Capitulo 7

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Wyatt



Caminaba por Jardines Rosedal, a lo lejos divise a quien creía era Emma, estaba a unos pocos metros de mi, se veía algo pálida y cansada, parecía cabecear en ocasiones; algo me hizo ir hasta ella y cuando estaba cerca ella sola choco contra mi, dándome la perfecta excusa para hablarle.



- ¿En verdad se te ha hecho costumbre chocar conmigo, cierto? ¿O es que me sigues, acosadora? - decidí decir con algo de burla, ella me observo sin gracia, incluso diría molesta.


- No te seguía, casualidad que chocara contigo - dijo cortante, después se giro y continuó caminando, me puse a su costado y comencé a caminar a su lado.


- ¿Te ha pasado algo? - fui directo pero sin mostrar interés.


- ¿Ah? Solo no eh dormido bien - río algo nerviosa.


- Lo note, te vez demasiado mal - levante una ceja mientras la miraba.


- ¿Gracias? Creí que me veía decente - rio nerviosa nuevamente, me puse frente a ella.


- Espera, no somos amigos, ¿ok? Pero... - me rasque la nuca - ¿Por qué no has dormido anoche? Y ¿el morete en tu mejilla? - ladee un poco la cabeza, ella comenzó a jugar con sus manos nerviosa.


- Oh, eso - rio por tercera ocasión - tenia insomnio, aun me faltan tareas extras que hacer por... los retrasos en clase de las semanas pasadas, eso me tiene estresada, si, es eso - tras decir aquello intento irse, pero la detuve.


- Bien, supongamos es cierto, ¿El morete en la mejilla? - lo dije a modo de reclamo, y no porque me importase, me molestaba que me mientan.



Si claro, realmente te importa la respuesta..


Cállate entrometido - respondí mentalmente a mi conciencia, conclusión: soy un tonto al hablarme a mi mismo.

- Sabes, soy distraída, me golpee con la puerta de mi baño - continuo nerviosa.


- Claro, la puerta dio justo en la mejilla derecha y lo suficiente fuerte para dejar tal marca en tu cara - la fulmine con la mirada a la vez que eleve una ceja interrogante.


- ¡Basta, deja de interrogarme, tu lo has dicho antes, no somos amigos, no deberías meterte en mis problemas! - dijo molesta, y de un momento a otro comenzó a llorar.


- Emma, me acerqué a ti porque te vi a lo lejos y note que estabas mal desde un principio - me coloque frente a ella cubriéndola de los demás que pasaban por aquí, dejando su cabeza reposara en mi pecho, una sensación extraña me decía que la abrazara, pero no lo hice, solo me quede de pie ahí y continué - el que no seas mi amiga no quiere decir que sea una mala persona y no te ofrezca mi ayuda, ¿Necesitas algo? - dije intentando ser amable, aunque creo soné algo sarcástico, no se me daba ser atento, era mas de ser frío y cortante.


- ¿Por qué lo haces? - retrocedió - ¿Por qué realmente te interesa la respuesta?.



¡Exacto! ¿Por qué lo hago? - realmente ni yo tenia la respuesta, pero usaría de excusa lo siguiente.



- Llevamos semanas hablando, creo que ya no me caes tan mal - dije riendo haciendo que ella riera conmigo.


- Vale, gracias, ya puedes irte - limpio el rastro de sus lágrimas y me sonrío.


- En realidad no tengo nada mejor que hacer, ¿Has comido? - aquella respuesta salió de la nada, sin pensarla y ella igual a mi se sorprendió ante aquello.


- No, pero estaba por hacerlo, tal vez... - intentando evitar mi propuesta de comer, la vi buscar algo en sus bolsillos - Diablos... - susurro y deduje que lo que buscaba era su cartera.

Un Destello de paz | [TERMINADA] |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora