¿Corea unificada?

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Pekín, China

El norcoreano seguía sin comer ni un solo bocado, solo movía con los palillos los granos de arroz de su plato. Aquel comportamiento extraño no paso desapercibido por el mayor, el cual sentía preocupación hacia el coreano. Podía asegurar sin duda alguna que Corea del Norte se veía más delgado desde la última vez que lo vio.

ㅡ¿Los nuevos cargamentos de comida no te han llegado?ㅡ preguntó el chino.

ㅡ¿Eh? Sí, sí, han llegado, incluso nos llegó una dotación extraㅡ respondió, saliendo de su trance.

ㅡ¿Entonces?

ㅡ¿Entonces qué?

ㅡLuces más delgado, y eso no me lo puedes negar, incluso tu ropa se ve más holgada. ¿A qué se debe eso? ¿Tú jefe no te permite comer o algo así?

El norcoreano suspira.

ㅡSolo estoy, desanimado, no he tenido ganas de comer o tan si quiera dormir. Sabe, cuando el bloque comunista tiene reuniones y eso, no puedo evitar ver a esos ruidosos latinos, ver como todos son hermanos y... se tienen los unos a los otrosㅡ baja la miradaㅡ Lo que quiero decir es que, extraño a mi hermano, lo extraño demasiado.

Es cuando China lo comprende la situación del menor. ¿Quién no estaría así? La última vez que los gemelos coreanos se habían visto la cara fue en un campo de batalla, ni siquiera les permitieron estar presentes cuando se declaro un alto al fuego; era entendible que el norcoreano se sintiera así, tan solo, en especial porque a su alrededor veía a otros convivir con sus hermanos, y él, ni siquiera tenía permitido mencionar el nombre de Corea del Sur.

De repente, el chino se levantó y se sentó a un lado del menor.

ㅡTengo una idea, un idea arriesgada, pero tomando en cuenta que el bloque capitalista está teniendo dificultades y tiene muy pocos aliados en esta parte del mundo, podría funcionar.

ㅡ¿En qué está pensando, señor China?

ㅡEn reunificar la península coreana.

La frase lo golpeo, lo dejo con los ojos bien abiertos y casi abría la boca. ¿No estaba soñando? ¿Realmente el chino le estaba hablando en serio?
Sus preguntas fueron resueltas inmediatamente al ver que el mayor volvía a levantarse, salía de la habitación y regresaba con algunos mapas.

ㅡEste iba a ser un... obsequio para ti, pero, viendo que esto ya te está afectando, no pasará nada muy grave si lo adelantoㅡ extendió uno de los mapas sobre la mesaㅡ Es un plan que estuve haciendo con Rusia, y, viendo que el bloque capitalista está pasando por una crisis, hay que aprovechar...

Washington, D.C., EE.UU.

Sentando en su cama, recargando su espalda sobre el respaldo de la base de la cama, sus piernas estaban tapadas con una sábana, y a su vez, sostenía un tablero de ajedrez.
Enfrente de él, sentado en el otro extremo, el mexicano yacía sentado, pensando en el siguiente movimiento que haría en el juego.

ㅡY, jaque mateㅡ dijo con orgullo el latino al mover su caballo.

ㅡ¿Qué? ¿En serio?ㅡ bastante sorprendido, el rubio trató de buscar alguna casilla, pensar en algún movimiento, pero, nada, ya había perdidoㅡ Grandioso, ni siquiera en un juego soy capaz de pensar una buena estrategia.

ㅡTranquilo gringo, solo es un juego, además, en la siguiente ronda puede que me ganes.

ㅡNo, ya no quiero jugarㅡ se cruzó de brazos. Su expresión mostró enfado y a la vez tristezaㅡ No quiero perder otra vez.

El mexicano suspiró, ya era el quinto juego que jugaban, el quinto juego en el que el estadounidense perdía. Y a decir verdad, eso lo preocupaba; el latino siempre solía perder en aquellos juegos cada que jugaba contra el angloparlante, porque todos eran sobre estrategia, pero ahora, era tan extraño que todos los movimientos del rubio hayan sido al azar, sin mucho pensamiento, impulsivos.

Se escuchó el timbre de la casa. 《Voy a ver quien es》, el moreno salió de la habitación, bajó las escaleras y abrió la puerta.

ㅡ¿S-señor?ㅡ retrocedió unos pasos, estaba sorprendido.

ㅡBuenos días, Mexico. ¿Está Estados Unidos despierto?ㅡ era el jefe del estadounidense.

ㅡSí, lo está, señor. Él está en su habitación.

ㅡBien. Hablaré con él, en privado, ni siquiera se te ocurra querer escuchar, no creo que quieras problemas, ¿verdad?

ㅡNo, señor. Entiendoㅡ bajó la mirada.

El presidente entró en la residencia cerrando la puerta tras de sí, y subió las escaleras. México tuvo un muy mal presentimiento, sentía que lo que se hablaría sería de suma importancia e inclusive pensó que podrían hablar de algo peligroso, pero, no quería arriesgarse a saberlo.

Estados Unidos se sorprendió al ver a su jefe ahí, iba a ponerse de pie, pero el presidente lo detuvo de inmediato, alegando que aún debía descansar ya que le tenía un trabajo muy importante.

ㅡ¿Un trabajo... importante?

ㅡSí. Los miembros de la OTAN no me quisieron apoyar en mi propuesta, así que, pensé que tú podrías hacer algo al respecto.

ㅡ¿Cuál es su propuesta, señor?

ㅡUn bombardeo.

ㅡ¿Un bombardeo?

ㅡ Sí, como aquellos que solíamos hacer en Vietnam, pero está vez en el territorio que nos quitaron, Israel.

Israel, esa herida que aún seguía abierta. Tuvo una mezcla de distintas emociones negativas, se notó en su rostro, pero, debía controlarse, no quería volver a ser víctima de una dosis alta de medicamentos.

ㅡ¿A qué quiere llegar con eso, señor?

ㅡDeja que te lo explique...

Frontera Corea del Norte - Corea del Sur
00:12 hrs

Nervioso, ansioso, entusiasmado, era demasiadas emociones para él, tantas que sentía que no podía controlarlas. Sostenía con fuerza su rifle, 《concéntrate, todo está en tus manos, esto no puede fallar》se decía a si mismo.

ㅡHa llegado el día en el que volveremos a ser solo uno.

Los soldados, los tanques comenzaron a traspasar la frontera. El ataque fue sorpresivo, muy similar a los "ataques relámpago" que solían hacer los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Los surcoreanos no supieron coordinarse al principio, los norcoreanos fueron avanzando de poco en poco pero teniendo victorias seguras.

Procuraban no atacar a ningún soldado o base estadounidense en el territorio ya que no querían que el país americano llegase a intervenir (aunque a estas alturas realmente dudaban que viniesen a atacar o auxiliar, lo más seguro es que las tropas se retirarían)

Fue una batalla relativamente fácil y rápida. Casi no hubo real resistencia, aunque, tampoco era como que pudiesen hacer mucho, ya que debido a la fuerza que había adquirido el bloque comunista, Corea del Norte poseía un mejor armamento.

Fue una semana entera el tiempo que se necesito para tomar la capital, y de paso, correr a todo bastión estadounidense de la península.

Amenaza Roja [Hispanoamerica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora