¿Qué está pasando?

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Estaba sangrando, le costaba respirar, el dolor abdominal iba en aumento. La oscuridad era casi total, por lo cual no era capaz de ver la gravedad de su herida; temía por su vida, no deseaba terminar así. Incluso ya comenzaba a lamentarse, 《¿Cómo pude creer que esto sería buena idea?》se preguntó a si mismo.

ㅡ¡Argentina! ¡Argentina!

Esa voz, fue como un coro de ángeles para él. La luces que comenzaron a asomarse le daban otro toque divino a su situación, sé sentía salvado gracias a un milagro del mismísimo Dios. Aún no moriría, y no podía estar más feliz de ello. Jamás llegó a pensar que esa voz le haría recuperar la esperanza de sentirse salvado.

ㅡArgentina, tranquilo, estarás bienㅡ dice aquel mientras analiza la situación y busca la manera de cargar en brazos al rubio sin llegar a lastimarlo aún más.

ㅡNo puedo creer que en verdad llegaste a ayudarmeㅡ mencionó el argentino.

ㅡPrometí hacerlo. Debemos estar juntos en esta situación.

Con un poco de dificultad, el chileno logró cargar en brazos a su hermano. No creyó que se sintiera tan pesado, pero, pensándolo bien, era obvio que le costaría trabajo debido a que el rubio era más alto que él, además, que Chile tuviese un cuerpo bastante delgado no ayudaba a la situación. Estaba dando todo de sí mismo para llevar al argentino a un lugar más seguro.

Solo fueron unos cuantos metros hasta que una camioneta los intercepto. Teniendo el mayor cuidado posible, el chileno sentó a su hermano. Estando ya ambos dentro, el vehículo se echo a andar a toda velocidad.

ㅡDéjame adivinar, ¿otro espía enviado por el cerdo capitalista?ㅡ preguntó China, quien cortaba la playera del argentino para así quitarla y revisar mejor la herida.

ㅡEstá en lo correcto, señor. Pude acabar con la vida de ese boludo, pero, logró hacerme un gran dañoㅡ respondió con cierta dificultad, aguantando el dolor.

ㅡ¿Qué no se supone que el yankee no tendría recursos para mandar espías aquí?ㅡ fue la pregunta de Chile.

ㅡSe supone. Supongo que se dieron un pequeño gasto extra para mandar aquí a sus sanguijuelasㅡ comenzó a decir el ruso, quien manejaba en aquel momentoㅡ A fin de cuentas, ya se dio cuenta de que tu gobierno ya no es capitalista; no va a querer más como nosotros en la región, por eso, aunque se quede sin dinero, hará todo lo posible por mandar a sus agentes y espías aquí.

ㅡVaya mierda.

ㅡNadie dijo que esto sería sencillo, pero, es esta es la lucha que han elegido, y verán que el resultado valdrá la pena.

ㅡCambiando a una noticia más alentadoraㅡ decía el asiáticoㅡ Mañana llegará más ayuda. Colombia lo ha logrado, ha logrado dejar de ser otro peón más del cerdo capitalista; informó que desde mañana comenzaría a enviar ayuda hacia Argentina, ¿no es emocionante?

Debido al tono monótono de China, los dos hermanos solo asintieron con la cabeza, a pesar de que era una buena noticia, ese tono de voz le quitaba cierta emoción, es más, ni siquiera estaban seguros de que el chino estuviera emocionado, o que tan siquiera tuviese sentimientos o emociones.

Washintong, DC., EE.UU.

En el suelo se observaban trozos de cerámica, los floreros habían sido rotos. También había café en la alfombra; una ventana estaba rota, un mapa que yacía en la pared ahora tenía partes rasgadas, parecía que algún animal lo hubiese arañado.
Lo más resaltante de la sala destruida eran el canadiense y el mexicano; ambos tenían las manos tras la espalda, se mantenían callados, pero, sus piernas temblaban, por más que querían, les costaba trabajo mantener la calma, controlar el miedo.

Ambos norteamericanos observaban como el estadounidense se levantaba del suelo, teniendo los puños ensangrentados y respirando de forma brusca. Sintieron un escalofrío cuando el rubio los volteó a mirar a ambos; la mirada de furia los atormentaba, temían lo peor, temían ser la siguiente cosa que se rompería en esa sala.

ㅡ¿Cómo es posible? ¡¿Cómo es posible que haya otro sucio y pobre comunista en nuestra zona?!ㅡ se acercó aún más a los otros dosㅡ ¡Solo me descuido cinco segundos y ya hay otro asqueroso comunista! ¡Y ya muchos otros están a muy poco de ir por el mismo camino! ¡¿Cómo fue que sucedió esto?!

ㅡPor lo que vimos de los informes de investigación, l-los soviéticos tomaron las universidades y desde ahí comenzaron a comunicar su i-ideologíaㅡ respondió con miedo el canadiense.

ㅡ¡Malditos tramposos!ㅡ se acercó a la pared mas cercana y le dio u fuerte puñetazo a esta.

ㅡEstados Unidosㅡ el mexicano se fue acercando poco a poco al rubio, puso su mano sobre uno de los hombros del más altoㅡ Trata del calmarte.

ㅡ¡¿Cómo quieres que me calme?!ㅡ volteó abruptamente para ver al moreno cara a caraㅡ ¡Las cosas en Vietnam no van bien, y ahora en el sur se está creando una granja de sucios comunistas!

ㅡLo entiendo, pero, solo mirate, mira lo que hiciste aquí. Nuevamente estás dejando que todo tu estrés tome el control. ¿Acaso quieres que te suceda lo de la última vez?

El estadounidense negó con la cabeza.

ㅡSabes, te vendría bien un relajante baño de burbujas. Estás muy tenso, y si quieres planear las siguientes estrategias para el campo de batalla, es mejor que tengas la mente relajada y que no estés lleno de ira.

ㅡBien, haré esoㅡ estando un poco mas calmado, salió de la sala y subió las escaleras para ir a tomar el dichoso baño de burbujas.

Canadá y México se quedaron solos.

ㅡMe sorprende que lograste convencerlo. Creí que seguiría un largo rato destruyéndolo todoㅡ menciona el canadiense.

ㅡSi te soy sincero, no creí que llegaría a funcionar. Hasta creí que él me daría un buen putazo o algo así.

Tras el breve intercambió de palabras, ambos comenzaron a recoger todo lo que había quedado del desastre. Como ya se les había hecho costumbre, tenían que ser ellos quienes limpiasen lo que quedaba después de los ataques de irá que sufría el estadounidense (y que, conforme más avanzaba la guerra, más frecuentes eran).

Les preocupaba, demasiado, temían que en cualquier momento esa ira terminara lastimando aún más al rubio o que lo orillaran a cometer alguna tontería. Les frustraba no poder ser más útiles, no ser capaces de quitarle mágicamente todo el estrés. Era una situación que iba para peor, lo sabían, y ahora con la noticia de más revueltas de índole comunista, todo pasaba más rápido de lo esperado.

ㅡSi te soy sinceroㅡ comenzó a decir el canadienseㅡ Yo también tengo miedo de que el comunismo este llegando cada vez más a este lado del mundo. No me gusta la idea de que les hayan lavado el cerebro para que implementen algo tan absurdo a sus gobiernos.

ㅡComparto tus sentimientos. Me duele ver que mis... hermanos crean que eso funciona.

ㅡ¿Crees que terminen como Cuba?

ㅡPor más que me duela admitirlo, es lo más probable.

Amenaza Roja [Hispanoamerica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora