04

93 8 0
                                    

—¿Qué tal te fue en tu nuevo instituto, Xander? —me pregunta mamá mientras cenamos, han llegado temprano hoy y me alivia mucho, aunque son más de las once de la noche. No comí nada para esperarlos e hice la cena para los tres para que no tuvieran que esperar o hacerla. Debían estar muy cansados.

—Bien.

—Sé que llevas casi dos semanas y lamento preguntarte hasta ahora, cariño —me encogo de hombros.

—Está bien, toda ha ido tranquilo —comento.

—¿Ya haz hablado con Kira? —pregunta mi padre.

—No.

—¿Por qué no? ¿Ya no son amigos? —me es difícil decirle la verdad a ellos porque me lo habían advertido pero, cuando se trata de Kira...no quiero decirles nada porque me obligaran a hablar con él y disculparme sea cual sea el problema de por medio.

—Mnnmh —evito responder, llenándome la boca de comida.

—Deberías invitarlo a la casa de nuevo, creo que no sabe donde vivimos ahora, además, es tu mejor amigo, debe de extrañarte ¿no?

Mis ojos se cristalizan con rapidez. Sigo comiendo sin intención de decir algo y, no puedo evitar comenzar a llorar mientras trago.

—Xander, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?

Niego con mi cabeza, tragando la comida en mi boca. —Se me metió algo en el ojo.

—Espero que no estés deseando volver a tu antiguo instituto, tu quisiste venir a este nuevo —dice mamá, regañandome.

Vuelvo a negar. —No, no es eso.

—¿Entonces qué?

—Nada, no es nada.

Me seco el rostro mirando mi plato hasta terminar y, luego de lavar los trastes, subo a mi habitación para tirarme en la cama. Me cubro el rostro con mis manos y pongo un cojín allí cuando la puerta se abre, es mi padre quien entra. Luce cansado por trabajar tanto.

—Sora, hijo —se acerca donde estoy —¿Estás bien? —hago un pequeño ruidito con mi boca —¿Por qué estabas llorando? ¿Es porque mencioné a Kira? ¿Ocurrió algo malo con él y no nos quieres decir? —me doy la vuelta para evitar su mirada fija en mi.

—No.

—Entonces ¿qué te pasa? Haz estado muy callado y llorando por todas partes —vaya, sí que lo ha notado. Y eso que preferí llorar en la madrugada para que no me escucharan pero al final sí se dieron cuenta.

—No es nada, solo estoy triste —emito, con voz ronca por el llanto que se aproxima.

—¿Por Kira?

No respondo.

—Sora...puedes decirme, soy tu padre y al igual que tu, también fui joven e hice tonterías —no quiero hablar de eso con mi padre, me siento avergonzado de recordarlo y, furioso, y triste. Son demasiadas emociones juntas.

—Kira y yo ya no somos amigos —suelto, en tono bajo siendo amortiguado por el cojín.

—¿Qué? ¿Qué dijiste?

Me quita el objeto de la cara observando mi rostro lleno de lágrimas y totalmente rojo.

—¡Ya no somos amigos! —repito, con voz fuerte y enronquecida.

—¿Por qué? Ustedes se quieren mucho y nunca se han separado ni peleado.

—Kira...él me mintió y no puedo perdonarlo por eso —contesto, mirando a otra parte, volviendo a tomar el cojín para abrazarlo con fuerza, hundiendo mi nariz allí.

Las apariencias cambian © [ Yaoi/Gay/BL ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora