguir por las calles de Londres, Helena se dirigió hacía el orfanato en Watford, donde volvió a coger otro tren para llegar.

En el tren, no podía parar de pensar en Cedric, en el beso, en si de verdad significaba algo. Las lágrimas de sus ojos deseaban salir para desahogarse, pero ella las retenía en un oscuro silencio.

Empezó a recordar el día de la biblioteca, en el que ella se tumbaba encima de sus hombros y su pelo rozaba su cabeza. Era imposible, algunas de las lágrimas caían sobre sus mejillas sin poder contenerlas. Además, si en algún momento se le ocurría ir a verlo, no sabría dónde encontrarle.

El tren llega a la estación de Watford.

El orfanato seguía siendo el mismo, sus paredes de madera húmedas, los jarrones antiguos, etc.

-Buenas tardes. Dijo una señora muy mayor que se paró delante de Helena.

Helena la reconoció, era la directora del orfanato, la misma desde que ella llegó allí.

-Soy Helena Lestrange.

-¿Lestrange? Con que te has dignado a volver después de que te escaparas. Aunque ya no creo que encuentres familia después de lo sucedido.

Helena ve como la señora levanta su mano para agarrarle y Helena se aparta.

-¿Qué está haciendo?

-Pues llevarla de nuevo al orfanato señorita, no pienso tolerar otra escapadita.

-Ya tengo una nueva vida, mucho mejor que esta sin duda. Dijo Helena.

-¿Entonces para qué ha venido? Preguntó la señora.

-Para ver a mi amigo. Así que si me disculpa. Dijo Helena rodeando a la señora.

Subió las largas escaleras hasta llegar a la habitación donde solían dormir.

Abrió la puerta y allí estaba, sentado en la cama leyendo.

-Jack. Dijo Helena alzando la voz.

El chico se levantó, y al verla corrió hacia ella abrazándola con fuerza.

Había cambiado mucho, el chico de antes era más infantil, ahora su altura y su aspecto habían aumentado mucho y ahora era mas atractivo.

Helena lo abrazaba con fuerza, por fín un motivo para olvidar el beso de Cedric y Susan.

-Buah! Mira como has cambiado! Dijo Helena.

-Lo mismo digo. Has cambiado mucho, y mira hasta vas bien vestida.

-Te tengo que contar muchas cosas Jack.

-Yo también.

-¿Te apetece dar un paseo por las calles de Watford? Dijo Helena

-Me encantaría, pero siguen sin dejarnos salir de este sitio.

-Tranquilo, saldremos por el mismo sitio por el que yo me escapé y nadie tiene porque enterarse.

-¿Por fín me lo vas a enseñar? Dijo Jack.

-Sí, por fín lo verás y podrás escaparte cuando quieras. Además paso de salir por la puerta principal con esa bruja. Sígueme

Helena guió a Jack hasta una de las puertas del orfanato, donde al bajar estaban las cosas para la limpieza.

-Ahí está. Dijo Helena señalando una puerta de madera oscura que había en el sótano.

-¿Por ahí es donde te escabullías?

-Sí, antes tenía un candado, pero lo rompí y luego tapé la puerta con algunas cortinas viejas.

Algo que notó Helena es que su amigo no la miraba a los ojos, como si la estuviera evitando.
Jack abrió la puerta empujándola hacia afuera, y cuando se abrió, los rayos del sol cruzaban toda la sala.

-Bien, esto ya da a las afueras del orfanato. Dijo Helena.
Jack volvió a cerrar la puerta cuando salieron. Y subieron unas escalinatas que daban directamente a la calle. La brisa helada daba una sensación de paz, algo que le gustaba mucho a Jack.

-Bien, a dónde vamos. Dijo Jack .

-Vamos al parque Oxhey. Te encantará, y más en invierno, verás el lado congelado, las hojas cayéndose como copos de nieve...
-Vale Helena lo entiendo, ya sé que has ido allí ya un par de veces, tampoco me lo tienes que restregar.
-De eso también quería hablarte Jack. Fui una tonta al no llevarte conmigo cuando solía escaparme, pero tenía tanto miedo de que me atrapasen que no quería que nadie los estropease.
-¿Y crees que yo lo podría estropear?
-¡No! Pero pensé que contra menos gente lo supiera menos probabilidades habría de ser descubierta, así que me dije a mi misma que solo yo podría salir por esa puerta. Lo siento mucho de verdad, me he arrepentido mucho después de mi marcha.
-Te perdonó porque no me apetece perder a mi mejor amiga.
-Muchas gracias Jack.

