Capitulo 9.

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Holis, tarde pero actualice. Espero les guste el capítulo de hoy, besos. ♥️


Luis.

Luego de dejar a Mia en su departamento me vine al mío, la noche estaba estrellada así que solo pude dedicarme a admirarlas desde aquí abajo.

Una en particular brillaba más que las demás.

Una sonrisa triste se formó en mis labios al verla.

Lo estoy logrando — susurre.

— ¿Con quién hablas?.

Alguien hablo a mi lado haciéndome pegar un brinco del susto.

— ¡Dios! — exclamé llevándome una mano al pecho — pudiste matarme.

— Oh vamos, tan poco es tan malo. — dijo el chico que por alguna extraña razón va caminando a mi lado.

— Haber. Pongamos la de esta forma, las calle están solas y tú vas solo. Entonces de la nada se aparece alguien y te interrumpe tu momento de la noche. Preguntándote con quién hablas. — digo mirándolo incrédulo y el solo asiente.

— Buen punto.

— Y a todas estas, ¿Tu quién eres?.

— Buena pregunta, el chico se mueve a un lado y hace una voltereta... Soy Marvin, Marvin Aristizabal. — el chico finaliza extendiendo su mano hacia a mi.

Observó su mano por unos minutos y al final la tomo.

— Luis, Luis Palma.

Una sonrisa se aparece en su rostro y yo frunzo mi ceño.

— Así que tú eres mi compañero de piso.

— ¿Eh?.

— Si, piso 403, edificio 4.

Ahhhh, lo había olvidado. Este es el nuevo chico. Así que es el.

Por un momento lo observó, detallando lo. Marvin es de piel canela, mide casi 1,70 es un poco rellenito, tiene rulos en su cabello, ojos negros y va vestido casi como un loco, o bueno no, lleva puestos una camisa negra con un dibujo de Itachi — si, de Naruto — debajo de este trae puesto lo que parece un buzo de rallas blancas con negro, un pantalón negro y sus zapatos igual.

Cool.

Luego de unos minutos hablo.

— Ah sí, si... Lo recuerdo. — lo miro mientras rasco la parte trasera de mi cabeza y una leve sonrisa se aparece en mi rostro — Vamos, te ayudo... ¿Y tus maletas?.

Marvin me mira y habla.

— Ah...je je... Las había dejado en la entrada de la universidad y luego.... Creo..creo que me las robaron. — dice el muy natural.

— ¿Enserio?. — lo miro creyendo que es una broma, buscando algo en su expresión que diga lo contrario pero no hay nada. — Okey, te creo... Vamos iremos al departamento y luego a la estación de policía.

Pobre chico.

El solo me sigue en silencio, no habla no dice nada más, solo se escuchan nuestros pasos por toda la calle, una sirve brisa sopla dando un toque sombrío al lugar.

Ambos pasamos frente a un puente, me detengo y Marvin me pasa por un lado dejándome atrás.

Y es entonces que el chico empieza a hablar.

— Que solo es por aquí y ese puente... No sabes, ¿si habrá alguna leyenda o mito de alguien que se lanzó de hay?...en mi pueblo existen muchas y...

Recuerdos sobre cierto puente vienen a mí mente junto con cierta chica. Decido echar esos pensamientos a la parte trasera de mi cabeza.

— Hey, ¿Estas bien?. — la voz del chico me trae de vuelta a la realidad.

— Si. Si... Lamento que te hayan robado las maletas — digo y el solo me mira sin decir nada.

Ambos caminamos un poco más y al fin llegamos al apartamento.

August nos recibe en la entrada, con un buenas noches al que nosotros respondemos igual.

Bueno, para aclarar August es el portero del edificio, es un hombre en sus cuarenta y tantos años, moreno un poco gordito y siempre, pero siempre anda tomando bebidas energizantes, aveces le digo que eso lo matara algún día, pero el simplemente hace caso omiso a lo que digo.

En fin, Marvin y yo subimos al ascensor, pongo el número del que ahora no solo será mi piso, si no, el de ambos.

Tocó mis bolsillos traseros para sacar la llave y cuando la abro mi boca se abre ligeramente, o bueno, creo que hasta pude tocar el piso bajo mis pies con mi mandíbula.

Mire a Marvin un poco serio y el solo se encogió de hombros diciendo un.

— ¡Sorpresa! ¡Yei! Nunca me robaron nada... — levanté una de mis cejas y lo mire mal, continúo — Salí a dar un paseo por ahí y entonces te vi, tan ¿Triste?, No lo se, tenías cara de que te habían violado en el callejón de unas cuadras más abajo, o que se yo. La cosa es que — lo golpeó en la parte trasera de su cabeza — ¡Hey! — se queja.

— Idiota, mi habitación es la segunda que está al final del pasillo, espero que no te metas con mis cosas o tendremos serios problemas, cada quien cocina su comida, lava su ropa y casa semana, alguien se encargará del aseo. ¿Entendido?

Marvin me mira con la boca abierta.

— ¿Tenías esas reglas desde antes, o te las inventaste ahora mismo?. — pregunta.

— Si. ¿Pero entendiste?.

El rulos solo asiente. — Está bien — farfulla.

— Bien.

— Bien.

— Genial, bien.

— Okey, ya. Bien.

— Deja de decir bien, ¿Quieres?.

— Deja de decirlo tú primero.

— Está bien.

— Okey, pero tú empezaste.

— Callate quieres.

Ambos nos quedamos en silencio. Mirándonos desde cierta distancia un poco prudente.

— Okey, ¿Pero esta es la parte en la que nos besamos apasionadamente y yo te doy una cachetada por ser un hijo de puta en besarme a la fuerza?.

Lo miro y mi expresión facial debe tener esa palabra de ¿Pero que mierda?.

Ambos estallamos en carcajadas, Marvin empieza a ponerse rojo mientras yo solo sostengo mi estómago.

— Si, ahora besame.

Ambos nos mírame y reímos otra vez.

— Que buen puto inicio de amistad, ¿Eh?.

— Si. Si, lo que digas. Ordena todo, ¿Quieres?.

Marvin solo asintió y yo me fui a mi habitación.

Y saben que es lo mejor de todo que el muy hijo de puta dejo su reguero en la sala y se fue a dormir, al día siguiente me levanté echo furia porque no había arreglado su desastre.

En fin, es un buen inicio para apenas conocernos de un día. O bueno, solo unas horas.



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