Capitulo 32

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Emma

Llegue a casa y esta estaba vacía, pero en esta ocasión realmente lo estaba, me asegure de revisar para no tener sorpresas después y toparme con ellos más tarde.

Fui a mi habitación, cerré la puerta con pestillo, fui hasta el baño, coloqué en mi celular música y feliz comencé a cantar mientras me duchaba.

Tarareaba feliz la canción Martin Jensen – Solo Dance, sintiéndome feliz por el día que había pasado junto a mis amigos, junto Wyatt... había un sentimiento extraño que sentía cuando besaba mi mejilla, cuando su mano se entrelazó la mía, él traía paz a mi oscuro infierno interno.

Saliendo de la ducha me puse la sudadera que me obsequio Wyatt y la utilice de pijama, una vez estuve en la cama cerré mis ojos y susurre a la nada.

Gracias abuela... se que desde donde sea que estes estas al pendiente de mí, esperándome.

[***]

Ni que hablar del resto de días de la semana, fueron aburridos como es costumbre, a excepción de algunas estupideces por parte de Bastián y Wyatt, esos dos me derramaron café encima el viernes y el jueves rompieron mi mochila.

¿Recuerdan cuando Bastián y Alice discutían y él le robaba su mochila? Bien, pues esta vez fue Wyatt quien robo la mochila de Sebastián y como yo no me metí en su pequeña guerra, Sebastián intento quitarme la mía, al no dársela Wyatt decidió apoyarlo y entre los dos rompieron mi mochila, en dos, ¿Pueden creerlo? ¡La partieron en dos!

En fin, era sábado y estábamos Wyatt, Bastián y yo en microcentro, buscando una tienda donde vendieran mochilas con el mismo diseño que la mía, porque si, ellos iban a pagarme una nueva.

– Lee, ya decídete, tienes la oportunidad de elegir cientos de diseños distintos, ¿Por qué justamente quieres una parecida? – dijo Wyatt frustrado, ya habíamos recorrido 10 locales.

– Parecida no, igual a la que tenia – mencione y me miro mal.

– Sebastián, que dices, ¿Vamos a almorzar y que ella sola busque su preciada mochila? – comento Wyatt y lo mire mal.

– Buen yo digo que... – inicio Bastián.

– Tu no dices nada Bastón, y tu – señale a Wyatt – tu vienes y nos acompañas hasta encontrar mi mochila, ustedes la rompieron – me cruce de brazos en medio de ellos y los mire, ellos se miraron entre sí y después a mi sonriendo.

– ¿Lo hago? – pregunto Wyatt.

– Hazlo – dijo Sebastián sonriendo y retrocedí.

– ¿Hacer qué? ¿Ahora se hablan en códigos? – los mire y desprevenida Wyatt me tomo de las rodillas y me cargo sobre su hombro dejándome de cabeza – Wyatt suéltame, bájame ya, me vas a tumbar tonto – gritaba y pataleaba y ellos reían.

– Emma llevamos 3 horas recorriendo tiendas, muero de hambre – hablo Wyatt riendo y yo aun de cabeza cruce mis brazos, después golpe su trasero – ¡Emma! Deja de manosearme – exclamo y Sebastián solo soltó una carcajada.

– Ni que estuvieras tan bueno – dije y me sacudió – ¡Suéltame me estoy mareando! – hable en voz alta.

– Si te suelta caerás al piso – menciono Bastián.

– Bueno entonces déjame de pie en el piso, Wyatt es en serio, te voy a terminar vomitando, eh – en cuanto dije eso me dejo de pie.

– Si eres capaz de eso – dijo levantando las manos frente a mí y lo fulmine con la mirada.

Un Destello de paz | [TERMINADA] |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora