¿Ideas o ayuda?

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-¿Entonces me ayudas?-Preguntó con ojos de perrito regañado la rubia.


La pelinegra cerró una carpeta llena de bosquejos y la aventó al otro lado de la mesa.


-Ya te dije que estoy ocupada, Lemon.-Le espetó de mala gana.

-Por favor, es en tres meses.-Suplicó de nuevo la rubia.

-¡Exacto! La graduación es en dos y yo sigo sin tener un proyecto mientras que los demás ya acabaron los suyos.-Dijo la pelinegra mientras sacaba un cuaderno de una gaveta.

-¡Ay por favor! ¡Tienes una mente brillante! ¡Seguro se te ocurrirá algo!

-Por eso nesecito tiempo para pensar. Además, odio las bodas.-Murmuró GoGo mientras garabateaba algo en una de las hojas del cuaderno.

-Como quieras. Se lo pediré mejor a Abigail.-Se rindió Honey.

-¡Yeih!-Contestó sarcásticamente la pelinegra.

-Bueno. Me voy para dejarte pensar.-Dijo la rubia mientras salía del laboratorio.

-Ajá.-Contestó sin poner atención GoGo.


La rubia solo rodó los ojos con una sonrisa antes de salir de "La Tierra de los Nerds" para encaminarse hacia los laboratorios de fisíca.

Pasaron varias horas antes de que la pelinegra finalmente se diera por vencida.

Se encaminó hacia la mesa de trabajo de Wasabi, para hacer algo que nunca creyó hacer... pedir ayuda.


-¿Wasabi?-Llamó con la voz más dulce que pudo.

-¿Qué se te ofrece, GoGo?-Le respondió él, sin apartar la vista de su nuevo invento.

-Bueno... pues... nesecito ayuda.

-¿Necesitas ayuda?-Preguntó el chico de veinte años desviando su atención de su proyecto.


La pelinegra asintió lentamente.


-¿Con qué?-Preguntó arqueando una ceja el chico que una vez derramó wasabi sobre su camisa.

-Pues... mi proyecto de graduación.-Explicó ella.

-¡Ah, eso! ¿Tienes alguna idea de lo que quieres hacer?


La pelinegra negó con la cabeza.


-Bastante bien. Por lo que he aprendido tiene que ser algo metódico, limpio y organizado que impresione a los jueces. No tiene que ser algo terminado, puede ser una iniciativa pero tiene que tener cierto potencial. Tiene que ser algo cautivador e impresionante, lo más grande que hayas hecho en tu vida.-Le explicó el castaño.

-¿Me vas a ayudar o me vas a dar sermones?-Le preguntó la pelinegra.

-¿Puedo hacer la dos?

-Nope.

-Entonces deberás buscar a alguien más que te ayude.-Respondió el chico antes de volver a concentrarse en su trabajo.


GoGo rodó los ojos antes de dirigirse al único que estaba dispuesto a ayudarla incondicionalmente.

La pelinegra abrió cuidadosamente la puerta de la oficina de Hiro antes de entrar de puntitas, sin hacer ruido.

GoGo caminó sigilosamente y se colocó atrás de Hiro, quien estaba sentado en el escritorio con los audífonos puestos, sin poner atención al mundo alrededor de él.

La chica se interpuso de un salto entre el chico y la computadora, consiguiendo un grito de horror de el chico.

GoGo se tiró al sofá en un lado de la habitación riéndose a carcajadas.


-¿Por qué hiciste eso?-Le gritó el pelinegro.

-Porque es chistoso.-Contestó la chica riéndose.

-¡Eso no es chistoso!-Le gruñó el chico.

-¡Lo sería si hubieras visto tu cara!-Le respondió ella entre carcajadas.

-Como quieras. ¿Qué haces aquí?-Preguntó el chico aún recuperándose de el susto.

-Necesito ayuda, nerd.

-¿Con qué?

-Mi proyecto de graduación. Quiero una oficina como la tuya.

-¿Y esperas que yo?

-Que me ayudes. Por favor.-Le contestó ella mientras le arrojaba un cojín.


El chico cachó el cojín con algidez y asintió mientras sonreía. Eso era una excusa más para pasar tiempo de calidad con ella.




 Notas de la autora:

Muchas gracias por los 2+ K views, 30 comentarios y 109 votos . Me encanta que les guste mi novela. De verdad aprecio su apoyo.

 Besos robóticos congelados:

                                              -Valery

#Here4you ||HiroGo|| #TheWattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora