08. Kane

14 2 0
                                    

Hace una semana que no hablo con Caleb, Ryker me dice que ya ni siquiera se presenta a los entrenamientos porque no está de ánimo, me ha llamado, enviado mensajes, incluso ha venido a casa preguntando por mí, pero simplemente no puedo hablarlo. Alejándome de él me estoy infringiendo el dolor que soy capaz de soportar.

No le he vuelto a dirigir la palabra a Ross, ni a mi madre y no puedo evitar hablar con mi padre, esta casa se ha vuelto un verdadero infierno. Ryker hace de esto un poco más llevadero, viene a verme casi todos los días, me lleva en su carro si tiene que hacer algo y me ha acompañado a un par de diálisis, se convirtió en mi mejor amigo y me alegra tenerlo, tener un hombro fuerte en el cual llorar y alguien que me haga reír.

He ido a la biblioteca en los horarios que Caleb está en la escuela y la he sobrellevado bastante bien, Agnes me dejó muy claro que ella no tenía ningún problema conmigo y que me quería mucho, eso me dejó incluso más tranquila. Por suerte no me he cruzado con Caleb en ningún lado y aunque me rompa el corazón es lo que debo hacer.

—Madelaine, estás muy distraída—me regañó Stella

Había vuelto a la pista, no podía hacer mucho esfuerzo con mi brazo izquierdo pero estar aquí me tranquilizaba y me hacía pensar un poco menos en Caleb pero hoy no era el caso.

—Lo siento, tengo la cabeza en otro lado—me excusé

—No podemos correr el riesgo de que te caigas por estar en otro lado, quítate los patines y vuelve a casa, nos vemos mañana—me regañó

Stella se había molestado y razón tenía pero yo simplemente no podía concentrarme, sus ojos verdes invadían mis pensamientos todo el día y hoy era incluso más difícil. Salí de la pista y fui directo hasta los vestidores, me puse mi ropa y más abrigos de los normales porque estaba afuera estaba helado y la noche ya había llegado, me despedí de Stella luego de pedirle disculpas y me fui del lugar.

Caminé por unos diez minutos hasta llegar a la estación de bomberos donde trabajaba mi padre, todos sus compañeros me saludaron como a una más y es que me conocían desde toda la vida — ¡Pequeño monstruo!— exclamó una voz muy familiar.

Me voltee con rapidez y vi a un hombre en sus cuarenta, piel blanca y ojos grises — ¡Padrino!—corrí hacia él y lo abrace fuertemente, como extrañaba a este hombre, hacía semanas que no lo veía.

Owen era mi padrino de bautismo, él y mi padre han sido amigos desde siempre, fueron a la escuela juntos y luego ambos se metieron para ser bomberos y siguen de aquí para allá como dos adolescentes, tienen una relación de amistad muy bonita.

— ¿Cómo has estado, monstruito?

—Bien ¿Tu?

—Bien, soportando a tu padre pero ya estoy acostumbrado—bromeó

Me reí — ¿Y Kane?—pregunté

Kane era su hijo, tenía la edad de Ross y siempre fue como un hermano mayor para mi, él también estaba en el cuartel.

—Debe estar en la habitación, ve a buscarlo

Le dediqué una sonrisa rápida y subí las escaleras en busca de la habitación donde se queda Kane, la estación tenia la estructura de una casa vieja aunque remodelada por dentro y reforzada, en el primer piso estaban todas las cosas, los camiones, las mangueras, los equipos y demás y en los dos pisos de arriba estaban las habitaciones que compartían de dos a cuatro bomberos.

La puerta de la habitación donde dormían: Kane, Owen y mi papá estaba abierta, la espalda desnuda de Kane estaba frente a mí, salté sobre ella rodeándole la cadera con las piernas, Kane me sostuvo por los muslos, giré mi cabeza para que pudiera verme y sonrió.

Take my Heart [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora