En menos de un minuto, Chat Noir llegó donde estaba Ladybug. París estaba oscureciendo, y no había nadie alrededor capaz de ayudar. La superheroína estaba acostada en medio de la calle, sin moverse. Desde lejos parecía estar fallecida, y Chat Noir, desesperado, deseó con toda su alma que eso no fuera verdad. Al acercarse a ella, con cuidado, se inclinó sobre el pecho de la chica. Y en un momento, pudo comprobar que respiraba. Su respiración era leve, pero estaba ahí. Y con un suspiro de alivio, los nervios y la incertidumbre de Chat Noir se fueron.
-¡Menos mal! -exclamó en alto, con una sonrisa dibujada en su rostro. Ladybug seguía viva, pero se encontraba insconciente. Aunque no estuviera despierta, Chat Noir agradeció esta situación de corazon. Su lady seguía ahí.
Pero ahora, no sabía muy bien qué hacer. ¿Acaso debía permanecer al lado suyo, y esperar a que despertara? ¿O debía pedir ayuda a la ambulancia para que la socorran? ¿Qué podría ser lo mejor para ella en este mismo instante?
Entonces, tras pensarlo por un momento, Chat Noir decidió lo que hacer. Pensó que lo más apropiado sería llevarla al hospital. Sin embargo, esa no era la opción que más le convencía, ya que al cabo de un rato, Ladybug podría tranformarse delante de los enfermeros, y ellos descubrirían su identidad. Ese dato lo inquietaba, pero no había nadie más a quien acudir. Y el tiempo aquí era oro. Cada segundo contaba. Sólo era cuestión de tiempo que Ladybug se transformase.
Decidido, comezó a coger su cuerpo con cuidado. Para ello, deslizó un brazo debajo del cuello, y el otro, debajo de las rodillas. Acto seguido, cogió fuerzas, y se levantó, sosteniendo a la superheroína sobre sus musculosos brazos.
Y de manera impredecible, ocurrió algo que el superhéroe no se esperaba. Lo dejó sin palabras. Sin saber de repente qué hacer, o cómo actuar.
Se sintió igual que cuando vas a ir a tu casa, pero te das cuenta de que no tienes las llaves.
Como cuando estás en clase y te das cuenta de que ahora tienes un examen, y no has estudiado nada.
Como cuando vas a coger un autobús usando dinero, pero no tienes lo suficiente.
Cuando le debes algo a alguien, y a la hora de entregárselo, resulta que no lo has traído.
Todo eso sentía Chat Noir, y una ansiedad se le recorrió por todo el cuerpo.
Lo ocurrido aquí, era que los pendientes de Ladybug habían sonado. Lo que significaba que iba a transformase... Delante de él.
Ocurrió así, de repente. Sin ningún aviso. Sin ningún tipo de ayuda. Sin nadie que le diga a Chat Noir qué era lo que tenía que hacer.
Con los ojos muy abiertos y conteniendo la respiración, el superhéroe cayó sobre sus piernas, apoyando el cuerpo de Ladybug sobre sus rodillas.
No podía ser. No, no. Ahora no. Primero él se demoniza, luego aparece el estúpido akuma, y ahora, esto. Si seguía así, seguramente le iba a dar un patatús de todo el estrés acumulado.
A Ladybug le quedaba poco tiempo. ¿Significaba eso que ya había llegado el momento de saber la identidad de la chica de sus sueños?? No no no... Qué va... No... No podría ser eso verdad... No podía permitiese ver su verdadero rostro, ya que eso alteraría la situación de Paris y su relación...
Y además, ¡¡ni siquiera quería!! Él en su cabeza se imaginaba que ese momento sería un encuentro totalmente romántico, personal y lleno de alegría... Donde Lepidóptero ya no estaba ahí y no había preocupaciones... en un lugar como esos de las películas, en una noche que para él iba a ser inolvidable...
Pero de ninguna manera se le ocurriría que la revelación ocurriera de esa manera. No estaba preparado para tanto. No podría soportarlo, y además, su vida no sería la misma. Necesitaba un milagro. Algo o alguien que lo ayudase. ¡Cualquier cosa! Necesitaba ese milagro más que nunca.
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Chat Blanc 2.0
DiversosChat Noir se siente molesto. Él piensa que Ladybug lo está engañando. Entonces, deciden tener una conversación. Lo que ellos nos saben es que esa charla provocará un catastrófico desastre. Un desastre donde habrá mentiras, traiciones, golpes, arrep...