Mia.Al principio, el haber besado a Luis fue un poco raro, ninguno de los dos nos movíamos, sólo estabamos quietos, nuestros labios unidos pero sin ningún tipo de movimiento.
Así que, decidida subí las manos a su rostro trazando una pequeña línea por sus pómulos. Abrí mis labios lentamente para darle paso a los suyos. Luis hizo lo mismo y al cabo de unos segundos ambos empezamos a besarnos lentamente. Fue algo tierno y lleno de un poco de ¿Magia?. No lo se, solo se que el lugar fue el mejor, ambos a oscuras, esa pequeña línea de luz solo iluminando una pequeñísima parte de nosotros. Luis subió sus manos a mi cintura y apretó un poco pegándome a el, pose mis manos en su nunca profundizando nuestro beso aún más.
Sus labios estaban haciendo maravillas sobre los míos y ni hablar de sus manos sobre mi cintura, su respeto a no bajar de ella, solo dejarlas hay. La magia se rompió en el momento en que mi teléfono empezó a sonar la canción de fuego "Una vaina loca" resonando en el pequeño lugar.
Me despegue un poco de Luis y tome el teléfono en mis manos, la pantalla iluminando el lugar un poco más.
El nombre de Ana apareció en pantalla haciéndome recordar hacia donde me dirigía antes de tirarle el químico a Luis encima.
— ¡Mierda! — susurre por lo bajo.
— ¿Que pajagsje...— no le entendí nada más por que le tape la boca con mi mano libre y antes de contestar le susurre un "silencio".
— Hola... Ana ¿cómo estás?.
— ¡Cómo estás nada, mía!. Llevo esperándote más de media hora con mi experimento, dijiste que ya venías y aún nada. Se supone que te habías ofrecido y...
— Ya... Ya... Calma ya voy, es que se me presento un pequeño inconveniente. — casi pude ver a Luis levantando sus cejas en medio de la oscuridad y debajo de mi mano una sonrisa se curvo en sus labios. — En fin, ya voy. Espera solo unos minutos más si. — la escuche suspirar, está perdiendo la paciencia — porfis.
— Está bien — dijo derrotada — pero ni un minutos más, ni un minutos menos, ¿Entendido?.
— Si. Capitán. Nos vemos.— y con eso colgué.
Quite mi mano de la boca de Luis y el sonrió. — Así que, ¿Un pequeño inconveniente, eh?.
— Lo siento, lo siento. No quería explicarle el por qué demore y además decirle que le tiré su experimento encima de cierto chico y además que lo tengo semidesnudo y en el cuarto del conserge. ¡Me mataría!. ¿Entiendes eso?.
— Bien, entiendo tu punto. Pero, no me puedes dejar aquí así, sin ropa. Necesito que me traigas algo de ropa, ¿Puedes hacerlo?. — la súplica en su mirada me parece tan graciosa.
— Está bien, te traeré ropa, pero debe... — no me dejó terminar cuando hablo otra vez.
— Prometelo.
Suspiro y hablo. — Esta bien lo prometo.
— Con el meñique — lo veo como levanta su dedo meñique en medio de la oscuridad, y awww, me parece tan tierno que alguien tan mayor haga algo así. Pero como la romántica y empedernida que soy tomo su meñique junto al mío y hablo.
— Lo prometo.
Y con eso salí, dejando a Luis dentro del cuarto del concerje.
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.— Entonces, haber si entiendo.¿ Básicamente tiraste mi experimento a un chico guapo en el pasillo, al cual besaste y dejaste en ropa interior en el cuarto sucio del concerje?. — Ana me miró a través de sus grandes gafas de plástico — haber, les explico. Ana es mi compañera de piso, estudia una licenciatura en Quimica y física, y bueno prácticamente me tiré su trabajo de semanas. Bueno no todo. La chica es alta, delgada, cabello castaño, ojos marrones, con pecas en los pómulos, labios delgados, el cabello le llega a mitad de la cintura y en este momento lo lleva recogido en un moño desordenado, su cuerpo es bien trabajado (pues claro, hace ejercicio) en fin casi casi es la nerd de nuestro piso. — ¡Hey! — su chasquido de dedos me trajo a la realidad — debes irte, gracias por explicarme y traerme solo lo poquito que quedó en el envase, quizás y hago uno mejor que esté.
— Bien, bien me voy. — me gire sobre mis talones — ¡Gracias por entenderme!.
— ¿Cual gracias?, Te toca la cena esta semana. Ahora... ¡Ve por el chico guapo...! — gire los ojos, sabía que se las desquitaria. Mi comida es deliciosa, pero no me gusta cocinar. Casi siempre termino con los dedos quemados.
Voy rumbo al cuarto del concerge dónde dejé a Luis metido, una sonrisa burlona empieza danzando en mis labios mientras recuerdo lo que hice esta mañana, mis movimientos fríamente calculados. Nunca pensé que tirarle un poco de cloro puro-rosado sobre su ropa sería tan genial... El recuerdo de nuestro beso hace que lleve una de mis manos a mis labios.
Eso sí que no estaba planeado, ¿Eh?.
Callate, conciencia.
En fin, me alegra haberle jugado esa pequeña broma, a pesar del beso, al menos lo saqué de esa burbuja en la que vive.
Estaba cruzando el pasillo para llegar a Luis cuando el director Frederick se aparece frente a mi haciendo que pegue un brinco del susto.
— Señorita Raunch, la e estado buscando por todos lados. ¿Podemos hablar?.
Pregunto este con el ceño levemente fruncido. Sabía que esto no terminaría nada bien.
Respire hondo mirando detrás suyo, Luis tendrá que esperar. Solté el aire por la boca y hable. — Si..
Y empecé a seguirlo, no sin antes enviarle la ropa a Luis con un chico que encontré en el pasillo, su nombre es Marlon, Marlin no lo recuerdo.
Okey, soy malísima recordando nombres.
Vale, eso no es ninguna novedad.
Callate.
Y con eso, seguí al director con una mirada cansada mientras removía mis manos inquieta de lo que podría decir al cruzar las puertas de su oficina. Y por otra parte, no dejaba de pensar lo que diría Luis al no verme llegar con la ropa que le prometí.
— Maldición. — maldije por lo bajo.
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No hay nota, espero y lo hayan disfrutado.
No se les olvide votar y comentar en el capítulo, lo aprecio muchísimo.
Gracias por leerme, nos vemos en el próximo capítulo.
Yuriza V.
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Fugaces.
Teen FictionLa vida después de ella, perdió el sentido para Luis, sin embargo, despertar tarde lo llevará a su cita con el destino y a encontrarla a ella. La chica que llegó para quedarse y no pasar como Kiara, Ella no será Fugaz.