Emma
-Ven aquí pequeña, vamos a hacer un picnic – dijo mi abuela tendiendo sobre el pasto una manta de cuadros rojo y blanco, dejando sobre ella una pequeña canasta con comida.
-¡Allá voy abuela! – trote hasta llegar a donde ella y me recosté en la manta riendo.
-¿No te has lastimado al brincar al piso? – pregunta regalándome una dulce sonrisa.
-No abuelita, estoy bien – sonrío y me ofrece un pedazo de pan para lanzar a los patos del lago.
Habíamos venido a pasar mi cumpleaños a Jardines Rosedal, lo hacíamos siempre en mi cumpleaños, todos los día 15 de septiembre de cada año, amaba venir aquí con mi abuela y alimentar a los patos, era un lugar que me traía paz y mas estando junto a mi abuela.
-Emma, sabes cuantos años cumples, ¿Verdad? – me sonrió sacando de la canasta una pequeña tarta de chocolate.
-Pasteeel, ¿Es para mi? – la mire con emoción y ella asintió sonriendo.
-Si, es para ti pequeña, pero solo si me dices que numero de velas debe tener encima – sonrío feliz y con mis manos le muestro 8 dedos.
-¡Ocho, abuelita cumplo ocho años! – grito feliz - ¿Puedo comer un pedazo de tarta? Por favor – junto mis manos y pido por favor.
-¿Primero no quieres que te de tu regalo y te cante las mañanitas? – me dedica una mirada dulce.
-Pero ¿Por qué son mañanitas? Ya es hora del almuerzo, mejor comamos algo – río inocente y mi abuela acaricia mi mejilla riendo conmigo.
-Esta bien, solo porque es tu cumpleaños – me da un trozo de tarta sobre un pequeño plato y tomando una cuchara comienzo a comer.
-¡Mm… abuela esta delicioso! – me pongo en pie y voy a ella a abrazarla, ella me devuelve el abrazo y seguimos comiendo.
Al terminar de comer el trozo de torta nos dimos cuenta que no sople ninguna vela, ni siquiera las colocamos en la tarta, y reímos por eso, finalmente mi abuela me daría el regalo que nombró al inicio.
-¿Estas lista para abrirlo? – me entrego una caja azul marino con un moño blanco y una tarjeta pequeña con mi nombre en caligrafía color dorado.
-Wow, es muy bonita la caja – sostuve unos segundos la caja en mis manos y después con cuidado la abrí.
Lo primero que vi en ella fue una caja de plástico transparente con alfajores de distintos colorea y sabores.
-Siii, alfajores, me encantan, gracias abuelita – la abrace feliz.
-No es nada mi niña, aun hay mas dentro en la caja, envuelta en el papel blanco – señala el interior de la caja y yo comienzo a desenvolver el objeto dentro del papel.
En el se encuentra un libro de cuentos y pequeñas historias, aquel libro fue escrito en máquina por mi abuela, cada uno de sus cuentos me los contaba antes de dormir, me encantaban sus historias, iban desde castillos y princesas hasta monstruos y fantasmas, simplemente era el libro perfecto para cualquier niño que amara leer.
-¿Sera mío? – abrace el libro con cuidado y protegiéndolo en mi pecho.
-Es todo tuyo linda, sabia que te gustaría tenerlo, ¿Es tu favorito verdad? – asentí efusiva - ¿Por qué no lees un poco? Me encantaría escucharte leer una de mis historias – mi abuela me sentó en sus piernas y me abrazo dejándome leerle una de las tantas historias de aquel libro.
[***]
Estaba sentada en el piso en una esquina de mi habitación, era de noche y abrazaba mis piernas mientras lloraba; mi espalda dolía, mis manos temblaban, me faltaba el aire y nuevamente tenia pensamientos suicidas.
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Un Destello de paz | [TERMINADA] |
RomanceNo todo en la vida es felicidad, aprende a vivir aquellos momentos efímeros y fugaces, vive con la persona que mas amas un "Destello de paz" en tu oscuridad. Novela +18 (Aunque no contiene escenas eroticas) OBRA REGISTRADA CON DERECHOS DE AUTOR