Las apariencias cambian © [ Yaoi/Gay/BL ]

*017

Mika nos invitó a su casa.

Dice que vive solo pero en realidad es con su madre que nunca está en casa porque trabaja mucho. Cuando las clases terminan por ese día salimos todos para ir a su casa, en el camino Koichi decide entrar a una tienda de conveniencia por cigarrillos alegando que ya no tenía y que le apetecía fumar por el camino.

No sabía que él fumaba. Bueno, no se nada de ese tipo, solo su nombre y que es mayor que todos nosotros.

Koichi le pasó un cigarrillo a Toru quien lo encendió rápidamente, tampoco sabía que él fumaba. Koichi me ofreció uno también y, aunque dudé en aceptarlo, al final sí lo hice. Claro, nunca antes había fumado por lo que era propenso a que se rieran de mi pero no me importó mucho que digamos.

—¿Fumas, Alex? —me preguntó Yoshida, ceñudo.

—No.

—¿Y por qué lo aceptaste? —Toru lo encendió cuando me lo llevé a los labios dándole una pequeña calada. Si mi madre me viera ahora mismo estaría muerto.

Me encogí de hombros para respuesta de Yoshida.

Caminamos hablando entre nosotros, yo decía algunas cosas mientras Mika estaba preguntando algo. Koichi estaba al frente caminando, llevaba un paquete de cervezas que había sacado de su mochila y por un momento me quedé absorto en mis pensamientos con el cigarrillo entre mis dedos.

Arik.

Recordé cuando iba a su departamento y lo encontraba fumando junto a Issey y Dai.

Cada vez me acuerdo menos de él.

¿Es normal, verdad?

Lo olvidaré en algún momento y, me fijaré en alguien más, si es que puedo.

Volteo a mirar a Yoshida, en su cuello puedo ver el pequeño chupetón que le dejé por hacerse el misterioso conmigo. Presiono mis labios en una fina línea ante la sonrisa que se me iba a escapar y suspiro antes de llevar el cigarro a los labios.

Miro hacia el suelo viendo sus cordones desatados, lo detengo y me agacho para atarlos justo cuando escucho unos pasos acercarse y luego la voz de Kira llegar a mis oídos. 

Me incorporo expulsando el humor de mi boca sin soltar el cigarrillo de mis labios y lo observo.

Su ceño está fruncido y mira del cigarrillo a mi ojos y luego a Yoshida.

—¿Desde cuando fumas? —pregunta, calmadamente.

Puedo notar las grande ojeras que tiene encima, su cara se ve pálida y tiene una bolsa blanca en su mano, de la farmacia.

—Que te importa a ti —contesto, borde.

—Sora ¿Podemos hablar?

—No.

—Sora, por favor, te extraño.

Aprieto mi mandíbula. Él da un paso hacia mi ignorando totalmente que Yoshida sigue presente a mi lado.

—Sora, te lo suplico. Yo realmente no quiero que lo nuestro se quedé así —creí decirle a Fuka que le dijera que no tenía intención de hablar con él pero, olvidé que Kira hace lo que le da la gana todo el tiempo.

—Ya te dije que no.

—¿Y por qué hablaste con Fuka y conmigo no? —cuestiona, molesto y ofendido. 

—Ella no planeó nada a mis espaldas —siseo.

—¡Oigan, muevanse! —nos grita Mika.

—Si me dejas explicarte todo lo vas a entender-