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Aiden

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Aiden

Cuando terminamos de ver la película ya eran las once de la noche. Conduje primero a la residencia de Olivia para dejarla segura en la universidad. Se despidió de todos y se marchó.

No iba a dejar a Jude todavía. Quería hablar con ella.

En el tiempo que ella estaba en el baño con Olivia, hablé con Landon. Me convenció para que terminará con todo hoy o sino para Jude será más complicado.

Pará las mujeres siempre es complicado.

Por el espejo retrovisor divisé a la pelirroja que estaba con la mirada pérdida en sus pensamientos. Su cabello anaranjado se movía al compás del viento. Ella era una chica genial, todo lo que un hombre quisiera. Solo que no para mí.

Aparque en una esquina de nuestro departamento y Landon se bajó, despidiéndose de Jude.

Nos quedamos en un silencio incómodo, yo fui el primero en hablar.

—Pásate adelante, por favor —le pedí.

Ella lo hizo sin protestar.

Salió de los asientos de atrás y se acomodó en el asiento del acompañante. Las calles estaban vacías y sólo habían poca luz en los faroles.

—Lo siento Jude —comencé a decir—, ya no…

—Me gustas —me interrumpió de golpe.

Sus ojos miel se cruzaron con los míos.

—Aiden, me gustas.

Me gustas.

¿Por qué detestaba tanto esa palabra?

Porque me recuerda al borracho y machista de mi padre, diciéndole eso a mi madre mientras ella lloriqueaba para que la soltara. Me daba náuseas.

Y tan solo escucharlo, también me daba ganas de vomitar.

Los odiaba, a los dos.

Tragué saliva.

No sabía muy bien cómo tratar a Jude, sólo sabía cómo hacerlo durante el sexo.

Eres un imbécil.

—Jude, yo… lamento todo esto —no sabía muy bien que decir—. No quiero lastimarte, pero sabes que yo no…

—Lo sé —sonrió con tristeza—. Sé que no sientes lo mismo.

—Perdóname.

—No hay nada que perdonar, Aiden. Yo lo entiendo.

Tamborilee los dedos en el volante.

—Podemos ser amigos —dije, luego de una pausa—. Si necesitas a alguien con quien hablar, sabes que aquí estaré.

Si amas a alguien (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora