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Landon

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Landon

—No creo que deba ir —dijo Aiden.

Estábamos en mi departamento con Mel, Via y Jude.

—¿Por qué? —pregunté.

—Llegué a un acuerdo con Sara, no quiero cagarla.

—No vas a tomar —le aseguré.

—¿Cómo que nadie va a tomar? —protestó Jude—. ¡Hoy todos lo harán!

—Yo no quiero emborracharme mucho —Via torció su gesto.

Se ganó una mala cara por parte de la pelirroja.

—Yo sí quiero emborracharme —comentó Mel, para mí sorpresa—. Aprobé un trabajo importante en escritura creativa y me lo merezco.

Es cierto, vino corriendo hacia mí cuando se enteró de que había aprobado. Se echó encima mío y nos caímos en el lago. Fue un momento divertido y no pude dejar de mirar cómo se le marcaba el vestido entallado que tenía esa vez. Podía admirarla toda la vida. Definitivamente necesitaba decirle lo que sentía por ella. No aguantaba ni un minuto más. Como todo un joven enamorado, no te imaginas con nadie más que el primer amor.

—Bueno, creo que Aiden y yo somos los únicos que no beberemos así que las cuidaremos.

—No, no, no —dijo Jude con cierto frenesí—. Aquí todos vamos a beber. Si Aiden no quiere hacerlo ya no es nuestro problema.

Aiden puso los ojos en blanco.

—Ni siquiera voy a ir —soltó.

—Oye, no seas aburrido —intervino Via—. Tienes que venir a divertirte con nosotros. Parabas encerrado en tu habitación la última semana y para lo único que salías era para el trabajo.

—Estaba enfermo.

—No, estabas deprimido por Sara —corrigió.

—Ni tanto —se encogió de hombros.

Por supuesto, nadie se lo creyó.

—Sigue sin caerme esa chica —opinó la pelirroja—. Desde que llegó a la vida de Aiden lo tiene como medio baboso.

—¿Y eso te preocupa? —enarqué una ceja.

Jude me miró.

—No me importa lo que él haga con su vida, pero me parece extraño que antes era el primero en apuntarse a una fiesta y ahora no quiera ni salir de su habitación. Tú cómo amigo si deberías estar preocupado.

Siendo honesto, si estaba preocupado, pero sé que todo volverá a la normalidad cuando arregle con Sara. Nunca supe muy bien como Aiden siendo tan mujeriego lograría importarle mucho una chica de dieciocho años. No lo juzgo, porque yo siento lo mismo por Mel. Quería decirle todo lo que sentía sin importa que sea rechazado pero el imbécil de Aiden tuvo que arruinar nuestro momento justo cuando ella ya se tenía que ir.

Si amas a alguien (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora