07. Ryker

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Estaba en el hospital, si, otra vez. Me sentía realmente fatal, estaba exhausta no tenía fuerza ni siquiera para mantener los ojos abiertos, tenia múltiples maquinas conectadas al cuerpo y todos estaban a mi alrededor, esperando por el doctor.

Patrick entró a la habitación y su expresión no me transmitía ni un poco de tranquilidad, sabía que había pasado algo grave y sabia que requeriría mucha terapia para recuperarme si es que no necesitaba otra cirugía.

—Madelaine sufrió una obstrucción en la arteria coronaria por un coagulo, por suerte duró unas milésimas de segundo y no llegó a ser un infarto de miocardio. Tendremos que hacer una intervención quirúrgica, poner una fistula arteriovenosa para que la sangre fluya con más rapidez y así se eviten coágulos, básicamente ensancharemos sus venas—le explicó a mis padres—eso también ayudará con la diálisis, será más sencillo insertar la aguja. Tendremos que evitar una cicatrización que pueda romper la vena, la hemodiálisis es compleja y hay muchos riesgos. Como era un tratamiento a corto plazo no pensamos en la posibilidad de incorporar la fistula pero sigue sin haber respuesta positiva de sus riñones.

— ¿Existe la posibilidad de un trasplante de riñón?—preguntó mi padre

—Lo hemos descartado, por ahora seguiremos con la diálisis, pero tal vez en un futuro llegue a necesitarlo

Es irónico que hable de futuro cuando me quedan solo un par de años de vida, no voy a someterme a un trasplante de riñón para usarlo un par de años y que después no sirva de absolutamente nada, además complicar la vida de mi hermano porque ya hemos hablado de esto y mi padre no puede donar porque tuvo un problema de alcohol hace unos años, el único que puede es Ross pero eso no sucederá.

— ¿Cuándo se hará la cirugía?—inquirió Ross

—Tómenlo como un procedimiento menor, no es nada complicado y se hará el viernes a primera hora, mientras tanto Madelaine seguirá con sus tratamientos como hasta el momento

—Muchas gracias, doctor—espetó mi madre

Vi como el doctor asintió sutilmente con la cabeza y después salió de la habitación, nadie había notado que estaba despierta, sentí como mi madre se ponía a llorar, abrí los ojos y la vi abrazada a mi padre, era bueno que tuviera a alguien para ella, creo que de los tres era la que peor lo pasaba, yo era su niñita y me estaba yendo a cada segundo que pasaba, ella lo sabía, sabía que cada minuto que no pasaba conmigo no podría recuperarlo y eso la destrozaba por dentro. Perderme es su peor miedo y aunque sabe que en algún momento eso ocurrirá no lo asume y sé que no lo asumirá hasta que haya sucedido.

—Despertarán a Madelaine—musitó Ross

Mis padres salieron de la habitación con rapidez, mi hermano se sentó en la cama junto a mí, aunque tenía los ojos cerrado podía sentir su mirada sobre mi — ¿Te acuestas conmigo como cuando era pequeña?—logré pedirle en un hilo de voz

— ¿Estabas despierta?

—Si—me había cansado solo por decir esas pocas palabras

Ross se quitó los tenis, abrió la cama y se metió junto a mí, pasó una mano sobre mis hombros y acarició mi cabello, solía hacerlo en mis primeras noches en el hospital, cuando mi corazón sufría alguna herida, él siempre estuvo ahí y sigue estándolo.

—Te quiero, Ross—susurré con la poca fuerza que me quedaba

—Yo también, pequeña

Desperté y Ross ya no estaba conmigo, en el sofá de junto estaba Sadie tejiendo algo en color rosa —Por fin despertaste, ya me estaba preocupando—espetó Sadie

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