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Sara

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Sara

Han pasado cinco días desde que no he hablado con Aiden. Tampoco le he contestado a ninguno de sus mensajes, quiero hacerlo, pero no se me ocurre que decir. A veces siento que me comporté como una niña inmadura. Bueno, soy una niña prácticamente, tengo dieciocho años. Solo lo he visto una o dos veces por el patio de comidas, junto a Jude, Vía, Landon y Melanie. En esas pocas veces que me lo he encontrado lo he visto como si nada. Totalmente normal, la única a la que le ha afectado es a mí y me odio por eso.

Ojalá pudiera sentarme a comer con ellos o en cualquier mesa, para que no vean lo sola que me siento y encuentro en esta universidad. A las justas me he hecho amiga de Levi, solo va a una clase mía por lo que, no nos vemos muy seguido. Por ejemplo: hoy. Tiene que hacer un trabajo de no sé qué curso, él estudia ingeniera y como ha repetido un curso de matemáticas nos tocó en el mismo. La verdad es que es muy simpático.

Quiero hablar con Aiden y tratar —esta vez va en serio— de olvidar lo que vi o dijimos aquella vez en mi residencia. No tenía ningún motivo para reprocharle de ese modo. ¿En qué estaba pensando? Me avergüenzo de solo recordarlo. Pero cuando Aiden trató de explicarme, me di cuenta de que si le chocó que yo me hubiera enterado. Me gusta pensar que es así cada noche, le echo de menos. En el poco tiempo que nos hemos conocido pasábamos las tardes juntos. Al principio creí que solo era por Landon, solo nos entendíamos porque ahora tenemos un secreto en común. Con el tiempo me di cuenta que no es así, que en realidad nosotros sí tenemos una conexión especial. ¿O lo siento así por qué nunca he tenido novio? Si me han gustado chicos y creo que me he enamorado una vez cuando tenía dieciséis. Solo que el sentimiento por Aiden es muy diferente.

A mí me gusta y lo admito con mucha convicción. Cuando casi nos besábamos, estaba ansiosa, en el buen sentido de la palabra, quería sentir sus labios sobre los míos. En ese momento supe que lo había estado esperando. A mala hora que Rochelle nos interrumpió y también porque él se tuvo que ir muy deprisa. Me hizo sentir mal conmigo misma. Que me plantee toda la noche si habré hecho algo mal o fui yo la que me habré precipitado en realidad. Estaba preocupada y nunca había estado tan preocupada porque alguien no respondiera a mis llamadas ni mis mensajes. Pensé que le había pasado algo malo. Y no quería que la última vez que nos veríamos fuera así, yo con un atisbo de decepción y él queriendo alejarse de mí.

Ahora tengo que lidiar con los problemas que ha causado mi papá. Mi madre no deja de llorar desde que se enteró que tiene otro hijo y mis hermanas no quieren volver a verlo. Me dijo que se casó con una persona que no conocía en realidad y que todo esté tiempo se ha estado burlando de nosotras. Eso no es cierto, al menos no para mí. Porque yo sé que papá nos ama con todo su corazón, pero ahora ellas están tan cegadas con el dolor que no pueden ver más allá que eso. Soy la única que está de su lado. Si estuviera en casa creo que las cosas habrían terminado diferentes.

Me siento más sola que nunca, no sé porqué se me ocurrió ingresar a esta universidad, apartada de mi familia y mis amigos de la escuela. Aunque ya no converso mucho con ellos, cada uno está haciendo sus vidas y se concentran en otras cosas más fundamentales. Ahora es cuando más me doy cuenta que nunca he tenido un amigo de verdad.

Si amas a alguien (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora