¡Vacaciones!

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El pelinegro se había esforzado en gastar hasta la última gota de su tiempo con su mejor amiga, GoGo.

 No quería dejarla ir. En especial, porque ella se había negado profundamente a decirles a donde iba.

Nadie sabía donde murieron los padres de GoGo con exactitud. Todos tenían teorias, pero ninguna era acertada. 

Siempre que alguien sacaba el tema ella simplemente se quedaba callada o cambiaba el tema, nunca decía nada.

GoGo suspiró mientras sostenía en sus manos la foto que el chico le había enviado.

Pines era todo un caso. Con tan solo una pequeña parte de una foto grupal de GoGo, un lápiz, colores y papel había podido hacer un recuerdo para ella.

La chica suspiró y guardó la foto en su mochila. Lista para ir de viaje.

Tomó una gran bocanada de aire antes de salir de su casa y dirigirse al Lucky Cat Cafe.

Al llegar, el chico pelinegro la abrazó fuertemente.

-Hiro. Si no te molesta, queremos despedirnos también de nuestra amiga.-Exclamó Honey mientras tocaba el hombro de su amigo

-Solo dejamé un poquito más.-Se negó él, abrazandola todavía más fuerte

-Okey. Suficiente, totólos. Separensé. Ahora.-Ordenó el chico Lee mientras los separaba

Los dos pelinegros le lanzaron miradas asecinas antes de volverse a abrazar.

Honey prácticamente los arrastró a el cuarto de Hiro, donde se sentaron los seis.

-¿Piensas decirnos a dónde vas?-Preguntó Wasabi, como siempre

La pelinegra gruño antes de sacar un sobre de su bolsillo.

-Esto.-Dijo mientras agitaba el papel en el aire-Dice a donde voy. Tienen prohibido abrirlo. 

-Pero....

-Honey, dejame terminar. Si el día del cumpleaños de Hiro no me ven, abranló. Pero solo en ese caso.-Explicó mientras le daba a Honey el sobre

-Hiro, te voy a estar mensajeando cada dos días. NO me respondas, por favor. Si algún mensaje falta empiezate a preocupar. ¿Esta bien?

Todo el mundo asintió.

-Tantas precauciones y sigues sin decirnos a donde vas. ¿Por qué?-Preguntó el chico Lee

-El lugar a donde voy no es completamente seguro. Pasan cosas raras ahí. Y es exactamente lo que quiero ir a hacer ahí, ser parte de las cosas raras. Estaré bien. Mis amigos son profesionales, tienen veranos haciendolo. De todos modos, nesecitaba que supieran esto.

Todos asintierón y dejaron el tema. 

(...)

-¿Aquí está bien?-Preguntó el chico mientras estacionaba el carro

-No lo sé. Tu te lo vas a llevar, tu dime.-Bromeó ella mientras bajaba del vehículo

Minutos después, se encontraban frente a la entrada del aeropuerto.

-Sigo sin entender porque tengo yo que manejar. Ni siquiera tengo licencia.-Se quejó el pelinegro

-Porque sí. Nadie lo notará. Eres un niño prodigio, podrías ser Krei y a todo el mundo le daría igual. Además, quería tiempo a solas contigo antes de que me fuera.-Explicó ella con una pequeña sonrisa

Hiro sonrió y se acercó a ella.

-Bueno. Pues en ese caso, hay algo que quiero darte.-Murmuró Hiro

GoGo frunció el ceño y Hiro sacó la pequeña caja que había traído todo el camino, depués se la pusó en las manos a su amiga.

-¿Qué es esto, Hiro?-Preguntó ella mientras examinaba la caja

-Son chicles. Exactamente iguales a los Borjam, solo que saben a ositos de goma. Estuve trabajando en ellos demasiado tiempo, pero creo que valío la pena. Son 18, uno para cada día. De esa manera me recordarás.-Explicó él

GoGo sonrió y después guardó la caja de chicles en su bolsillo.

-Yo nunca te olvidaría, nerd.

#Here4you ||HiroGo|| #TheWattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora