Un nuevo ángulo

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El pelinegro conducio al robot malvavisco hasta su estación de recarga.


-¡Hiro!-Gruño la pelinegra.

-Mande.-Contestó él mientras revisaba otros bosquejos.

-¡Eso es todo! ¡Así acaba todo! ¡Nunca me voy a graduar!-Gritó la chica mientras agitaba sus manos en el aire.


Hiro intentó ahogar una pequeña risa, no resultó.


-¿Qué te parece tan chistoso, nerd? Mi vida se desmorona y tu te ríes.-Exclamó ella mientras escondía la cara entre las manos.

-Eso fue lo que yo le dije a Tadashi antes de inventar los microbots.-Explicó el chico mientras sonreía.


La pelinegra se paró de la silla y la aventó lejos mientras se tiraba panza arriba en la cama de Hiro, con los pies pegados a la cabecera y la cabeza a media cama.


-¿Y qué fue lo que te dijo?-Preguntó con cierta nostalgia la chica Tanaka.

-Pues...


Hiro se acercó a la cama y tiró de las cobijas, haciendo que su amiga se deslizara hasta que su cabeza quedara colgando de la cama.

Hiro se colocó justó en frente del robot, viendo hacia GoGo.


-¡Qué buscara un nuevo ángulo! ¡Qué usará mi gran cerebro para encontrar una salida!-Respondió él con los brazos abiertos.


La chica frunció un poco la ceja antes de darse cuenta de algo. Ladeó un poco la cabeza y sonrió. Se bajó de la cama de un salto y algunas risitas escaparon de su boca.


-¡Eso es! ¡Hiro! ¡Es perfecto! ¡Lo tengo! Un robot de defensa personal. Algo que sirva como un súper héroe. ¡Un Tadashi Hamada! ¡Sí! ¡Sí!-Exclamó mientras sonreía.


Hiro sonrió al ver a GoGo tan feliz.

La chica se volteó a su compañero, una sonrisa se formaba cada vez más en su cara. Y sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia él, envolviendo sus piernas en la cintura de Hiro.

Afortunadamente, Hiro fue lo suficientemente rápido como para atraparla.

La pelinegra recargó su cabeza en el pecho de Hiro y lo abrazó firmemente, enroscando sus manos en su cuello.

Hiro le devolvió el favor apretándola todavía más fuerte y más cerca a él.

La pelinegra respiró profundamente el aroma de la sudadera de Hiro.....a ositos de goma. Y después enterró su cabeza en su cuello.

Después de unos segundos, se apartó. Pero sus caras estaban tan cerca que sus narices estaban pegadas, lo qué los hacía respirar el aire uno del otro.


-Gracias, Hiro.-Murmuró ella, sonriendo.


El aliento de GoGo olía a chicle de fresa. Y Hiro tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para evitar besarle.


-De nada, Go.-Respondió él, de la misma manera.


GoGo bajó un pie de la cintura de el chico y lo puso en el suelo. Pero esté pisó mal y se resbaló, haciendo darlos una vuelta entera y quedar pegados en la pared al lado de Baymax, uno frente de otro a solo milímetros de distancia, mirándose a los ojos.


-Se golpearon.-Remarcó el robot mientras se volteaba hacia ellos.

-Baymax, estoy satisfecho con mi cuidado.-Se apresuró a decir Hiro en un tono autoritario, sin despegar la vista de los ojos de ella.


El robot dudó unos instantes antes de volver a guardarse en su caja.

Hiro se acercó lentamente a la cara de GoGo.

Y cuando sus caras quedaron a nada de distancia, se abalanzó sobre sus labios.



#Here4you ||HiroGo|| #TheWattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora