Fugaces.

Capitulo 8.

Les subo este capitulo hoy por ser el día del amor y la amistad en mi país.

¡Feliz día cariñitos míos!.
Y ahora sí, a leer.

Capitulo 8.

Luis.

Luego de caminar unos cuantos minutos aquí estamos en el mirador de la ciudad.

La vista es tan hermosa, tan colorida, el cielo cubierto de los colores naranja, rosa, un morado, azul mi vista perdiéndose en todos los contraste y combinaciones que hay frente a nosotros.

El sol esta a punto de esconderse, las luces de la ciudad abriéndose paso mientras la Luna hace su aparición.

Mía y yo estamos embelesados viendo el espectáculo, viendo la vista frente a nosotros.

Por un momento, decido desviar mi mirada hacia Mía. La chica tiene sus ojos negros al frente, su vista perdida, su cabello un poco alborotado, mientras pequeños mechones se salen del moño que se intentó hace hace un rato, está mordiendo su labio inferior de forma delicada y gentil, sin hacerse daño, las pequeñas pecas de sus pómulos reflejándose sobre la luz del sol que ya está terminando de ocultarse. Una pequeña brisa golpeando su rostro de forma delicada.

Algo dentro de mi haciendo que quiera decirle algo, pero las palabras no me salen. Así que antes de que pueda decir algo Mia habla.

— Maravillosa vista, no es así — su voz sale delicada y suave.

— Si... Excelente vista. — trago mirando hacia el frente.

Ambos nos quedamos mirando hacia el frente por varios minutos, ninguno de los dos dice nada. Sólo estamos ahí viendo el atardecer.

El sol está a nada de esconderse o simplemente desaparecer detrás de los altos edificios, y es hasta entonces que Mía rompe el silencio.

— Sabes.. — su voz sale suave — eres la primera persona que viene acá... Siempre eh venido sola... Aquí eh dejado salir mi frustración y mi enojo con la vida.... Sabes, puedes dejarlo salir. Conozco la tristeza que cargas en tu mirada...

Mía gira su rostro hacia mi, sus ojos se está poniendo rojos y a pesar de la falta de luz del sol, puedo ver como una pequeña lágrima bajar por su mejilla.

— Te preguntarás como lo se — no dije nada — Yo también tuve esa mirada... Por eso creo que deberías dejarlo salir. — una sonrisa triste se dibujó en sus labios.

— Mía no tenías por qué traerme hasta aquí solo para decirme que reconoces mi mirada, yo no tengo nada... Estoy perfecto...— pause porque el dolor de perdida aún estaba reciente, el nudo formándose en mi garganta — estoy excelente... Gracias... Pero me voy.

Finalice y di media vuelta para empezar a caminar por donde vinimos, pero entonces Mía hablo haciendo que me detenga.

— Yo también perdí a alguien — su voz se escuchó triste detrás de mí pero aun asi no me gire — era mi mejor amiga sabes.. ella... Ella estaba tan llena de vida, siempre la veía feliz y luego...luego de un día para otro ella.. — su voz se rompe — ella decidió lanzarse de un puente, se quitó la vida... Yo ...yo no lo entendía sabes.. ella estaba bien era feliz.. pero.. lamentablemente hubieron cosas que nunca supe, por varios meses duren pensando que yo tuve la culpa, no fui muy buena amiga...yo..yo debí saber cómo se sentía en realidad.. pero..tristemente las cosas no sucedieron de esa forma. Ella murió y yo decidí continuar por ella, por nuestra amistad. Se que perdiste a alguien puedo verlo en tu mirada... Se que tal vez, ella o el, hubiesen deseado que tú continuaras tu vida a como lo era antes —dos lágrimas gruesas se realizaron por mis ojos — estoy segura que lo hubiesen querido así..

No me moví, no hable. Sólo empecé a llorar, las lágrimas empezaron a salir de mis ojos. El peso de que ella haya muerto, el peso de que papá haya muerto... Todo pasándome factura hoy y luego está chica, diciéndome eso.

— Yo... — mi voz se rompe — mi padre murió hace dos meses y...ella hace un año.. apenas estaba asimilando que ella se había ido... Y luego papá.. el... — me detengo porque el nudo en mi garganta no deja que las palabras salgan de mi boca, trago saliva y tomo una respiración profunda — yo los perdí a ellos dos y una parte de mi murió con ellos...

Finalice, la chica detrás de mí, no dice nada solo está hay de pie a unos pasos de mi. Pero entonces, un grito deja sus labios, por un momento no lo entiendo, pero luego Mía me mira y habla.

— Vamos, dejemos salir el dolor juntos.

Y así es como ambos terminamos gritando a la nada y a todo en general, las lágrimas saliendo de mis ojos mientras grito sus nombres liberando me por completo.

Ambos nos tiramos sobre nuestra espalda encima del pasto. Las estrellas empezaron a hacer presencia hace una hora y la luna, la luna está llena brillando... Iluminando aquellas almas rotas como las nuestras, aliviando el dolor de alguien que a perdido a un ser querido, la luna siempre a estado hay desde tiempos inmemoriales brillando en todo su esplendor la oscuridad de la noche.

Poso mis manos por detrás de mi cabeza para apoyarme en ellos, mientras Mia decide sentarse ya que el pasto le pica.

— Se siente bien, ¿no es así?. — su voz toma ese tono suave de hace un rato.

— Si, lo es... Es — miro hacia arriba, buscando una estrella en particular hasta que la encuentro — es liberador.

Sólo pasan unos minutos en silencio cuando Mía vuelve a hablar.

— Lo siento — la miro — por lo de tu padre, yo no tenía idea de que fuese reciente...yo.. de verdad lo siento.

— Tranquila, no tenías por qué o como saberlo, lo recuerdas — ella me mira frunciendo sus cejas — primera vez.

Digo y su mirada cambia, creo que ya lo entendió.

Una sonrisa se aparece en sus labios y luego habla — primera vez — finaliza metiendo una papita en su boca.

Esa noche ambos solo charlamos sobre nosotros conociendo un poco más del otro, hasta me enteré que es alérgica a las abejas luego de que una se paseara por encima nuestro. Verla correr fue digno de un meme.

En fin creo que dejarlo salir, fue el inicio de todo. Aveces está bien llorar, aveces está bien dejarlo salir todo y no guardarnos nada... Dejar salir lo que nos duele nos libera y nos hace sentir tan bien con nosotros mismos.

Aveces está bien liberarnos de lo que nos duele.