—¡Alex! ¡Vamos a almorzar!
—No tengo ganas de almorzar hoy, ve tu —Heather aparece en la puerta, sonriendo, agita su mano hacia mi y al ver que no le correspondo, se acerca.
—¿Que onda, chicos? ¿No van a almorzar? —nos pregunta, con curiosidad.
—Alex no quiere —dice él.
—No tengo animos de nada, solo quiero dormir —Heather mira a Yoshida.
—Vale, descansa un poco, Alex —dice ella.
—¿Qué? Él tiene que comer algo, apuesto a que ni ha desayunado, mira lo pálido que está.
Ruedo mis ojos.
—Estoy bien.
—¡Mentira! —chilla, abriendo grande sus ojos.
—Dejalo, ven conmigo. Tu descansa, Alex.
Salen del salón y, como solo quedo yo en el, oculto mi cabeza entre mis brazos cerrando mis ojos para dormir. Lo cual hago en pocos minutos donde me empezó a doler la espalda de tanto estar en la misma posición, cuando abrí mis ojos de nuevo me encontré con el chico este, Yoshida; sus ojos dorados me miraban algo molestos, como si me estuviera reprochando algo en su mente. Traía una cosa en sus manos, se aproximó a mi y lo dejó en mi mesa.
—Come.
—No tengo hambre —contesté, al instante.
—Come —insistió.
—No tengo hambre —repetí.
—Come.
—No.
—Me voy a sentar aquí frente a ti hasta que comas —y, lo hizo, tomó asiento frente a mi y se cruzó de brazos esperando a que comiera de lo que sea que haya en el envase.
—Eres muy molesto.
—Y también muy persistente así que, come.
Ruedo mis ojos tomando el maldito envase para destarparlo. —¡Sushi! —exclamo, abriendo grande mi boca y ojos —¿De dónde diablos sacaste sushi? —cuestiono, viéndolo.
—Es un secreto —me guiña un ojo, sonriendo de lado.
—Mmnh...
No quiero rechazar el sushi, yo amo el sushi. Pero no tengo ganas de comer nada aun si tengo hambre. Me quedo mirando los rollitos, se ve tan lindos y deliciosos, tiene tan buen olor que se me hace agua la boca. Bueno, probar uno o dos no hará daño ¿verdad? Y él lo trajo para mi al fin y al cabo.
—¿Tu no quieres? —le pregunto, tomando uno de los rollitos de sushi, el que tiene salmón.
Niega con su cabeza. —Ya comí, puedes terminar te lo todo.
—Bueno.
Comienzo a comer. Cada bocado sabe tan delicioso que me hace sonreír. Yoshida se me queda mirando todo el rato, sus ojos brillan de un tono mucho más claro que el miel casi dorado, es un tono amarillento, con reflejos blanquecinos.
A decir verdad y, mirándolo bien, de más de cerca, él es bastante lindo.
El cabello negro lo lleva algo alborotado, con algunos mechones disparejos, el flequillo le cae encima de las cejas negras y delgadas y, tiene pestañas finas pero muy negras y visibles. Sus ojos son tan rasgados que de por si son pequeños y, cuando sonríe se vuelven dos líneas negras de lo que estoy muy seguro que no ve nada al hacerlo; el color en estos es muy llamativo, cuando lo miras de reojo parecen ojos de algún animal o un gato. Es...hinoptizante.
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Las apariencias cambian © [ Yaoi/Gay/BL ]
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE «LAS APARIENCIAS ENGAÑAN» Sora había dicho cosas terribles, había perdido a su novio Arik como a sus amigos bajo las mismas circunstancias, a base de mentiras. El dolor, odio y rencor que sentió por las personas de su pasado lo lle...