Llegaron al parque no muy lejos del orfanato, nevado a causa de las bajas temperaturas que hacía en la ciudad. El sol iba derritiendo la nieve, y el reflejo de los rayos sobre el lago dejaba ver un paisaje precioso.

-Esto no se ve todos los día. Dijo Jack
-Solía venir a aquí muchas veces antes de volver al orfanato. Dijo Helena.
-Cambiando de tema, ¿no me vas a decir donde te alojas ahora?
-Bueno, pues estoy en una escuela, ahí duermo y paso todos mis días estudiando, por eso ahora que hay vacaciones he decidido venir aquí.
-¿Ahora estudias en un colegio privado de esos? Vaya, pues tendrá que ser una vida mucho mejor que esta.
-Por supuesto, ahí me dan de comer, he hecho amigos y aprenderé algo que me guste. Dijo Helena. -Me encantaría que vinieras conmigo, pero desgraciadamente no puedo traerte.

Helena estaba deseando contarle todos los detalles de Hogwarts, las magia, las criaturas, etc, pero sabía que si se lo contaba, pocas probabilidades tendría de volver a aquel sitio.

-Da igual, no soy mucho de estudiar, saldré de aquí en cuanto cumpla los 18, encontraré un trabajo, una casa, y seré libre de hacer lo que quiera. Ya no importa conseguir una familia. Explicó Jack echando la vista abajo.
-Espero que lo consigas. Siéntate. Dijo Helena sentándose en uno de los bancos.
-¿Qué pasa?
-Quiero que me cuentes tu opinión acerca de una cosa. Helena pensó que el único que de verdad la entendería sería Jack, y ahora era el momento perfecto para contarle lo que le había pasado con Cedric.
-Claro.
-Pues, te pongo en contexto. Te has besado con un chico, estás enamorada de él, él también lo está (o eso creo), y salís juntos.
-Vale de momento bien ¿no? Exclamó Jack.
-Hasta que el día antes de las vacaciones, te giras para darle tu dirección de donde te hospedaras pero ves que está besando a otra chica.
- Vale para empezar, ¿ya estás saliendo con alguien? Dijo Jack.
- Sí, o lo estaba, mira, no se que hacer. Porque quieres decirle, "todavía te quiero, sigo queriendo estar contigo", pero tienes miedo a que te diga que de verdad el beso fue real y que tú no fuiste nada.
-Me pierdo. Pero te tendrás que sacar de dudas. A lo mejor ese beso solo se lo dió la chica y para él no significó nada.
-Ya, eso es lo que quiero pensar, pero no sé si será verdad.
-Pregúntale, a lo mejor, él quiere encontrarte y quiere estar contigo, además si la respuesta es mala, tendrás que ser fuerte, y superarlo.
-Bueno, igualmente se lo tendré que decir después de las vacaciones, al fin y al cabo, no le dí mi dirección.
-Bueno, puedes seguir visitándome mientras tanto. Dijo Jack
-Lo se, pero no me iba a plantar enfrente de ellos dos mientras se besaban.
-¿Tú le sigues queriendo? Preguntó Jack con cara de preocupación.
-Claro, me gustaría que estuviese aquí, a mi lado.
-Tranquila, me tienes a mi ahora y eso es lo que importa.
Helena sonríe y por dentro se agradece por tener un amigo como Jack.

-Ah por cierto. iré a visitar a mis amigos un día de la semana, por si te gustaría venir.
-Claro, me encantaría. Por fín una cena de Navidad decente. Ya la verdad me da igual si el orfanato no me encuentra en la sala.

Helena se ríe.

Los dos chicos se quedaron hablando hasta la noche, donde tuvieron que volver al orfanato, y Helena dormir en una de las camas sin que se dieran cuenta. A la mañana siguiente, Helena se fue a buscar algún piso en la ciudad para quedarse en las vacaciones.

Próximo capítulo: Odio a esa señora

Dos almas y un solo corazón (Diggory y Lestrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora