Fugaces.

Capitulo 15

Mía.

Un fuerte dolor de cabeza me despierta seguido de el sol colándose por la ventana.

Mierda.. ¿Por qué no las cerré?. Y aún peor,¿Cómo llegué a casa anoche?.

Vagos recuerdos de la noche de ayer vienen a mi mente.

El regaño de papá.

Los chicos..

El bar..

Los tragos...

La música..

Luis cantando en el escenario...

Tienes los ojos lindos...

Hora de dormir, hermosa..

Estás borracha...

— ¡Mierda!

¿Estaría soñando?

— ¡Ah!. El sol.

Tapo mi rostro con la almohada para seguir durmiendo cuando un movimiento a mi lado en la cama me hace girarme en seco.

Estoy a punto de gritar cuando veo a Luis profundamente dormido con su brazo cubriendo sus ojos.

Quédate... Por favor.

El recuerdo de ayer vuelve a mi.

Dime qué no dije eso, por favor.

Si, lo dijiste.

"Eh querido hacer esto desde que te subiste a ese maldito escenario".

Ante ese recuerdo llevo mi mano a mi boca y una corriente eléctrica me atraviesa todo el cuerpo.

Mierda. Mierda. ¡Mierda!.

¡¿Dime qué no hice lo que creo que hice?!, ¡¿Dime qué no lo hice?!.

Lo siento, querida. Pero si, lo hicimos.

Mierda. Mierda. Mierda.

Intento levantarme con sumo cuidado de la cama para no despertarlo pero, obviamente soy yo y nada nunca sale como espero. Así que cuando ya estoy a nada de bajarme la cama cruje y Luis abre sus hermosos ojos perezosa mente haciendo que el sol le de un poco en ellos mientras se estira lentamente. Por un momento quedó boba al ver cómo sus ojos están más claros que nunca, y a pesar, muy a mi pesar de estar a unos pequeños metros de distancia de el puedo ver un pequeño destello de motitas verdes al rededor de el iris de sus ojos. Y si poder evitarlo mi mirada viaja a su cabello negro azabache que está un poco revuelto y luego a sus labios y su cuerpo y....

Vale, ya lo entendemos.

Jeje... Lo sé.

Luis nota mi mirada encima suyo, creo. Por qué entonces deja de cubrirse los ojos con el antebrazo para cubrirse del sol cuando me ve hay. Tirada, con el cuerpo mitad dentro de la cama y mitad fuera. Si, como una lagartija. Una pálida.

Una pequeña sonrisa cruza por su rostro antes de hablar.

— Buenos días...

!¡Madre mía!¡

No se porque solo su voz causa todos esos estragos en mi ser, solo escucharlo hablar hizo que me ardieran las mejillas. Por un momento solo lo miro antes de responder.

No tartamudees, por favor. Por favorcito.

— Bue- buenos días..

Lo hizo. Avéces me das vergüenza.

¡Cállate!

Decido dejar mi pelea mental y me concentro en el chico frente a mi.

Sus ojos se ven más claros por la mañana. Un pequeño suspiro sale de mis labios y el lo nota.

Creo que voy a tener que pedir cambio de conciencia... ¡Ayudaaaaa!.

Como si pudieras hacerlo.

— ¿Dormiste bien?. — su voz me regresa a la realidad. Asiento lentamente antes de hablar.

— S-si... ¿Y tú?.

— Igual... ¿Sabes?, Anoche no dejabas de decir algunas cosas, ¿Lo recuerdas?.

¡Madre mía!, ¡¿Que si lo recuerdo?!. ¡Claro que sí!.

— No. No recuerdo nada. — miento — avéces el alcohol hace estas cosas, por eso avéces decido pasar de el. — digo eso mirando hacia otro lado, ojalá y se lo crea — ¿Por qué?, ¿Debería acordarme de algo?.

No lo digas. No lo digas. No lo digas. No...

— Bueno, si. Anoche no dejabas de decirme que mis ojos eran lindos y hasta tu bueno... Ya sabes..

— ¡¿Que?!.

Obviamente ya lo sabía, lo recordaba perfectamente bien. La sensación de tener sus labios sobre los míos y sus manos en mi cintura aún siguen intactos en mi, haciendo que una corriente eléctrica baje por mi espina dorsal.

Mi mirada se estrella con la suya, sus labios están entre abiertos, está a punto de decirlo y siento que voy a estallar de la vergüenza. Pero entonces el los cierra poniéndolos en una línea recta.

— Nada.. solo te quedaste dormida tirada en el sofá. — me mintió descaradamente en mi cara, no se por que, pero una oleada de desilución me atravesó. Así que sin más lo soltó.

— No es cierto, te bese y tú respondiste antes de que me....

Y entonces lo pillo, una sonrisa triunfal cruzó su rostro haciendo que le lanzará una almohada en la cara.

— ¡Hey!.

— ¡Sabías que lo recordaba!.

— Lo siento, lo siento. Pero es que mientes tan mal, deberías dejar de hacerlo. — su voz sonó un poco ronca haciendo que algo dentro de mí se removiera.

— No mentía... — murmuré — lo siento, estaba borracha y.. no sabía lo que decía.. y...

— Está bien... Tranquila, entiendo perfectamente. Pero, entonces si no mentias — Luis se empieza a mover peligrosamente hacia a mi y de un momento a otro me sujeta de la muñeca arrastrando me sobre la cama para quedar peligrosamente sobre mi — eso quiere decir que.. — su voz se escucha ronca y baja, mientras su aliento choca contra mi mejilla — anoche no mentias, y hoy no estás borracha — pasa su dedo por mis labios en un movimiento lento y torturante — así que hoy si podemos continuar con lo del otro día.. ¿Lo recuerdas?.

Mi mirada viaja a su boca, mientras su dedo baja por mi mejilla en ese estúpido movimiento lento, Luis acerca su rostro al mío. Sus labios rozando los míos. Mi boca se abre en anticipación al beso que nunca llega, por qué de un momento a otro Luis se aleja sentándose en la cama y empieza a reír, su risa es ronca y fuerte. Mientras mi rostro se vuelve rojo como un tomate.

— Enserio.... enserio creíste que iba a besarte. — se sigue riendo, mi rostro arde del coraje — por favor Mía, no me mires así, tampoco te iba a forzar a hacer eso.

Finalizo el y sin pensarlo dos veces me tire sobre el decidida a hacerlo, por qué antes muerta que avergonzada y quedarme con las ganas, Luis se quedó estupefacto cuando agarré su rostro en mi manos. — Tu no lo harías pero está más que claro que yo si. — finalice besando sus labios, sus suaves y gruesos labios.

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Perdonen me la vida, la actualización llegó un poquito tarde hoy jejeje, eh estado ocupadisima con el ingreso a la universidad y las clases, pero aquí lo tienen.

Espero les este gustando la historia.

Nos vemos en el próximo capítulo. No se les olvide votar y comentar.

Chaíto.